Se lleva tiempo hablando de las fintech y de cómo las nuevas firmas tecnológicas están cambiando y van a cambiar para siempre el negocio de los bancos, que en esencia se mantiene invariable desde hace siglos. En los últimos años, esos anhelos de transformación digital también han desembarcado en el potente sector de los seguros.
Las cifras al alza de las insurtech
Las insurtech, esas tecnologías novedosas aplicadas al mundo del insurance, empiezan a mover a cantidades astronómicas de dinero y mucho interés entre informáticos e inversores de todo el planeta. Según CB Insights, estas inversiones ya superan los 1.700 millones de dólares al año. Y PwC calcula que la inyección económica acumulada desde 2010 por las startups del mundo de las insurtech ronda ya los 3.400 millones de dólares.
El germen de las insurtech está en los comparadores de seguros, como Lapoliza.com, Seguros.es o Rastreator.com. En un mundo tan lleno de condiciones y letras pequeñas como es el de las pólizas de coche y los seguros de vida y hogar, nadie quiere pagar más de la cuenta. Por eso se han convertido en herramientas muy consultadas. Al fin y al cabo, todos intentamos conseguir la máxima cobertura al menor precio.
Pero las insurtech no solo permiten encontrar el seguro más barato o conveniente en la web, en un servicio disponible 24×7; o en contratar online seguros tradicionales que hasta la fecha nos ofrecía un vendedor puerta-a-puerta o en la oficina de la esquina. Están apareciendo startups o unidades de negocio en las grandes firmas de insurance que se están preocupando de asegurar los nuevos servicios que generan las últimas tecnologías o la llamada “economía colaborativa”.
Insurtech con nombre propio
Todo este nuevo segmento se entiende mejor si hablamos de las empresas que ya trabajan en su desarrollo. Axa, por ejemplo, a través de su startup Axaopensurance asegura los desplazamientos de particulares a través de Blablacar. Entre otras cosas, Axa garantiza la llegada al destino en caso de avería a través de taxi, ofrece asesoría legal en caso de accidente y se encarga de posibilitar el transporte para recuperar un objeto olvidado en el vehículo. En Francia, Axa también ha firmado con Uber para asegurar en caso de accidente a los autónomos que dan servicio bajo el amparo de la aplicación de transporte.
La cada vez mayor presencia de los millennials en los trabajos, que en muchos casos no conciben desplazarse a una oficina para gestionar sus finanzas y contratos, y que prefieren compartir el coche o la casa a tenerlos en propiedad, exigirá que las insurtech afinen en sus propuestas. ¿Cómo asegurar algo que no es mío, sino que uso cuando me conviene? Los expertos aventuran que proliferarán los seguros colectivos a través de plataformas de crowdfunding.
Seguropordias.com, por ejemplo, es un mediador que permite a los clientes elegir la duración de la póliza con el respaldo de firmas consolidadas como Axa, Arag o Ges Seguros. En unas horas, y por correo electrónico, el cliente puede contratar este servicio temporal.
A este hecho se une la necesidad de asegurar nuevas realidades. Insurdrone está especializado en cubrir a los operadores de drones, no solo en lo que se refiere a los vuelos, sino incluso si el dispositivo es hackeado.
Pero el asunto muchas veces no es sencillo. Pensemos, por ejemplo, en el coche autónomo, que en unos años previsiblemente inundará las carreteras sin un conductor al volante. Y es que surgen muchas preguntas al respecto: ¿Si no conducimos el vehículo, quién debe responder si algo falla? ¿Será el fabricante del vehículo o tendremos que pedirle responsabilidades a la compañía de telecomunicaciones que lo mantiene conectado? ¿O habrá que recurrir a los proveedores de todos los sensores y sistemas de IoT que lo guían desde la distancia?
De todas formas, en el goloso negocio de los seguros de coche, los cambios llegarán antes de que el vehículo autónomo sea una realidad. Hasta ahora, el sexo del conductor, su edad y el color del coche han solido ser los baremos para establecer la cuantía de una póliza. Sin embargo, a partir de ahora los sensores y la electrónica que llenan los últimos modelos de las marcas serán capaces de decirle a la aseguradora cómo conduce realmente cada uno.
Gracias al poder de las soluciones de big data, las aseguradoras estarán en disposición de atesorar una información clave que luego podrá analizarse para dar con el servicio más conveniente. En el ámbito de los seguros médicos, la información en tiempo real suministrada por wearables y parches electrónicos también ayudará a afinar en los productos.
En definitiva, se puede intuir que en los próximos años el sector del seguro tradicional no va a desaparecer, pero cada vez habrá más situaciones nuevas que exigirán productos diferentes y personalizados. Ya están surgiendo muchas startups que se ganan la vida ideando estos nuevos servicios, o divisiones en las grandes firmas que abordan estos nuevos entornos de negocio. Unas y otras tendrán que colaborar.
Por Juan I.