De tostar cacahuetes en casa a facturar 16 millones de euros en pipas

Empresa

En la trastienda de su tienda de ultramarinos. Allí empezaron Facundo Blanco y Lola de la Fuente a tostar avellanas y cacahuetes en 1944.

Hoy, Facundo Blanco SA factura más de 16 millones de euros al año. No es la empresa más grande del sector de los frutos secos, ni siquiera se acerca a las primeras posiciones del mercado. Sin embargo, se ha convertido en un ejemplo de buen hacer para la empresa familiar. Y su logo (invariable a lo largo de los años), así como su antiguo eslogan, han demostrado cómo una buena estrategia de marketing puede sobrevivir al paso del tiempo.

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“Y dijo el toro al morir… Siento dejar este mundo sin probar Pipas Facundo”. Esta frase se introdujo como sello de la compañía en 1969, impresa en millones de bolsas y como cuña de radio para la temporada taurina. Hoy los tiempos han cambiado y el toro moribundo y filosófico que exclamaba esas palabras se ha convertido en una mascota sonriente. Las corridas han dejado de ser un objetivo publicitario y los valores de la sociedad son otros. Pero Facundo sigue contando sus ventas por millones.

Y es que el consumo de frutos secos en España no ha dejado de crecer. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en 2018 se consumieron 3,13 kilos de frutos secos por persona. El sector factura cerca de 1.100 millones de euros al año solo con la venta de nueces, almendras, pistachos y otros productos similares. Es decir, sin contar ningún tipo de snack procesado.

De un pueblo de Palencia en la posguerra

La tienda de ultramarinos de Facundo y Lola estaba en Villada, Palencia. Eran tiempos duros de posguerra y la mayoría de productos de alimentación estaban intervenidos, no se podían comerciar libremente. Algunos, como muchos frutos secos, escapaban al racionamiento. Así que con un crédito de 90.000 pesetas (540 euros al cambio, aunque teniendo en cuenta la inflación tendríamos que hablar de unos 24.000 euros actuales), Facundo y Lola apostaron por un nicho de mercado y crearon Facundo Blanco SA.

Los primeros años fueron de tueste manual y de reparto de mercancía en sacos de yute. Pero en 1950 la empresa empezó a consolidarse. Ese mismo año, Facundo y Lola se dan a conocer en la I Feria del Campo, a donde acuden con su burro, Baldomero, del que se servían para llevar sus productos de pueblo en pueblo. Esta se considera la primera acción de marketing de la compañía. Instalan también un tostadero mecánico y en 1954 empiezan a manufacturar pipas y cacahuetes pelados.

Al poco se introduce la primera máquina de embolsado y una nueva técnica de tostado de pipas con agua salada. Ya en los años 60 del siglo XX, la tienda de ultramarinos se queda pequeña, por lo que Facundo se traslada a una nave de 2.000 metros cuadrados que, poco a poco, sigue llenando de maquinaria y empleados. Y a finales de la década llegan nuevas campañas publicitarias (con el famoso eslogan) y nuevos productos, como los pistachos y las pipas de calabaza.

eslogan de pipas Facundo

A una sociedad anónima diversificada

La segunda generación familiar entra en juego en los años 70. La empresa se transforma en sociedad anónima (SA) y se profesionaliza y automatiza todo el procesado de los productos, desde su recepción en fábrica hasta su envasado y venta. Las líneas de producto se amplían con otros tipos de aperitivos, basados en cereal extrusionado, incluyendo algunas marcas míticas como Chaskis y Agujitas. La fábrica de Villada crece y Facundo Blanco SA decide apostar también por la distribución, creando una empresa dedicada solo a ello y mirando, poco a poco, a la venta internacional.

A pesar del fallecimiento de uno de sus fundadores, en 1989, la empresa empieza a explorar otros caminos y sigue creciendo. Llegan nuevos productos, cada vez más elaborados, y una nueva planta de producción de aperitivos en Villamuriel, sin abandonar la provincia de Palencia. Y, sobre todo, llega una apuesta clara por el retail. La compañía pasa a centrarse en envasar sus productos con un diseño unificado (tanto en las bolsas individuales como en los expositores) y pensado para la venta al por menor.

Con el siglo XXI y la tercera generación familiar llega un cambio de estilo, se abandona el eslogan taurino y, aunque la mascota se mantiene como símbolo, esta deja de ser un toro moribundo para ser un toro sonriente vestido con pantalones vaqueros.

nueva imagen de pipas Facundo

Hoy, vende 80 millones de bolsas cada año y tiene una plantilla de 150 empleados repartidos entre sus dos fábricas. En 2018, Facundo Blanco SA tenía activos registrados por un valor de siete millones de euros y ventas superiores a los 16 millones. Lejos de las multinacionales que lideran el sector de los frutos secos, Facundo apuesta por su conexión con el mercado local para mantener su posición.

Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, el consumo de frutos secos en el hogar creció. Según el MAPA, en los 12 meses que terminaron en abril de 2020, se compraron 3,46 kilos por persona, un 7% más que en el año anterior. Entre todos esos miles de toneladas, seguro que había más de una bolsa de pipas Facundo.

Imágenes | Pixabay/Webandi, Facundo SA

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