Dentro de dos años, habrá tres veces más objetos conectados a Internet que personas en el planeta. Esa es la última aproximación al inmenso universo del Internet de las Cosas. El usuario ya tiene a su alcance neveras que se comunican con su smartphone, termostatos que mandan señales a su smart watch o televisores que se encienden y apagan las luces del salón con un simple comando de voz. Pero, aunque el Internet de las Cosas parezca pintado para el consumidor, afecta, sobre todo, al mundo de los negocios. Estos son los desafíos y oportunidades que el Internet of Things (IoT) presenta para las compañías de 2018.
Un negocio inteligente
“Nuestro objetivo es resolver los problemas reales de las personas. Esto determina qué cosas hacemos y cómo las hacemos”, explicaba Nick Burton, chief information and digital officer de Belron, grupo de Carglass, en una intervención en el 4YFN 2018. Sus palabras pueden parecer una obviedad, pero han llevado a la empresa a apostar por el Internet de las Cosas para elaborar un mapa de la experiencia del cliente completamente digital.
El objetivo final es acabar conectando a la red más de nueve millones de recambios de automóvil, 30.000 herramientas, 9.000 furgonetas de reparto y 13.000 técnicos en todo el mundo. Este smart business que busca el grupo Belron permitiría estar más cerca de las necesidades del cliente, aumentar la eficiencia del negocio y mejorar las relaciones con el consumidor.
En el camino al negocio inteligente, sin embargo, el Internet de las Cosas también presenta desafíos. Para empezar, está el tema de la conectividad de todos los objetos (sobre todo, los que están en movimiento), pasando por los diferentes estándares y la complejidad de integrar todos los objetos en una única plataforma y acabando por los costes de hardware y software.
Un frente común ante los desafíos
Los desafíos de Belron no son únicos. Son, de hecho, las razones principales que, hoy por hoy, están dificultando la explosión a nivel industrial del Internet de las Cosas. La tecnología está ahí y funciona, es más un tema de gestión y operabilidad. “Hoy existen más de 600 plataformas de IoT que son prácticamente iguales. Tienen diferentes enfoques, pero la tecnología es similar”, señalaba Ignasi Vilajosana, CEO de Worldsensing, tomando el testigo de Nick Burton.
Para este experto, el verdadero desafío está en un cambio cultural, en aprender a trabajar de forma conjunta para desarrollar la interoperabilidad entre los objetos y los estándares, aprovechar toda la tecnología que ya está en el mercado y definir claramente el modelo de negocio, es decir, el ansiado ROI (del inglés, return of investment).
Las tendencias de 2018 en el Internet de las Cosas
“El Internet de las Cosas es un fenómeno global. Es mucho más que conectividad, es un conjunto de tecnologías, una industria interconectada. Además, el IoT brinda la oportunidad a que las empresas más tradicionales recuperen su peso en el mercado”. Alberto Cresto, de Momenta Partners, lo tiene claro desde el punto de vista de la inversión. El Internet de las Cosas es un gran negocio que está solo empezando a despegar.
Su compañía, una firma de capital riesgo que solo invierte en el mundo IoT, ha señalado algunas de las tendencias que van a marcar la industria de las cosas conectadas en 2018.
1. Atentos a la realidad aumentada
La realidad virtual se lleva todas las miradas, pero las posibilidades industriales de la realidad aumentada son aún mayores. Técnicos sobre el terreno, expertos a distancia, asistentes remotos… la realidad aumentada y conectada, que permite añadir capas de información al entorno real mediante algo tan común como un smartphone, ganará peso a nivel industrial en 2018.
2. Computación en el borde
Nos bajamos del cloud computing para explorar las posibilidades del edge computing, es decir, de los objetos que no solo recogen datos, sino que los procesan de forma rápida. Las cámaras, sensores y herramientas capaces de analizar datos de forma inteligente sin necesidad de saturar las redes y la nube dotarán a la industria del Internet de las Cosas de mayor rapidez y eficiencia.
3. Una plataforma para gobernarlas a todas
Ya sea por simple efecto de la competencia o por las fusiones de compañías existentes, el número de plataformas IoT disponibles en el mercado se reducirá en 2018. Es lo que desde Momenta Ventures señalan como una consolidación del mercado. Aun así, en 2018 todavía no se alcanzará el nivel de consolidación de otros campos, como las bases de datos o la computación en la nube, en las que un puñado de compañías lideran el mercado. Algo parecido se experimentará a nivel de estándares. Se avanzará hacia protocolos comunes y compartidos, pero todavía no se alcanzará la ansiada estandarización.
4. El blockchain gana peso
Si todavía no te suena lo de la cadena de bloques o blockchain, mejor que empieces a familiarizarte con el término. Se trata de una tecnología de base de datos descentralizada, abierta, ágil y tan segura como compleja. Se dio a conocer de la mano del Bitcoin, pero cada vez gana más peso en otras industrias. Para Momenta Ventures, en 2018, la tecnología blockchain se desarrollará, sobre todo, para mejorar la eficiencia y la seguridad de las transacciones del Internet de las Cosas.
5. Ciberseguridad: la prioridad número uno
Cuando hablamos de miles de millones de objetos conectados a la red, objetos que pueden almacenar información delicada tanto a nivel industrial como a nivel personal, la seguridad es una prioridad. “Una seguridad débil pone en riesgo no solo los beneficios o la reputación de la compañía, sino que incluso puede poner en riesgo la vida de personas si hablamos de maquinaria pesada o robots que son hackeados”, señalan desde la compañía de capital riesgo. Así, la ciberseguridad en IoT atraerá buena parte de las inversiones y la innovación en el sector durante 2018.
6. Crece la inversión (y su retorno)
A medida que la industria del Internet de las Cosas continúa consolidándose, Momenta Ventures pronostica un crecimiento de la inversión en IoT, sobre todo en fábricas y transportes. Las vías de retorno de esta inversión también se irán definiendo, sobre todo en algunos sectores concretos como el de smart cities.
Juan F. Samaniego
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