El full stack developer va a ser el perfil técnico más codiciado por las compañías españolas en 2021. Lo apuntaba a principios de este año la empresa de colocación Spring Professional, del grupo Adecco y especializada en mercado laboral informático. No estamos ante una profesión con mucho futuro, sino con un sólido presente. Ahora mismo, un portal como Infojobs tiene registradas en todo el país unas 1500 ofertas de trabajo de este tipo, y casi la mitad de ellas son de Madrid. Los desarrolladores full stackno son los que más cobran en el sector tecnológico. Todavía un responsable de sistemas o CIO o un consultor de SAP le sacan mucha ventaja en la nómina. Sin embargo, sí que empiezan a estar muy valorados. [hde_related]
En concreto, con tres o cuatro años de experiencia, un profesional de este tipo se puede estar embolsando un salario medio bruto entre 35 000 y 45 000 euros, muy por encima del salario medio en España, que ronda los 24 000, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Mientras tanto, los jóvenes que empiezan en una posición full stack pueden alcanzar rápidamente una horquilla salarial que va de los 25 000 a los 35 000 euros.
Pero ¿qué es exactamente un full stack developer y qué buscan las empresas que van tras este perfil? En esencia, se trata de un desarrollador ‘todoterreno’ y muy versátil de software para empresas u organismos públicos. Es decir, que tiene conocimientos del back-end, de la parte de servidor está detrás de las aplicaciones, como las bases de datos, y del negocio de la compañía. Pero también de la parte más visual, es decir, de lo que el cliente final ve, el denominado front-end.
Muchos lenguajes de programación
La creciente demanda de full stack developers se debe a que cada vez más las empresas hacen comercio electrónico y necesitan aplicaciones robustas y bien conectadas con sus sistemas. Y lo mismo pasa en el sector público, donde las entidades cada vez ofrecen más servicios a los ciudadanos que también están respaldados por sus bases de datos internas. Hablamos de portales de empleo o apps para acceder a datos fiscales o comunicar con el médico o tener acceso al historial clínico, por ejemplo.
Los aspirantes a puestos de full stack developer suelen ser ingenieros informáticos y estudiantes del ciclo superior de FP en desarrollo de aplicaciones. También pueden ser veteranos del mundo de la informática que, tras el paso por un bootcamp, un curso intensivo de unos pocos meses, pueden ponerse al día en los lenguajes más demandados.
En la parte que ve el cliente, la de front-end, los lenguajes de desarrollo más importantes que debe manejar un profesional de este tipo son HTML, CCS, JavaScript, Ajax, Angular o Jquery. Con ellos logrará ajustar la estética, usabilidad y accesibilidad de las aplicaciones. Y para el ámbito del back-end, también es conveniente el manejo de Javascript, PHP, ASP.NET o la gestión de bases de datos, como MongoDB, MySQL o SQLServer, o almacenamiento web. Además, también conviene que controle el uso de código en Python y NodeJS, entornos que se han puesto muy de moda en los últimos años.
Un full stack developer no tiene que saber hacer de todo, pero…
Hay que aclarar que el desarrollador full stack no tiene que saber hacerlo todo, ni desarrollar aplicaciones y sacar adelante procesos de principio a fin. Pero sí debe ser capaz de entenderlo todo, y comunicarlo bien a otros desarrolladores. Y también debe ser capaz de integrarse fácilmente en equipos.
Por eso, más allá de lenguajes, un buen full stack developer debe tener dotes de comunicación. Y también conviene que esté familiarizado con metodologías agile de desarrollo, donde prima la colaboración entre grupos de trabajo y los objetivos se van adaptando según evoluciona el proyecto.
También ganará puntos si es una persona ordenada, aunque puede ayudarse de ciertas herramientas para tener control del progreso de su trabajo y el de los compañeros. Por ejemplo, para controlar el desarrollo de versiones en un mismo software, un desarrollador de amplio espectro con un full stack puede utilizar herramientas como Git o su correlato en la nube, que es GitHub. Estos programas no solo permiten gestionar diferentes versiones, sino también que cada desarrollador pueda realizar su trabajo sin afectar al resto, con el fin de poner luego todo en común en la fase de producción.
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