eSIM o cómo un pequeño chip puede cambiar el futuro de IoT

eSIM e internet de las cosas

Empresa

Ha llegado con un poco de retraso. Pero la eSIM empieza a funcionar en cada vez más dispositivos. Hoy, a finales de 2018, hay unos 200 millones de dispositivos equipados con SIM virtual. En solo tres años superarán los 1.000 millones. Un despegue que cambiará el futuro de internet de las cosas (IoT).

Las predicciones de Gartner y Verizon se han repetido hasta la saciedad. En 2016, había algo más de 6.000 millones de objetos conectados a internet. Este año está a punto de despedirse con el doble. En 2020 serán más de 20.000 millones y cinco años después se superarán los 85.000 millones. El mercado y la industria están en claro crecimiento y las redes móviles, apoyadas en la eSIM, tienen mucho que ver.

[hde_related]

Qué es la eSIM

La SIM virtual no es más que un estándar fijado por la GSMA, la principal asociación global de operadores móviles y de telecomunicaciones. Este permite que los servicios que se han venido prestando a través de la tarjeta SIM tradicional se presten de forma remota. El dispositivo, en lugar de tener una ranura y una tarjeta, pasa a tener un chip integrado que vale para todos los operadores.

Esto simplifica las cosas para los fabricantes de dispositivos y para los usuarios. “eSIM es el único estándar de SIM virtual con respaldo global. Este enfoque universal impulsará internet de las cosas al permitir a los fabricantes crear una nueva gama de productos para la implementación global basada en esta arquitectura de SIM integrada”, señalan desde la GSMA. De hecho, la primera definición del estándar de la GSMA se desarrolló para comunicaciones entre máquinas o M2M.

eSIM e internet de las cosas

Entre otros beneficios, como explica Sebastien Violette, directivo de Mobile Telecom Services and IoT Business en Gemalto, la eSIM permite:

SIM virtual, operadores e IoT

“Además de acelerar la activación de terminales, la eSIM también tiene muchos usos en el sector en crecimiento de los objetos conectados. De cara a los próximos años, está claro que los smartphones ya no serán los únicos dispositivos con conectividad móvil. Los relojes conectados son un ejemplo, por supuesto, pero también tendremos cámaras de vigilancia personal y otros dispositivos conectados en el smart home o en el sector de la salud”, señala en este artículo Philippe Lucas, director del programa eSIM de la División de Innovación, Marketing y Tecnología de Orange.

eSIM e internet de las cosas

Según él, el hecho de tener que introducir una tarjeta SIM en cualquier dispositivo para que tenga acceso a internet, sea una tostadora o un vehículo, limita su desarrollo. Añade complejidad para el consumidor y para los fabricantes. “Con la SIM virtual, la suscripción del cliente se convierte en una especie de hub al cual pueden agregar o eliminar diferentes conectividades en función del uso que se necesite hacer de los objetos conectados”, añade Philippe Lucas.

En un principio, algunos analistas de mercado auguraban un aumento de la competencia entre fabricantes y operadores, ya que estos perderían la ‘exclusividad’ de la SIM. Sin embargo, cada vez parece más claro que la eSIM aumentará la colaboración, simplificará los procesos y, sobre todo, permitirá un crecimiento exponencial de los objetos conectados.

El poder de conectar los objetos

Hoy por hoy, la mayoría de objetos conectados con SIM virtual no son teléfonos. De hecho, y aunque se espera un fuerte crecimiento en la demanda de eSIMs en los próximos años, el 83% de los dispositivos con conectividad fabricados en 2021 todavía contarán con otras tecnologías, según IHS Markit.

eSIM e internet de las cosas

Sin embargo, a medida que surjan nuevos elementos en el ecosistema IoT, objetos que antes no estaban conectados y que pasarán a necesitar la red móvil, la eSIM se hará imprescindible. Según señala la compañía Valid en su workshop celebrado durante la última edición de MWC Shanghái, existen cuatro factores que ligan el futuro de internet de las cosas a la SIM virtual.

Papeleras, mascotas, semáforos, oficinas, edificios enteros, ciudades y fábricas… Desde los relojes inteligentes a la maquinaria de un hospital, cada vez más objetos están conectados. Esto permite aprovechar la inteligencia de sus datos. Manejar los objetos en remoto. Y que, incluso, se pongan de acuerdo entre ellos sin intervención humana. En todos ellos, el futuro de la comunicación parece que pasa por una tarjeta que ha pasado a ser chip.

Imágenes | GSMA, iStock/nitsawan, metamorworks

Archivado en
Subir