Millones de profesionales en España desempeñan su labor en casa desde que el Gobierno decretó el estado de alarma a principios de marzo.
Y con ellos, también decenas de miles de directivos y gerentes que tienen que liderar equipos en remoto desde el confinamiento. No es una tarea fácil, ni en lo profesional ni en lo psicológico. En este post ofrecemos algunas claves para mantener el negocio, una buena organización y las plantillas motivadas. Hoy, más que nunca, necesitamos líderes que se desenvuelvan bien en la distancia. [hde_related]
Aunque están en casa haciendo teletrabajo, los directivos españoles echan más horas que nunca, igual que muchos de sus empleados. En primer lugar, porque en pocas semanas han tenido que cambiar la forma de trabajar y de coordinarse con el resto. En otras palabras, han salido por la fuerza de su zona de confort en la oficina. Y eso es duro.
Muchos fuegos que apagar
Además, tienen que esforzarse más porque hay muchos fuegos por apagar. En estas semanas frenéticas de crisis sanitaria, directivos y propietarios de empresas tienen que lidiar con la cambiante legislación laboral y con los famosos ERTE en el punto de mira. Y eso es un quebradero de cabeza.
También deben prestar mucha atención a las medidas higiénicas y sanitarias porque algo tan delicado como la salud de empleados y sus familias está en cuestión estos días. Y eso es una preocupación totalmente nueva para la mayoría de gestores. Y también deben supervisar cuestiones técnicas, como la conectividad y la seguridad de los datos en un momento de teletrabajo masivo en el que casi toda la información corporativa está, de una forma u otra, viajando por internet.
[hde_summary] Al no haber desplazamientos, reuniones presenciales o viajes, todos pueden optimizar el tiempo [/hde_summary]
Y, además de todas esas cuestiones, les queda todavía por hacer su trabajo de siempre: diseñar estrategias de crecimiento y ponerlas en marcha. Pero con el problema añadido de que ahora el panorama es de inmensa incertidumbre y en la mayoría de los casos las compañías están abocadas a una dramática caída de ingresos y de actividad por la crisis sanitaria.
De todas formas, un líder a distancia también debe aprovechar las ventajas del teletrabajo en cuanto a eficiencia. Y es que al no haber desplazamientos, reuniones presenciales o viajes, todos pueden optimizar el tiempo y tienen incluso la oportunidad de repensar procesos.
Liderar es controlar, pero sin pasarse
Precisamente, para liderar equipos en remoto es tarea clave que el directivo se asegure que en este nuevo escenario todos sepan qué tienen que hacer, cómo y cuándo. Además, hay que permitir a los equipos que tomen ciertas decisiones por su cuenta y realicen reuniones online, pero solo las necesarias.
Un líder en la distancia tiene que hacer un control del trabajo de su equipo sin resultar invasivo, porque eso mina la confianza. No se trata tanto de comprobar a cada rato quién está en su sitio y qué hace, porque eso daría a entender que no se fía de los miembros de su equipo. Más bien, se trata de establecer unos objetivos claros para todos e ir evaluando su consecución. En este sentido, las reuniones online son una buena manera para comprobar el avance de cada departamento y motivar a los trabajadores.
[hde_summary] No se trata tanto de comprobar a cada rato quién está en su sitio y qué hace, porque eso daría a entender que no se fía de los miembros de su equipo [/hde_summary]
Que haya objetivos comunes e individuales es clave para sacar adelante tareas en un entorno de teletrabajo. Para que todos cumplan, el directivo que gestiona una empresa o un departamento desde casa debe establecer unas reglas y transmitir una información clara en cuanto a plazos, responsabilidades y horarios de trabajo. Que todo funcione dependerá también de la madurez de la plantilla, tanto a nivel colectivo como individual.
La conversación con los propietarios
En unos tiempos de gran incertidumbre como los que vivimos, los directivos deben transmitir confianza a los empleados. Pero también, mirando hacia arriba en la jerarquía, dar seguridad a los propietarios o los accionistas. A ellos tendrá que informarles y darles a entender que, dentro de lo que se puede, se están sacando las cosas adelante. Un directivo que quiera liderar equipos en remoto tendrá, pues, que transmitir consignas claras y motivación tanto hacia la parte de abajo en el organigrama como hacia arriba.
[hde_summary] Un directivo tendrá que transmitir consignas claras y motivación tanto hacia la parte de abajo en el organigrama como hacia arriba [/hde_summary]
Otro tema crucial que tiene que tener en mente un directivo es la liquidez de la compañía en un momento de shock económico y de caída dramática de los ingresos. Eso se puede lograr recortando partidas de gasto que no se consideren imprescindibles. O aplazando pagos a proveedores y adelantando cobros para mantener el flujo de caja. En estos tiempos es fundamental que no se rompan las líneas de pago, con el fin de recuperar cuanto antes la normalidad cuando la crisis se suavice. La etapa post coronavirus se puede complicar mucho si la empresa está muy amenazada por impagos o tiene muchos clientes morosos.
Prepararse para el futuro
Por último, un líder en tiempos de coronavirus tiene que proyectar escenarios y elaborar planes de contingencia. Algunos expertos recomiendan crear un comité de crisis con el que mantenga comunicación permanente y con el que se pueda dibujar el peor escenario posible, puesto que los enfoques tradicionales pueden no ser suficientes.
Hoy los presupuestos que había para 2020 son, claramente, ‘papel mojado’. Son previsiones que se las ha llevado el viento, o, mejor dicho, el virus. De todas formas, pocos se aventuran en estos momentos a decir cómo repercutirá la crisis sanitaria en su negocio de todo el año. Los expertos recomiendan ir viendo escenarios y no revisar los presupuestos iniciales hasta que baje la incertidumbre. No conviene cambiar cada día de opinión ni dar una imagen de confusión al mercado. Sobre todo si se trata de una empresa cotizada, porque eso mella en la credibilidad para los inversores.
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