“Se buscan hombres para un viaje peligroso. Sueldo bajo. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura retorno con vida.” Se dice que este anuncio fue publicado en el periódico londinense The Times a principios del siglo XX. Parece la perfecta definición de uno de los peores trabajos del mundo. Lo habría ordenado insertar el explorador británico Ernest Shackleton con el fin de reclutar la tripulación con la que intentar cruzar la Antártida pasando por el polo sur.
¿Encontró respuesta? La verdad es que sí. Parece ser que lo hicieron miles de personas. Quizá influyese la parte final del anuncio, que garantizaba “honor y reconocimiento en caso de éxito”.
Sea como fuera, lo cierto es que los peores trabajos del mundo pueden ser, por paradójico que parezca, los mejores para muchísimas personas. De hecho, existe un elevado grado de subjetividad al calificar un trabajo como bueno o malo. En general, se trata de empleos que contribuyen a una labor social gratificante, pese a los sacrificios y que, además, pueden contar con algunas condiciones favorables que los hagan atractivos. Sin seguir un orden jerárquico, estos 27 son algunos de los considerados con mayor frecuencia como peores trabajos del mundo.
Trabajos emocionalmente complejos
Algunas personas tienen que estar permanentemente en contacto con lo peor de la condición humana. Otras tienen que convivir continuamente con el sufrimiento más desgarrador, aunque no haya sido causado por ningún ser humano.
1) Moderador en redes sociales de contenidos violentos, racistas, de explotación infantil, de explotación sexual, etc.
2) Policías especializados en crímenes violentos
3) Sanitarios que trabajan en hospitales de enfermos terminales
Los peores trabajos del mundo para escrupulosos
Los más escrupulosos suelen huir despavoridos de este tipo de trabajos por asco. En otros casos se trata de empleos desconocidos que generan temor y reacciones emocionales de rechazo.
4) Desatrancador de arquetas de aguas fecales
5) Probador de comida para animales domésticos
6) Limpiador de fosos de abono
7) Desratizador
8) Trabajos con sementales
9) Testadores de olores desagradables
Los trabajos más peligrosos
Todos los trabajos tienen sus peligros: físicos, emocionales, para las relaciones sociales, riesgos patrimoniales, peligros para terceras personas, etc. Sin embargo, en algunos el peligro se convierte en extremo y nos acompaña cotidianamente en cada acción laboral.
10) Domador de animales de circo
11) Militares y civiles desplazados a zonas en guerra
12) Desactivador de explosivos
13) Bombero
14) Piloto de líneas aéreas
15) Obreros que trabajan en altura
16) Personal de desbroce de montes
17) profesionales de deportes de alto riesgo
Los trabajos más penosos, duros e incómodos
Hay trabajos que exigen un esfuerzo físico muy elevado durante períodos muy prolongados de tiempo. En ocasiones, las posturas son muy incómodas y mantener el ritmo es todo un reto. En otras, se está expuesto a calores asfixiantes o fríos heladores. También hay empleos exageradamente expuestos a los ruidos.
18) Pescador de altura
19) Minero
20) Trabajos que se desarrollan en cámaras frigoríficas
21) Empleados expuestos a la intemperie en estaciones de esquí
22) Empleos relacionados con el asfaltado de calles y carreteras
23) Personal de control de tierra en aeropuertos
24) Carpinteros
Trabajos potencialmente nocivos para la salud
Algunos trabajos arrastran consigo un riesgo más elevado de sufrir una enfermedad profesional. No obstante, en general, los efectos en la misma ocupación pueden ser muy distintos en dos empresas diferentes en función de las medidas de seguridad, higiene, formación, control de riesgos, etc. que se tomen.
25) Trabajadores que manipulan sustancias tóxicas
26) Sanitarios que trabajan con pacientes con enfermedades graves fácilmente contagiosas
27) Empleados de peluquería
Muchas personas piensan diariamente en abandonar su empleo porque consideran subjetivamente que es uno de los peores trabajos del mundo. Sin embargo, mientras permanezcan en su puesto, es razonable que luchen por mejorar su motivación, hacer su empleo más agradable y aportar su granito de arena a la mejora de las condiciones de su profesión.
Por Gonzalo García Abad.