El pasado 19 de abril de 2022, el Gobierno decretó el fin de las mascarillas en interiores. Se ponía fin a 699 días en los que hemos tenido que convivir con los cubrebocas de forma obligatoria.
Desde ese día, su utilización ha pasado a ser voluntaria con carácter general, salvo en algunos supuestos, como el transporte público o en centros sanitarios y sociosanitarios. ¿Qué pasa en las oficinas y centros de trabajo? Si bien no es obligatorio, sí que hay algunos matices que las empresas deben tener en cuenta. [hde_related]
El uso de las mascarillas en oficinas, en manos de las empresas
El Real Decreto 286/2022, de 19 de abril, por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, eliminó la obligatoriedad en los centros de trabajo. Sin embargo, también dejó la puerta abierta a que sean las empresas las que establezcan este deber entre sus empleados.
En concreto, según la propia redacción de la normativa, “en el entorno laboral, serán los responsables en materia de prevención de riesgos laborales, de acuerdo con la correspondiente evaluación de riesgos del puesto de trabajo, quienes determinen las medidas preventivas adecuadas que deban implantarse en el lugar de trabajo o en determinados espacios de los centros de trabajo, incluido el posible uso de mascarillas, si así se derivara de la referida evaluación”.
Es decir, el uso de mascarillas en los centros del trabajo dependerá de lo que establezcan los servicios de prevención de riesgos laborales, que serán quienes valoren cómo se utilizará en espacios comunes.
Mascarillas en las oficinas: ¿sí o no?
A pesar de que en las oficinas las mascarillas han dejado de ser obligatorias, la ponencia de expertos todavía recomienda llevarla cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio.
Es decir, Sanidad sigue aconsejando su utilización en las oficinas que no cuenten con los criterios de seguridad adecuados a los trabajadores que sean considerados como vulnerables o en algunas zonas que estén mal ventiladas. No obstante, tal y como establece el decreto, no es una imposición, sino una mera recomendación.
¿Qué han hecho las empresas en relación con el fin de las mascarillas?
Existen diferentes opiniones de las empresas respecto al uso que deben hacer sus empleados de la mascarilla. Algunos han optado por obligar y otras solo por recomendarlo, sobre todo en una serie de supuestos lógicos. Estas son las experiencias de algunos sectores.
Banca
Aunque no existe un consenso generalizado entre las entidades bancarias, la Asociación Española de la Banca (AEB) ha explicado que las entidades seguirán exigiendo el uso de mascarillas en sus oficinas cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad con sus clientes.
Las opiniones son dispares. CaixaBank decidió seguir manteniendo el empleo obligatorio del cubrebocas en sus oficinas, mientras que Sabadell, BBVA y el Banco Santander decidieron apelar a la responsabilidad de sus empleados, aunque recomiendan seguir llevándolas si el trabajador muestra síntomas compatibles con la COVID-19 o no se puede respetar la distancia de seguridad.
Consultoría
En las empresas de consultoría parece que existe una opinión unificada en torno a la retirada de las mascarillas de las oficinas. De las Big Four, tanto KPMG como PwC han decidido eliminar la obligatoriedad del uso de las mascarillas en España. Deloitte y EY esperan hacerlo en breve, una vez se analice correctamente el Real Decreto y lo estudien sus servicios de prevención de riesgos laborales.
Telecomunicaciones
Las empresas de telecomunicaciones también han optado, con carácter general, por eliminar la obligatoriedad del cubrebocas en los puestos de trabajo. Telefónica ha comunicado que sus casi 20 000 trabajadores ya pueden prescindir del uso de mascarillas en sus instalaciones, salvo en las zonas comunes, salas de reuniones o si se presentan síntomas compatibles con la enfermedad, y siempre apelando a su uso responsable.
Vodafone, por su parte, también ha optado por la eliminación a la obligatoriedad en el uso de mascarillas, aunque mantiene a colectivos vulnerables teletrabajando. Orange sí establece el uso de mascarilla en los accesos a la oficina, pero es voluntario en el puesto de trabajo y zonas comunes si se puede mantener la distancia de seguridad.
Energía
Las empresas de energía también apelan al uso responsable de la mascarilla, aunque sin obligar su uso. Tanto Iberdrola como Endesa establecen que las mascarillas serán voluntarias en el puesto de trabajo, pero obligatorias en salas de reuniones o si no se puede mantener la distancia de seguridad.
Comercio
El caso del comercio es el más complicado, ya que los empleados suelen estar de cara al público y existe un mayor riesgo de contagio. No obstante, las empresas de este sector tampoco están obligando a sus empleados a ponérsela con carácter general, restringiendo su uso a determinados supuestos.
En El Corte Inglés, por ejemplo, su obligación se limita a determinadas circunstancias, como que su trabajo suponga estar muy cerca del cliente o si este la lleva, en señal de cortesía. Mercadona recomienda su uso a empleados vulnerables, como embarazadas, mayores de 60 años e inmunodeprimidos.
En definitiva, aunque no existe un consenso entre empresas ni sectores, lo cierto es que la mayoría de las compañías han apostado por un modelo mixto, apelando a la responsabilidad individual de los empleados, y manteniendo la obligatoriedad de su uso en algunos supuestos, como en algunas zonas comunes y salas de reuniones.
Balance de la eliminación de la mascarilla en interiores: ¿han aumentado los contagios?
Han pasado ya varias semanas desde la eliminación de la mascarilla en interiores y toca hacer balance. ¿Qué ha ocurrido con la incidencia acumulada y las hospitalizaciones? El Ministerio de Sanidad tan solo proporciona información sobre la incidencia acumulada en mayores de 65 años, pero las hospitalizaciones sí han aumentado desde las 5635 del 19 de abril de 2022 hasta las 6817 del 31 de mayo, un 20 % más.
La presión asistencial ha aumentado, aunque a un ritmo todavía tolerable, ya que en ningún caso ha superado el 5 % de presión en las UCIs y poco más del 6 % en hospitalizaciones. En general, no se han identificado brotes reseñables en oficinas tras el fin de las mascarillas en interiores, y la estabilidad es la nota predominante.
De cómo evolucione la pandemia en los próximos meses en España dependerá que los departamentos de riesgos laborales adopten una situación u otra en relación con la mascarilla. Cabe destacar que la situación puede ser reversible, en la medida que evolucionen los contagios.
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