Los empleados felices son más productivos durante la jornada y tienen menos bajas laborales. Desde la perspectiva económica, las empresas que maximizan la felicidad de sus trabajadores tienen más probabilidades de obtener resultados positivos. ¿Son felices tus empleados? ¿Sabes cómo pueden serlo? Resolvemos estas cuestiones por el Día Internacional de la Felicidad.
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¿Qué hace felices a las personas?
La humanidad lleva persiguiendo la esquiva felicidad desde que se tienen registros. Hace unos cuantos milenios que se sabe que hay algunos factores básicos que condicionan cómo de feliz puede llegar a ser la gente. Uno de los estudios más importantes publicados, y uno de los más consistentes y largos de los que se tiene constancia (duró 75 años) demostró que las buenas relaciones son la clave de la felicidad.
Robert Waldinger, cuarto investigador en tomar las riendas de este estudio, y sus colegas han demostrado durante décadas que las vidas más felices y saludables son aquellas que cuentan con relaciones de calidad. Además, la soledad es casi un sinónimo de infelicidad, sobre todo la involuntaria.
Aunque las relaciones familiares tienen un peso notable, los lazos afectivos con amigos e incluso con compañeros del trabajo son determinantes a la hora de tener la capacidad de ser feliz. Es decir, buenas relaciones no aseguran la felicidad, pero la posibilitan. Sin ellas, alcanzarla es inviable.
Por ejemplo, se sabe que aquellas personas que tienen un mejor amigo en el lugar de empleo (cerca del 20 %, según un estudio de Gallup) son mucho más felices que quienes no. Además, realizan su trabajo más a gusto y son más productivos.
En estos y otros estudios no se encontró ningún vínculo significativo con la carrera profesional, la situación financiera o el estilo de vida (factores como tener hijos, ser vegetariano o pertenecer a una ONG). Para algunas personas son causas relevantes y, sin duda, tienen su impacto, pero son elementos que ponderan muy lejos de los vínculos relacionales con otras personas. Una carrera de éxito, un excelente balance contable y unos hábitos saludables resultan insuficientes sin interacciones de calidad.
Construir una red de apoyo laboral
Aunque durante décadas el amor romántico y conyugal ha sido la relación a la que más peso se le ha dado en las hipótesis, los estudios han demostrado que el resto de amistades cumplen a la perfección el rol de este amor. Es decir, no es imprescindible construir una familia nuclear. A menudo, el entorno y la construcción de “una red de apoyo en nuestras comunidades que pueden estar ahí para cuando necesitemos ayuda”, en palabras de Waldinger, es más que suficiente.
Esta red de apoyo va más allá del concepto de familia e incluso de amigos cercanos. Puede ser construida y mantenida en cualquier tipo de sociedad y entorno, incluido el laboral. Sabiendo la importancia en la salud y bienestar de los empleados, las empresas que tienen en cuenta esta información y lo aplican a la hora de cuidar a sus trabajadores les están alargando la vida.
Poder confiar en los compañeros y mandos intermedios como red de apoyo es clave, especialmente para las personas que no tienen una familia nuclear a la que acudir. Y también útil para todos los empleados. El tipo de tranquilidad que da saber que los compañeros te cubren, te respetan y cuidan de ti está relacionado con niveles bajos de estrés, menos enfermedades cardíacas y diabetes y, en general, un retraso en la aparición y gravedad de patologías crónicas.
Cómo potenciar la felicidad en el trabajo
Dado que las relaciones de calidad son imprescindibles para maximizar la felicidad de cualquier persona, la aplicación al trabajo de estos estudios suele consistir en construir espacios agradables en los que los empleados puedan pasar tiempo de forma agradable. Y, a ser posible, sentirse respaldados y protegidos por sus compañeros.
El “espíritu de equipo”, “somos una gran familia”, “con un buen ambiente laboral” y otras reivindicaciones de ofertas de empleo, de llevarse a cabo, son un adhesivo funcional para potenciar la felicidad. Aunque crear ambientes así resulta muy complicado, por motivos obvios.
La dificultad es tal que empresas como Ethikos llevan años con un puesto de ‘director/a de felicidad’. Han entendido la relación positiva entre felicidad de los empleados y productividad, así como la proporción, esta vez inversa, entre felicidad y bajas laborales. Los trabajadores felices son más rentables y fiables. ¿Qué suele funcionar?
- Que los trabajadores vean a los mandos intermedios como aliados, no como adversarios. La violencia y agresividad no sirven.
- Entornos colaborativos entre compañeros, no competitivos. Si no se diseñan bien los indicadores clave o KPI, la oficina se puede convertir en un polvorín.
- Roles que ayuden a resolver conflictos laborales entre empleados de forma que todos ganen.
- Metas y objetivos laborables alcanzables, seguidos de una muestra de reconocimiento tanto si se logran como si no.
- Fomentar entornos en los que los trabajadores compartan experiencias positivas, incluidos los extralaborales. Por ejemplo, organizar eventos de empresa.
- Horarios flexibles y políticas de conciliación.
- Respaldo de mandos intermedios ante eventualidades, más allá de los estrictos requisitos legales.
Reducir la infelicidad en el trabajo
Daniel Kahneman, psicólogo laureado con el Premio Nobel Conmemorativo de Economía por su trabajo sobre la toma de decisiones, estableció cuatro factores que afectan de forma negativa a la felicidad en el trabajo:
- Commuting o ‘ir’ a trabajar, entendido como el tiempo y necesidades de tránsito. Esto incluye tener que madrugar, el tráfico, etcétera. Ayudan los horarios flexibles, un trabajo cerca de casa o para el que se pueda ir en un paseo, preferiblemente atravesando una zona verde.
- Hablar con el encargado, sobre todo si este no valora el trabajo del empleado o le presiona. Mantener una relación cordial o incluso de amistad en la vertical del organigrama empresarial es imprescindible para reducir la tensión diaria.
- Trabajar, en términos generales. Incluso en empleos agradecidos y vocacionales, sentir la presión de los objetivos o trabajar muchas horas produce infelicidad. En este punto, el clima laboral (la buena relación con los compañeros) es crucial, al poder invertir la situación de infelicidad.
- Volver de trabajar. De nuevo, haciendo referencia al commuting. Es incluso más frustrante que la ida porque se está cansado y en el hogar nos aguardan nuevas tareas.
Lejos de las ideas preconcebidas sobre cómo el empleo da sentido a la vida, la realidad es que la gente preferiría no tener que trabajar. Sin embargo, como de momento no se ha propuesto una renta básica universal y los humanos siguen teniendo que producir, lo ideal es hacerlo en las mejores condiciones posibles.
Imágenes | Jason Goodman, Jason Goodman, Priscilla Du Preez