España genera cada año más de 300 millones de toneladas de CO₂ equivalente. Pero, ¿qué parte de esta inmensa huella de carbono corresponde a cada empresa?
Conocer y calcular en detalle las emisiones de dióxido de carbono es el primer paso para reducirlas. A partir de ahí, es posible diseñar estrategias y planes para optimizar el consumo energético. Y valorar año a año si se cumplen los objetivos de reducción de CO₂. En España este seguimiento se lleva a cabo mediante el ‘Registro de huella, compensación y proyectos de absorción de CO₂’, del que Orange ya forma parte.
De hecho, la labor de la operadora de telecomunicaciones en 2019 acaba de ser reconocida con el sello ‘Calculo y Reduzco’, concedido por la Oficina Española del Cambio Climático (OECC) del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Este sello distingue a aquellas empresas que evalúan su huella de carbono y se encuentran en la senda de reducir sus emisiones.
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Medir para compensar: el bosque de La Umbría
El registro que elabora la OECC recoge desde 2014 los esfuerzos de las empresas españolas y otras organizaciones para calcular y reducir de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es decir, no solo basta con saber cuánto CO₂ se emite y notificarlo al registro; todas las ‘huellas’ deben ir acompañadas de un plan de reducción que es comprobado por la oficina del cambio climático de forma periódica.
La herramienta de reducción de huella de carbono es más que una recolección de números. Y es que también facilita a las empresas posibilidades para compensar sus emisiones mediante una serie de proyectos de recuperación forestal. El objetivo es potenciar la absorción de CO₂ atmosférico y su secuestro en forma de materia orgánica vegetal. Es decir, mejorar los bosques para que limpien la atmósfera y guarden parte del exceso de carbono que emitimos.
Son proyectos como el que Orange está iniciando en Ejulve, en Teruel. Allí ha arrancado la reforestación de cerca de 9,76 hectáreas en el monte de utilidad pública La Umbría. Una vez completada la actuación, se podrá calcular con exactitud la cantidad de CO₂ que será capaz de absorber el bosque. Por ahora se estima que será suficiente como para compensar 2500 toneladas de CO₂ equivalente durante los próximos 50 años.
Ejulve era una zona poblada por Pinus nigra y Pinus sylvestris hasta que un incendio en verano de 2009 acabó con la mayor parte de la masa forestal. La reforestación que Orange está llevando a cabo junto con la empresa especializada Grupo Sylvestris consiste en la plantación de especies de árboles autóctonas y resistentes al cambio climático. Además, se completará con la presencia de arbustos que aumenten la masa forestal del bosque. Para los trabajos se ha contratado y formado a un grupo de más de 25 personas de la zona.
La actuación, cuya conclusión está prevista en el mes de diciembre, pasará a inscribirse en el ‘Registro de huella, compensación y proyectos de absorción de CO₂’ de Orange en 2021. “Llevamos años dando respuesta a la crisis climática, y ahora tenemos un ambicioso plan estratégico que tiene como objetivo alcanzar en 2040 una emisión cero de carbono con proyectos como esta reforestación”, señala Ignacio de Orúe, director general de Personas, Comunicación y Relaciones Institucionales de Orange.
Dos décadas para la huella de carbono cero
La lucha contra el cambio climático está marcada por las referencias del Acuerdo de París. Este fija una serie de objetivos para lograr que la temperatura del planeta no se eleve más de 1,5 º C con respecto a los valores preindustriales. En este camino hay muchos frentes abiertos, como el cambio de modelo productivo, la transición energética y el auge de una nueva movilidad. Para todos ellos, el compromiso de las empresas es fundamental.
Dentro de la estrategia ‘Engage 2025’ de Orange, la compañía se ha comprometido a alcanzar la neutralidad de CO₂ en 2040. Es decir, dentro de dos décadas, la huella de carbono de la operadora será igual a cero. Además de la reducción de las emisiones, ‘Engage 2025’ buscar integrar la economía circular en los procesos y las actividades de la compañía y usar la digitalización para impulsar la eficiencia energética.
Para lograr todo esto, la compañía se ha fijado una serie de objetivos concretos para 2025, como la reducción de las emisiones en un 30% con respecto a 2015 o que al menos el 50% de la energía utilizada proceda de fuentes renovables. Este último objetivo ya se ha superado con creces en España, donde la totalidad de la energía necesaria para las sedes, las tiendas propias y las redes de la compañía es renovable.
Esta estrategia se alinea también con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Acciones como la del monte La Umbría se enmarcan en el ODS 8 (lograr un desarrollo económico inclusivo y sostenible, con empleo decente para todos) y el ODS 13 (combatir el cambio climático y sus efectos). Esfuerzos locales que se multiplican para lograr un objetivo global.
Imágenes | Orange, OECC