La apuesta por las energías renovables en España le ha convertido en uno de los países lideres a nivel mundial.
Los datos avalan esta apuesta por las energías verdes. La potencia de origen renovable aumentó un 13,6% en 2019, según datos de Red Eléctrica de España, la empresa que opera en exclusiva el sistema eléctrico y al transporte de electricidad en nuestro país. Con ello se han alcanzado los 104.801 MW de capacidad instalada.
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Las principales fuentes renovables en España, en orden de importancia, son la eólica, la hidroeléctrica, la fotovoltaica y otras fuentes mixtas entre las que destaca la cogeneración. Todas ellas ya suponen más de la mitad de la potencia instalada en España, un 52% concretamente.
[hde_summary] Tendencias como la digitalización e internet de las cosas suponen también una oportunidad de negocio para las energías renovables [/hde_summary]
Las perspectivas de crecimiento de las diferentes fuentes de energía son enormes. Ya sea llevando la eólica al mar o beneficiándonos de ser uno de los países con uno de los índices de radiación solar más altos de Europa. Pero no solo se trata de incrementar la potencia instalada, también es una apuesta por mejorar su eficiencia y aplicar las nuevas tecnologías.
Por todo ello es importante conocer tanto el pasado como el presente y futuro de las energías renovables en España.
Los diferentes tipos de energía renovable
Las energías renovables aprovechan recursos de la naturaleza limpios y casi inagotables como el viento, el sol, el agua o la biomasa (residuos forestales). En España tienen una importante ventaja con respecto a otras naciones: la abundancia de todos estos recursos. Por ello se ha convertido en un país de referencia en estas fuentes de energía que ayudan a proteger el medioambiente, disminuyen la dependencia de combustibles externos como petróleo, gas natural y carbón, favorecen el desarrollo de nuevas tecnologías y crean empleo.
Energía eólica
Es la más importante en potencia instalada de todas las energías renovables en España. Su funcionamiento es sencillo: se obtiene al convertir el movimiento de las palas del aerogenerador (el molino) en energía eléctrica. Esta se traslada después a una subestación de distribución que finalmente lleva la electricidad al usuario.
Hidroeléctrica
Es la más antigua de las renovables y con una larga tradición en España. Supone un 33% de las energías verdes en España, pero sin apenas aumentar en los últimos años.
La energía hidroeléctrica se genera de dos formas distintas. Por un lado, las centrales de pie de presa, que son aquellas que mediante la construcción de un embalse pueden regular los caudales.
La otra opción son las centrales de bombeo o reversibles, plantas que, además de generar energía con sus turbinas, tienen la capacidad de elevar de nuevo el agua a un embalse o depósito. De esta forma, aunque se consuma parte de la energía eléctrica, se puede generar de nuevo más electricidad.
Energía solar
De las energías renovables en España es la que más ha crecido en los últimos años y ya supone un 15% del total de las renovables.
La energía solar fotovoltaica aprovecha la radiación solar -muy elevada en España, especialmente en la mitad sur- para transformarla directamente en energía eléctrica.
La poca nubosidad, baja humedad y alta incidencia de los rayos solares conlleva que tengamos unos índices de irradiación elevados y sea una forma muy recomendada. Se puede captar energía a través de grandes centrales o pequeñas instalaciones de autoconsumo en hogares y empresas.
Cogeneración
Del resto de energías limpias, la que más destaca en España es una variedad mixta, la cogeneración. Este tipo de energía suele estar constituida por una planta con turbinas de gas o vapor que transforma en energía eléctrica distintos residuos. Entre estos destaca la biomasa (restos vegetales) o parte de los urbanos (basura) combinando en ocasiones otras fuentes de energía como el gas natural.
La historia de las energías renovables en España
Las energías limpias se han desarrollado de forma espectacular en España en las dos últimas décadas, pero su origen está en las ideas y proyectos de muchos pioneros que quisieron llevar a nuestro país innovaciones técnicas que surgían en otras naciones.
La más antigua es la hidroeléctrica. Mucho antes del boom de construcciones de presas de los años 50 y 60 del pasado siglo, en 1910 se levantó la primera central hidroeléctrica en España. Fue en la localidad albaceteña de Villa de Ves y abasteció a Madrid y a parte del Levante hasta mediados de los años 50.
En esta primera fase, hasta antes de la Guerra Civil, las centrales hidroeléctricas cubrían parte de la necesidad de energía de grandes ciudades e industrias como la textil de Cataluña con los saltos hidroeléctricos en los Pirineos.
Pero el gran crecimiento se dio en los años 50 y 60. De esta época procede la central con mayor potencia de España, Aldeadávila, construida en el curso medio del río Duero, en la provincia de Salamanca, y que posee dos centrales, la primera puesta en marcha en 1962, que suman casi 1.243 MW de potencia.
La energía eólica tiene una historia mucho más reciente. En el año 1984 un equipo de ocho ingenieros fundó una cooperativa para comenzar a fabricar aerogeneradores en nuestro país e instalaron en Cataluña uno de tan solo 15 kW.
Transcurrieron 10 años hasta que llegó el primer parque comercial, en la Sierra del Perdón, cerca de Pamplona. Hoy todas las comunidades autónomas, menos Madrid, tienen parques eólicos.
También en 1984 se conectó la primera instalación fotovoltaica en España. Fue una planta piloto de tan solo 100 kW levantada en la localidad madrileña de San Agustín de Guadalix. Igual que con la eólica, esta fuente de energía tardó una década en despegar tanto en parques de generación como en pequeñas instalaciones para autoconsumo.
Las energías renovables en España hoy
Con más de la mitad de la potencia instalada, en muchos días del año las energías renovables han superado en más de un tercio de las necesidades de energía aprovechando sus características:
Energía eólica
Desde hace algo más de una década, la energía eólica ha liderado la contribución de las energías de origen renovable al sistema. Sus ventajas son claras. La dependencia de las condiciones meteorológicas es muy inferior a la hidroeléctrica, lo que le ha permitido una aportación más estable.
Actualmente, el 46% de toda la energía renovable en España es eólica. Su contribución media a la necesidad de energía en España se sitúa en torno al 23% en horario valle y un 17% en las horas punta.
Por comunidades autónomas, Castilla y León es la región con más potencia eólica instalada (casi una cuarta parte del total) seguida de Castilla-La Mancha, Galicia y Andalucía. España es el segundo país con mayor capacidad eólica instalada por detrás de Alemania y el quinto país en cuota de mercado.
Energía hidroeléctrica
Desde el año 2009, la hidroeléctrica ha dejado de ser la fuente renovable más importante de España. Aun así su ventaja principal está en la flexibilidad de gestión, lo que permite que sus turbinas entren en funcionamiento cuando hay demanda. Su hándicap, depender del nivel de reserva hidráulica, que en España puede variar fuertemente cada año.
Por comunidades autónomas, de nuevo es Castilla y León la región con más potencia hidráulica instalada, 26% del total, por la importancia de las centrales de la cuenca del Duero. Le sigue Galicia, con un 22% del total, Asturias, Cantabria y País Vasco. España ocupa el octavo lugar en energía hidroeléctrica generada en Europa y último en cuota de mercado.
Energía solar
La producción de energía solar es más estable. Tiene un mayor potencial de crecimiento por la abundancia de terrenos adecuados y está liderando el crecimiento de las renovables.
Por comunidades autónomas, Castilla La Mancha es que tiene una mayor potencia fotovoltaica instalada con casi un 20 % del total nacional, seguida de cerca por Andalucía y algo más lejos por Extremadura y Castilla y León.
Con respecto a nuestros países vecinos, España se sitúa en el cuarto lugar por potencia solar instalada. Lidera Alemania a pesar de su menor índice de irradiación. Italia y Grecia, que son países con índices similares, encabezan la cuota de mercado donde España también ocupa la cuarta posición.
Otras fuentes renovables
En otras energías renovables destacan las procedentes de biomasa y biogás y de residuos renovables (aproximadamente la mitad de los residuos urbanos). Ambas siguen creciendo, pero son muy residuales.
En otros países del norte de Europa, por ejemplo, la recuperación de los residuos urbanos es el principal sistema de calefacción y electricidad de muchos hogares.
El futuro de las energías renovables
Las energías renovables en España son una apuesta de futuro y oportunidades de negocio. Por un lado, siguen existiendo oportunidades de crecimiento, aunque en algunas formas (hidroeléctrica y parques eólicos terrestres) el aumento es más complejo.
Por ejemplo, España se ha sumado a la implantación de la energía eólica marina y ya está en proceso de desarrollo una innovadora plataforma flotante frente a las costas del País Vasco con un aerogenerador marino de 2 MW.
Otro proyecto innovador apunta al área fotovoltaica. A finales de julio se inauguró en el embalse de Sierra Brava (Cáceres) la primera planta fotovoltaica flotante de España constituida por 3.000 paneles solares en cinco bloques flotantes de 600 módulos cada uno.
En Barcelona se ha lanzado una compañía eléctrica para comercializar la energía eléctrica generada por la transformación de sus propios residuos urbanos.
Estos ejemplos dejan claro que la innovación multiplica las posibilidades de continuar ampliando la potencia instalada de energías renovables en España y su explotación, pero no es la única vía.
La digitalización permite optimizar la gestión de activos y mejorar su eficiencia convirtiéndose en una vía clara de crecimiento. También ayuda el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés): monitorear, registrar y analizar los datos en tiempo real permite conocer la situación de las fuentes generadoras de energía y detectar fallos de forma rápida y mejorar los resultados.
Por todo ello la digitalización es una oportunidad de futuro que generará más empleo en el sector y permitirá oportunidades de negocio también a pequeñas y medianas empresas.
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