La ansiedad laboral es una fuente de bajas, presentismo y pérdida de productividad. Si determinado nivel de presión puede resultar positivo para el rendimiento, sobrepasarlo puede arriesgar una tarea o proyecto.
Por ello, es muy conveniente tener en cuenta las principales fuentes de ansiedad laboral. Es un factor más que no debe olvidarse cuando planificamos alguna iniciativa. Estas 15 son algunas de las más frecuentes.
1) Miedo al futuro de la empresa
Una crisis empresarial enfrenta a los empleados a lo desconocido. La incertidumbre puede traducirse en ansiedad laboral.
2) Expectativas de despidos
Se puede producir con mucha anterioridad a los despidos, incluso aunque nunca lleguen a ser efectivos. Puede disminuir seriamente la concentración, la motivación y el rendimiento, perjudicando el futuro del trabajador dentro de la empresa.
3) La ansiedad laboral generada por conflictos con los compañeros
Generan tensión profesional y emocional que puede trasladarse a otras personas, siendo posible que estas se vean perjudicadas por conflictos ajenos.
4) Frustración profesional
Se da, fundamentalmente, en personas con un puesto que entienden que no se corresponde con su experiencia o formación. También puede producirse por tener la sensación de no poder desarrollar todo el potencial o por falta de reconocimiento del talento.
5) Trato degradante de los clientes
Algunos profesionales se ven expuestos a insultos, vejaciones y situaciones de acoso cotidianamente.
6) Percepción de no tener suficiente capacitación para la tarea encomendada
El peso de la responsabilidad, el miedo al fracaso o la urgencia de mejoras en las destrezas profesionales pueden llegar a producir ansiedad laboral.
7) Pérdida de control de las tareas
Algunas personas sufren ansiedad laboral cuando los resultados de su actividad no dependen solamente de su propio esfuerzo. La pueden padecer tanto durante el propio desarrollo de su tarea como durante la espera de un desenlace.
8) Problemas familiares difíciles de conciliar con el trabajo
Algunas situaciones generan un choque de tipo emocional que roba la mayoría de la atención. En esas jornadas, el trabajo puede ser una actividad estresante en la que se sucedan los errores. En otros casos, es la compatibilización del compromiso familiar y laboral lo que genera ansiedad.
9) Mala percepción de la función social de su trabajo
Las ocupaciones mal vistas generan una tensión cotidiana que, en algunos casos, puede derivar en ansiedad laboral.
10) Miedo a la jubilación
Condensa varias preocupaciones: disminución de ingresos, reducción del contacto con algunas personas, pérdida de posición social, imposibilidad de llevar adelante sueños profesionales, etc.
11) Fatiga física o mental
Pueden derivar en una menor capacidad para desarrollar las tareas del día a día, y terminar generando ansiedad. Se puede producir incluso antes de ponerse a trabajar, por ejemplo, cuando se piensa que se va a tener una jornada extenuante.
12) Ansiedad ligada al día o la tarea clave
Puede estar vinculada con el miedo al fracaso. También es posible que surja por la incertidumbre que puedan generar situaciones inesperadas que haya que resolver. Incluso, puede estar relacionada con el reporte de los resultados y otras labores complejas de comunicación.
13) Fracaso en proyectos profesionales
Es factible que se produzca ansiedad laboral por miedo al futuro. También se puede producir por un impacto emocional del análisis de las causas del fracaso pasado.
14) Dificultades para actualizarse
La formación continua genera pánico en algunas personas que sienten que no van a ser capaces de ponerse al día.
15) Falta de medios para desarrollar el trabajo
Puede generar tensión excesiva por sensación de inseguridad, de incomodidad, de falta de rendimiento, de merma de calidad en los resultados, etc.
No pocas veces las situaciones de angustia laboral son inevitables. Sin embargo, incluso siéndolo, muchas se pueden prever, de forma que se palíen los efectos negativos para la empresa y sus empleados.
Por Gonzalo García Abad.