Ya se empieza a conocer como la ‘gran renuncia’ americana a la cifra histórica de trabajadores que han abandonado sus trabajos actuales. Los analistas apuntan a una reflexión profunda sobre el binomio ‘trabajo-vida’ durante la pandemia. ¿Qué pueden aprender las empresas de este fenómeno? [hde_related]
Los números son astronómicos. Según datos del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, solo durante el mes de agosto hasta 4,3 millones de trabajadores abandonaron su ocupación actual. Se trata de la cifra más alta jamás registrada en el país, lo que representa un 3 % del total del activo.
Esto ha provocado que también se hayan batido récords en la oferta de empleo. En julio, hasta más de 11 millones de nuevos puestos fueron creados y en agosto se superaron los 10. En este inusual escenario, las empresas se esfuerzan para cautivar a los mejores candidatos.
Las causas parecen ser diversas. La más importante podría ser el obligado tiempo de reflexión al que la población mundial se ha visto sometida durante la pandemia. Los analistas estudian este efecto con interés, para aprender de él y extraer conclusiones beneficiosas para el mercado.
¿En qué sectores se está dando esta gran renuncia?
Lo primero es analizar en qué sectores se está produciendo la mayoría de dimisiones. De los datos oficiales se desprende que casi 900 000 trabajadores abandonaron sus puestos en restaurantes, bares y hoteles. En el sector del retail la cifra también ha sido acusada, con más de 700 000.
Como es lógico, la pandemia ha provocado mucho desgaste entre los profesionales de la salud y la asistencia sanitaria. En este ámbito, ya de por sí estresante y dedicado, también se ha producido una salida masiva. La cifra supera el medio millón de trabajadores.
No han sido los únicos sectores afectados. Una cantidad de trabajadores similar a la del retail decidió también buscar nuevas vías de empleo en el ámbito de los servicios profesionales, abandonando tareas como la administración o la asesoría.
Las posibles razones de la gran renuncia
Para los analistas, los efectos de la pandemia provocada por la COVID-19 son la razón más relevante. Además, por varios motivos. Uno de ellos, que muchos trabajadores del sector servicios se han visto muy expuestos al contagio durante estos últimos meses, lo que ha puesto también en riesgo a sus familias.
Lo más probable es que se trate de una reflexión global. Tras los meses de cuarentena y la evolución de la pandemia, muchas personas se plantean en serio si les merece la pena trabajar en precario, disfrutar poco de sus familias debido a largas jornadas laborales y aguantar excesivos niveles de estrés.
Y en un momento en el que a las empresas les cuesta contratar, la gran cantidad de ofertas disponibles también ha provocado que muchos profesionales hayan decidido cambiar para mejor. Al venir de un escenario contrario, ahora se sienten con mayor capacidad de decisión.
Una situación compleja que ha forzado la implicación del presidente Biden
Hace poco se hizo viral en las redes sociales una posible solución expuesta por parte del presidente de Estados Unidos. En una comparecencia ante la prensa, Joe Biden respondió con la simple idea de “pagar más” a los trabajadores para atraerlos a estos sectores comprometidos. Aunque su tono parecía un tanto jocoso, la idea resonó en los medios de comunicación.
Es una situación compleja, ya que se interpone en el proceso de recuperación económica de una potencia económica como Estados Unidos. Hay otros aspectos importantes, como la escasez de chips que está ralentizando de manera ostensible industrias tan punteras como la tecnológica y de la automoción.
En las últimas semanas, además, retrasos en la cadena de distribución han provocado bloqueos en algunos de los puertos más importantes del país. Y teniendo en cuenta que allí es significativo el número de ciudadanos reticentes a la vacuna, hay quien ha apuntado como posibilidad que la obligación a vacunarse haya disuadido a muchos.
¿Qué enseñanzas pueden sacar las empresas?
La situación no parece esperanzadora: renuncias de millones de trabajadores, problemas de distribución, escasez tecnológica y hasta huelgas masivas como las producidas en Hollywood, Kellogg’s y John Deere. Aunque de todo escenario se pueden extraer conclusiones interesantes que provoquen efectos positivos a medio y largo plazo.
Con datos tan rotundos como que el 41 % de trabajadores de Microsoft pensaba en cambiar de puesto, las empresas norteamericanas se están dando cuenta de que no solo importa el sueldo. También que supuestos beneficios que antes eran atractivos ahora han perdido el interés por completo.
Esta gran renuncia, término acuñado por Anthony Klotz en la ‘Texas A&M’, está poniendo de relieve otros factores importantes. Por ejemplo, una relación más respetuosa e igualitaria con los jefes, entornos saludables, promociones interesantes e implantación del teletrabajo y horarios flexibles que permitan la conciliación familiar. En manos de las empresas está la capacidad de persuadir y convencer al mejor talento disponible.
Por Pablo Vinuesa
Imágenes | Fotografías de Sol y Louis Hansel en Unsplash