La historia económica mundial está plagada de errores empresariales que han dejado como malos gestores a quienes lo han cometido.
Algunos de ellos han sido de una magnitud tal que incluso han sido objeto de estudio y análisis en libros y han pasado a los anales de la historia.Este fue el caso de la compra de Marvel por parte de Sony que nunca se concretó o la renuncia por parte de Western Union a no hacerse cargo de la patente del teléfono. Sin embargo, si atendemos a las cifras económicas actuales, ninguno de ellos ha sido tan flagrante y tan poco rentable como la renuncia a la compra de Google por parte del presidente de Excite, George Bell, en 1999.
Un negocio nefasto para los intereses de Bell y tremendamente rentable para los fundadores de Google, al menos si atendemos a la situación actual de uno y otro.[hde_related]
El contexto: una revolución tecnológica en Estados Unidos
Nos encontramos a finales del siglo XX e internet es una tecnología consolidada cuyo potencial está a punto de desbordar las expectativas. El número de portales y páginas web creadas es cada vez mayor, y las oportunidades de negocio cada vez más interesantes. En 1999, internet estaba dominado por un puñado de empresas, algunas de las cuales ya no sonarán al público general porque acabaron desapareciendo.
La euforia no se detenía y continuamente florecían nuevos negocios e ideas, muchas de las cuales se desarrollaban en pequeños garajes o como parte de proyectos fin de carrera. La bolsa reflejaba todos estos movimientos con subidas históricas del Nasdaq y de muchas compañías tecnológicas, lo que desembocaría en la burbuja de las puntocom en 2001.
Nace Google: el pequeño buscador que se convirtió en gigante
A este crecimiento de la red de redes contribuyó la creación del motor de búsqueda Google en 1998, que por aquel entonces era un portal de reciente lanzamiento pero con un gran potencial. Nació como un proyecto fin de carrera en el garaje de dos estudiantes de la Universidad de Stanford, Larry Page y Sergey Brin. En aquel momento, tan solo contaban con un armario lleno de servidores (unos 80 procesadores) y dos routers HP.
Poco tiempo después, este motor de búsqueda superó al más popular de la época, AltaVista, que había sido creado en 1995. Posteriormente, Google sacó otros productos y servicios además de su potente motor, como Google Earth, Google Drive o YouTube, entre muchos otros. Hoy en día, es prácticamente imposible navegar por internet sin utilizar alguno de sus servicios.
El acuerdo entre Google y George Bell que nunca tuvo lugar
Una de las empresas que mejor posicionamiento tenían en aquella época era Excite, cuya cuota de mercado estaba muy por encima de la de Google y tan solo por debajo de su principal competidor, Yahoo. Estaba presidida por George Bell y su modelo de negocio era similar a lo que en aquel momento ofrecían los principales portales online: noticias, buscador, información del tiempo, email, chat, páginas personalizadas… Un sinfín de contenidos que obtenía de decenas de fuentes diferentes.
En 1999, tan solo un año después de su creación, Page y Brin pidieron a George Bell un millón de dólares primero y 750.000 dólares después por el buscador. El presidente de Excite respondió a Google con una contraoferta, estableciendo un precio de entre 250.000 y 500.000 dólares y el 1% de las acciones de Excite. Finalmente, el acuerdo nunca tuvo lugar.
Uno de los argumentos que Bell esgrimió estaba basado en el modelo de negocio y la filosofía de Excite. No estaban interesados en que los usuarios encontrasen páginas externas a su portal de forma rápida, ya que de esa forma el tiempo de permanencia en el portal caería de manera drástica. Si ofrecían un buscador rápido y eficaz como Google, los usuarios entrarían en Excite, buscarían y se irían.
Además, en una entrevista que le realizaron en 2014, Bell aseguró que la intención de Larry Page era que la tecnología de búsqueda de Google sustituyera a las de Excite en aquel momento, algo que Bell rechazó de forma rotunda.
Las consecuencias para Google y para Excite y George Bell
A toro pasado, es fácil decir que el negocio de George Bell fue nefasto. Google es una de las empresas con mayor capitalización bursátil a nivel mundial, y su valor está cercano al billón de dólares (cerca de 900.000 millones de euros).
Excite, por su parte, nunca más volvió a alcanzar los niveles de popularidad de los últimos años del siglo XX. Fue adquirida primero por iWon.com y después por Ask Jeeves para convertirse en Ask.com. Posteriormente fueron absorbidos por IAC, pero su presente y su futuro son completamente grises. Aunque, eso sí, todavía tiene cierta relevancia en algunos países como Japón.
Evidentemente, no sabemos qué hubiese pasado si Excite hubiese adquirido Google por esa suma de dinero. Parece claro que esta no sería la empresa que todos conocemos hoy y que nunca hubiésemos descubierto todos los servicios que ofrece. De hecho, es más que probable que estuviésemos hablando de otra realidad totalmente diferente en todo lo que rodea a internet.
Pero, sin duda, este ha sido uno de los errores más importantes de la historia empresarial en general y de la industria de la tecnología en particular.
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