¿Conoces las ventajas del método Delphi para la gestión empresarial?

Empresa

En la era del big data y el análisis de la información, existen situaciones en las que las empresas no cuentan con suficientes datos como para tomar una decisión clara. Las soluciones deberán surgir de otros procesos, quizá tan versátiles y predictivos como supone el método Delphi.

Se trata de una técnica cualitativa y de prospección en la que las conclusiones no se extraen de las cifras, sino del uso estratégico de opiniones cualificadas. Para ello, se cuenta con un panel de expertos que, desde sus conocimientos y experiencias, ayuden a la empresa en su toma de decisiones.

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Creado por Olaf Helmer y Theodore J. Gordon, basa su nombre en el oráculo griego de Delphos. Fue empleado por primera vez en los años cincuenta por el centro de investigación RAND Corporation. Eran tiempos de gran incertidumbre militar y el método Delphi se usó para realizar un pronóstico sobre la cantidad de armas que el ejército estadounidense podría necesitar en caso de guerra nuclear.

¿Para qué sirve el método Delphi?

El método Delphi puede usarse en diversos ámbitos, como la investigación de mercados, la demanda de productos y la optimización de procesos. Se emplea en contextos en los que no existe un histórico de datos sobre los que trabajar. Por ejemplo, cuando las consideraciones éticas predominan sobre las económicas o en situaciones en las que los factores externos a la compañía tienen mayor peso que los internos.

Entre sus objetivos, destacan:

También existen inconvenientes, como la necesidad de invertir tiempo y esfuerzo tanto para encontrar un buen panel de expertos como para desarrollar un proceso ágil que no devenga en interacciones farragosas o conclusiones demasiado subjetivas. Siempre se ha de tener en cuenta que las aportaciones de los expertos se basan en puntos de vista particulares.

Los elementos clave

En el método Delphi, existen cuatro factores igual de importantes.

La identificación del problema

El tema a explorar ha de ser claro y específico. Esto ayudará a que la conversación se centre y no se pierda en ramificaciones secundarias. A pesar de que puede haber problemáticas complementarias, es necesario definir con claridad la dificultad a resolver. 

El mediador

Se trata del responsable de dirigir el proceso. Entre sus funciones está la de seleccionar a los expertos, redactar los cuestionarios y asegurarse de que la comunicación es fluida. Suele ser un trabajador de la empresa que conozca bien el obstáculo a solucionar y ha de ser imparcial.

Los expertos

Es útil escoger especialistas en el tema, pero también otros perfiles que puedan contribuir con puntos de vista originales y suplementarios. El anonimato es fundamental. Los expertos no interactuarán de forma directa ni sabrán quienes son sus compañeros. Así se fomenta la independencia en sus aportaciones.

El cuestionario

El método Delphi se realiza a partir de un cuestionario que trata el conflicto de manera directa y concisa. Es útil incluir respuestas cerradas y abiertas, pero nunca combinar varios interrogantes en un mismo apartado, sino siempre focalizar en un solo asunto por vez. Asimismo, es importante redactar las preguntas de la manera más objetiva posible, evitando sesgos que puedan decantar una opinión.

Para respetar el anonimato de los participantes, se les puede hacer llegar la encuesta a través de un correo electrónico o dándoles acceso a un cuestionario web.

¿Cómo se desarrolla el método Delphi?

Una vez elegidos los expertos, se les envía un primer cuestionario con preguntas más generales sobre el tema. Es una primera toma de contacto para que se familiaricen con el asunto y se empiecen a vislumbrar posibles medidas y herramientas.

Tras obtener los resultados, el mediador deberá analizar la información y podrá elaborar un segundo cuestionario que profundice en la temática y en el que abordar materias surgidas en las primeras respuestas. Así, los especialistas podrán ahondar en aspectos concretos o matizar sus posiciones iniciales. Pero también opinar sobre las propuestas aportadas por sus compañeros, sin saber quién las ha formulado. De esta manera, se sortea el ‘efecto líder’ en el que se sigue la opinión de la personalidad más fuerte. 

Si es necesario, se realiza una tercera ronda de consultas, quizá con un grupo más pequeño de expertos, en el que las soluciones y las tendencias se marcarán ya con claridad.

Todos esos cuestionarios aportarán información relevante que deberá ser estudiada después por el mediador y su equipo de trabajo. Es importante tener en cuenta cada matiz y comentario. Cada pequeña reacción, por banal que parezca, puede esconder una valiosa reflexión.

Por último, es momento de extraer conclusiones y tomar las decisiones oportunas. Nunca hay que desviarse del tema central, aunque algunas de esas interesantes aportaciones puedan arrojar luz sobre asuntos que quizá la empresa no se había planteado analizar. Todo ello podrá ser estudiado más adelante.

Imágenes | Javier Allegue Barros, Towfiqu barbhuiya, Dylan Gillis en Unsplash

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