Ante la idea de no tener que acudir presencialmente a una oficina cada día, muchos trabajadores se plantean un cambio de vivienda.
Con el confinamiento, las empresas que no se habían atrevido a implantar el teletrabajo tuvieron que aplicarlo para poder continuar su producción. Durante estos meses de emergencia sanitaria se han demostrado sus beneficios tanto para trabajadores como para empresas: flexibilidad horaria, conciliación familiar, ahorro de costes de transporte, mejora de la productividad… Este modelo de trabajo, que en España no estaba demasiado extendido, se está consolidando ante los buenos resultados.
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En los próximos meses, por prudencia y seguridad, trabajar desde casa seguirá siendo lo habitual. Más allá de la crisis sanitaria, todo apunta a que buena parte del teletrabajo ha llegado para quedarse. De hecho, el Gobierno está redactando un nuevo texto legal que regule el trabajo en remoto.
Ante este nuevo escenario, las prioridades cambian y los trabajadores se plantean cuáles son los mejores lugares para teletrabajar. La vivienda y el lugar de residencia pasan a tener más fuerza. Interesa tener un espacio óptimo para desarrollar la jornada laboral y también se valora positivamente poder conciliar con facilidad.
La vivienda, en el punto de mira
El impacto de la pandemia de la covid-19 también ha afectado al mercado inmobiliario y a las intenciones de compra de inmuebles. Muchos trabajadores se plantean comprar una vivienda adecuada a la nueva situación ante la posibilidad de que el teletrabajo se consolide.
Lo primero que se demanda es más espacio. Idealmente, hablamos de disponer de un despacho propio que permita separar la vida laboral de la familiar. El lugar destinado al trabajo debe cumplir con algunos mínimos: iluminación natural, ventilación, aislamiento de ruidos, buenas condiciones térmicas…
También se valora muy positivamente que la casa disponga de zonas exteriores, como balcones, jardines o patios. A la lista de deseos se añaden una buena conexión a internet y la posibilidad de contar con estancias extra para acoger a otros miembros de la familia.
La consultora inmobiliaria Knight Frank ha publicado recientemente los resultados de su ‘Global Buyer Survey’. Este estudio analiza el impacto de la pandemia en el mercado inmobiliario, y recoge las opiniones de más de 700 personas de 44 países diferentes.
Uno de los puntos clave es la actitud de los compradores particulares respecto a la compra de vivienda en todo el mundo. Una de cada cuatro personas encuestadas se plantea cambiar de residencia a lo largo del próximo año. De estos, un 40% optaría por una vivienda distinta en la misma ciudad y un 26% cambiaría de localidad dentro del mismo país. El 34% restante se plantea la posibilidad de comprar en el extranjero.
España, el segundo país preferido para vivir
La lista de mejores lugares para teletrabajar en el extranjero la encabezan Reino Unido, España y Francia. Otros destinos muy bien valorados para comprar una vivienda son Suiza, Canadá, Estados Unidos y Australia. Las principales razones que se apuntan para escoger el país de destino son:
- La buena calidad de vida.
- Estabilidad política.
- Acceso a la atención médica.
- El sistema educativo.
- Una moneda segura.
¿Bajarán los precios de la vivienda?
La gran pregunta que se hacen los que se plantean comprar una vivienda este año es si, tal y como apuntan las previsiones, los precios empezarán a bajar como consecuencia de la crisis mundial de la covid-19. Según el informe ‘Prime Global Forecast’ de abril de 2020, al que hace alusión la encuesta de Knight Frank, sí se prevé una caída media del 2,5% de la variación interanual de los precios en 2020 en 16 de las 20 ciudades analizadas. Concretamente, en Madrid se estima una caída del 4% y una recuperación del 3% en 2021.
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