A pesar de no ser nuevo. el management es un concepto cada vez más importante en el mundo empresarial. Traducido al castellano y, según el ámbito, significa administración, dirección o gestión. Es decir, antes de su aplicación formal, las empresas ya tenían roles similares al management.
A finales del siglo XX, cuando las marcas empezaron a necesitar flexibilidad y aprovechar sus recursos al máximo, fue necesario que distintos poderes dentro de las compañías “escapasen” de la dirección general y permeasen toda la estructura de trabajo. Poco a poco, constituyeron el management moderno.
¿Qué es el management de una empresa?
Imaginemos una empresa cualquiera, con varios niveles jerárquicos, sometida a distintos esfuerzos externos, como la demanda y la percepción de sus productos, o la llegada de un nuevo competidor. El management es el mecanismo que conduce los esfuerzos de la organización para adaptarse a estos cambios.
Por tanto, el management no es una única función en una empresa, sino varias distribuidas a lo largo de los distintos niveles; y tampoco existe un único tipo de management o gestión, sino varios, en base a la estrategia general de la empresa, a su misión, visión y valores, y a cada proyecto concreto que analicemos.
¿Qué niveles tiene el management en una marca?
Cojamos una empresa cualquiera, desde una pyme a una gran empresa. Salvo excepciones de empresas “sin jefes”, todas ellas tienen una estructura, generalmente de tipo piramidal que engloban distintas áreas. En todas puede ser aplicado el management y la gestión empresarial para maximizar los recursos.
Management en la dirección
La dirección de una empresa grande tiene distintos roles como son el CEO, el CIO o el COO, que en las pymes aparecen representadas en menos personas. Cada una de estas funciones gestiona en cierta medida los recursos de la organización. Los organiza y dirige, y por tanto realiza las funciones de manager.
La asignación de recursos
A menudo, cuando pensamos en recursos, tendemos a lo material. Sin embargo, los distintos managers han de tener en cuenta conceptos como el tiempo, a los propios empleados o la imagen de marca. Estos recursos se reparten “desde arriba” y caen en las distintas áreas de especialización.
Por ejemplo, desde la dirección se realiza una labor de management para impulsar con 300.000 euros el área de ingeniería; y este área realiza una labor de management a la hora de repartir ese capital en los distintos proyectos. Lo mismo se aplica a recursos humanos o al tiempo.
El management más allá del día a día
Todos los objetivos (KPIs) que se persiguen en las distintas áreas funcionales de la empresa tienen plazo, la T de los objetivos SMART: corto plazo, medio plazo y largo plazo. Para cada uno de ellos, las distintas áreas de dirección, así como los equipos bajo ellos, han tenido que gestionar recursos futuros, trayéndolos al presente y realizando estimaciones para distintas fechas.
El control del management
La asignación de recursos a lo largo del tiempo y los KPI se unen en el llamado control, que no deja de ser un proceso iterativo de revisión constante de los objetivos para ver si se cumplen o no.
Si, tras varios meses del arranque de un proyecto se observa que tiene buenos resultados pero que está falto de recursos, es a través del management que se plantea o no su asignación. De igual modo, también puede decidirse su cierre.
Management 2.0 y Management 3.0, ¿qué ha cambiado?
A raíz de Internet han surgido nuevos puestos en las empresas, nuevos roles y también la modificación de funciones ya existentes, que han tenido que ampliar su área de trabajo. El management es una de ellas, y recibió la nomenclatura de management 2.0 cuando las telecomunicaciones entraron en las empresas.
Este hecho dispersó en cierto modo el poder antes centralizado del management conocido hasta la fecha, haciendo de la gestión (especialmente la del día a día) una tarea más colectiva que personal. Si el management 1.0 se caracterizaba por decisiones “desde arriba”, el management 2.0 busca un consenso.
El management 3.0 es la evolución de los dos anteriores hacia jerarquías más difuminadas, como comenta Jurgen Appelo, autor del libro Management 3.0 (2010). Pone el ejemplo de una empresa con 100, 500 o miles de trabajadores que, lejos de ser una jerarquía, es una red.
En su libro, Appelo señala cómo la complejidad del día a día (la ingobernabilidad de los mercados) necesitan una gestión distribuida en la que cada trabajador y participante en la empresa tenga algo de gestor, por lo que el rol del manager está todavía más descentralizado.
Quizá, con la llegada de la robotización y la Industria 4.0, tengamos que actualizar el término a un cuarto grado; pero hasta el momento el management sigue, pese a su extensión, concentrado en los gestores, directores y mandos intermedios de las empresas, especialmente las de mediano tamaño.
Por Marcos Martínez
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