Parte del éxito empresarial depende de saber aprovechar y valorar cada potencial oportunidad de negocio. Hay que estudiar muchos aspectos y con cierta celeridad, porque las mejores opciones no suelen esperar demasiado.
El proceso de estudio de una idea de negocio debe ayudar a descubrirnos si es una verdadera oportunidad de negocio, pero también a perfilar y consolidar el proyecto más adecuado.
Cómo y dónde encontrar e identificar una buena idea de negocio
Podemos encontrar diferentes fuentes de ideas de negocio:
- Viejas ideas personales que, en un momento dado, cobran sentido.
- Aportaciones de intraemprendedores.
- Propuestas de colaboración con otros emprendedores.
- Seguimiento de los pioneros.
- Adaptación y traslado de una experiencia exitosa en otro ámbito.
- Departamento de I+D+i.
Una vez tenemos la idea debemos llevar adelante un proceso de armado y desarmado. Debemos, por un lado, construir, al menos someramente, un proyecto alrededor de la idea. Y, a continuación, debemos buscar todas sus carencias y debilidades. También hay que hacer previsiones de cómo podría evolucionar ante diferentes escenarios que muestren cambios del entorno.
En definitiva, en esta fase de identificación pretendemos bosquejar un proyecto con el fin de analizar si la idea puede tener sentido o no.
Cómo valorar y estimar una propuesta o idea de negocio
Determinar si debemos desarrollar o descartar una oportunidad de negocio nos lleva a examinar con detenimiento algunos aspectos previamente.
La innovación
La innovación es un rasgo muy común (casi un requisito) en las buenas ideas. Una propuesta innovadora puede exigirnos diversos requerimientos. Normalmente, supondrá modificaciones en nuestros procesos y reclamará un tiempo de aprendizaje en el que quizá los costes sean elevados al comienzo, para ir progresivamente reduciéndose. En muchos casos, también será necesario hacer un esfuerzo en comercialización para hacer llegar adecuadamente las novedades al público.
Al mismo tiempo, tendremos que valorar las ventajas en valoración de los clientes, en acceso a nuevos públicos y en costes que nos proporcionará la oportunidad de negocio y su evolución previsible a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta posibles oportunidades y amenazas.
La propuesta de valor: qué problemas resuelve el negocio
Hay que plantearse por qué los potenciales clientes deberían decantarse por nuestra propuesta y también la forma en la que lo comunicaremos. No basta con ser útiles, también hay que convencer de que somos la mejor alternativa. Una buena oportunidad de negocio deja de serlo si no nos vemos capaces de transmitirla.
¿Hay un hueco en el mercado?
Para saber si existe un hueco que nos permita aprovechar la oportunidad de negocio, debemos interrogarnos sobre varias cuestiones como las siguientes:
- ¿Tenemos competidores directos? ¿Cómo son? ¿Nos llevan mucho tiempo (y experiencia) de ventaja?
- ¿Existen competidores que venden otros productos diferentes que son sustitutivos del que pretendemos lanzar?
- ¿Nuestra demanda dependerá mucho de la de otros bienes o servicios que se adquieren junto con el nuestro?
- ¿Está el público habituado a una propuesta así? ¿Habrá que hacer un esfuerzo especial para introducirlo?
- ¿Son muy restrictivas las regulaciones del sector?
Clientes y distribuidores o canales de distribución: ¿nos van a ver interesantes?
Antes incluso de que surja una demanda de nuestro producto, es necesario suscitar atención y cierto grado de aprobación. El que esa percepción inicial se asiente en una demanda estable dependerá de muchos factores como:
- Nuestros precios.
- La evolución de la competencia.
- Rasgos demográficos y tecnológicos que influyan sobre la demanda.
- Las modas.
- La evolución económica.
- Nuestra publicidad y distribución.
¿Con qué recursos contamos: serán suficientes o no?
Si contamos con recursos suficientes, aprovechar la oportunidad de negocio supondrá un reto fundamentalmente comercial. Si no los tenemos, tendremos, además, uno financiero y otro de tipo organizativo, de modificación de procesos y gestión de recursos humanos.
¿Esta idea de negocio encaja en nuestros ideales, capacidades y/o valía profesional?
Una idea puede ser muy buena, pero no para nosotros. No solamente se trata de construir un proyecto, sino también de que la experiencia sea vitalmente enriquecedora.
Saber reconocer buenas ideas de negocio y trasladarlas a los mejores proyectos es una característica de los mejores emprendedores, pero también lo es saber renunciar a tiempo a caminos equivocados.
Por Gonzalo García Abad
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