La primera impresión es la que cuenta. Al menos hasta que conozcamos algo más a la persona sobre la que hemos emitido nuestro juicio. Esto vale para las relaciones personales y las profesionales. Y si compartimos espacio de trabajo con ellas, echar un vistazo a su mesa de trabajo también nos predispone acerca de su personalidad.[hde_related]
Los más ordenados inspiran más confianza. Quienes les rodean consideran que seguramente serán más agradables que los compañeros con escritorio caótico. Al menos, esta es la conclusión a las que han llegado un equipo de psicólogos de la Universidad de Michigan.
¿Ordenado o desordenado?
Los investigadores tenían como objetivo comprobar si había una relación directa entre el aspecto del lugar de trabajo de una persona y los juicios que sobre su personalidad hacen los demás. Para los cual llevaron a cabo varios experimentos con 160 participantes. Todos ellos de Estados Unidos.
A cada uno se le asignó al azar una tarea: que acudiera a una cita con dos investigadores. El de la oficina A la tenía limpia y ordenada. Con los papeles perfectamente colocados sobre la mesa. Los libros correctamente ordenados. Y todas las carpetas bien etiquetadas.
Mientras que en el caso de la oficina B se jugó con más de una variable. Se presentó desordenada (experimento 1) o muy desordenada (experimentos 2 y 3). La mesa estaba llena de documentos apilados. Los libros en las estanterías no seguían ningún criterio lógico de clasificación. E, incluso, había papeles por el suelo y un reloj que marcaba una hora menos.
Todos los participantes pensaron, como era de esperar, que el investigador de la oficina B era menos concienzudo que el investigador de la oficina A. En los experimentos 2 y 3, los participantes, además, incluyeron a su juicio rasgos sobre su personalidad. Pensaron que el investigador de la oficina B era menos agradable y más neurótico que el de la A.
Extrovertido o concienzudo
Aparte de estos rasgos generales, en los últimos años se han llevado a cabo diferentes análisis que tratan de determinar, precisamente, la personalidad en función del aspecto del lugar de trabajo. Uno de los últimos es el realizado por la psicóloga ambiental Lily Bernheimer. También fundadora de Space Works, empresa dedicada a diseñar espacios de trabajo eficientes.
El desordenado. Su escritorio suele ser caótico y colorido. Suele corresponder a la de una persona extrovertida y a la que le gusta la interacción social. “Son buscadores de emoción y se aburren fácilmente sin estímulo. Les gusta rodearse de materiales y objetos de colores llamativos, y relacionados sus muchas actividades”. Tienden a ser asertivos, alegres y, sobre todo, amigables. Pero como siempre están ocupados, no tienen tiempo para poner orden en su mesa.
El minimalista. Está en el otro extremo. Su espacio de trabajo está extremadamente organizado. Lo que descubre a una persona muy concienzuda, ordenada, disciplinada y cautelosa. “Al minimalista siempre le encontrarás organizando sus archivos, afilando lápices y anotando fechas en su calendario”. Las personas concienzudas tienden a ser trabajadoras, de confianza, enfocadas y orientadas a los logros, les gusta hacer planes y seguir rutinas.
Dominante, introvertido o creativo
El expansivo. Todos los días su escritorio parece crecer un poco más con una nueva pila de archivos. O con cualquier otro objeto que no termina de colocar en su sitio. Les gusta marcar su espacio. “El comportamiento altamente territorial puede indicar que una persona es más dominante y agresiva. E incluso menos sensible y con falta de empatía”. El expansivo suele elegir los puestos de trabajo en el centro de la habitación. Esto es por ser más dominantes y defensivos de su espacio que los que están en los extremos.
El topógrafo. Desde su puesto de trabajo tiene una perspectiva amplia de la oficina. Suele colocar su asiento de espaldas a la pared para ver lo que ocurre. Si no es así, se despistan y se sienten inseguros. “La necesidad de más espacio personal está vinculada a la introversión y mayores tasas de ansiedad”. Los introvertidos se ven abrumados por demasiada estimulación. Extraen su energía de las actividades solitarias y suelen ser muy creativos.
El personalizador. Un espacio de trabajo distintivo, elegante e inusual es indicador de una persona creativa, intelectual y abierta a nuevas experiencias. Una variedad de libros o revistas sobre diferentes temas comunican curiosidad. Mientras que las fotos o los recuerdos de viajes muestran interés por nuevas. “Una oficina altamente personalizada sugiere que se trata de una persona abierta y extrovertida”.
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