El desarrollo del comercio puede explorar diferentes oportunidades de colaboración entre el pequeño comercio y las grandes empresas de distribución.
El pequeño comercio como punto de enlace
El pequeño comercio llega hasta los últimos rincones. Eso se ve claramente, por ejemplo, en las poblaciones rurales, en las que las distancias, los costes de transporte, las diferentes formas de actuación y otros factores son un elemento que condiciona el acceso de la población a los servicios del gran comercio.
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Sin embargo, eso también se observa en las ciudades. Muchas grandes empresas, a pesar de su tamaño, no llegan a cubrir con la intensidad deseada toda la urbe. Abren un centro, o varios, enfocados a puntos concretos.
Las características sociodemográficas de la población varían, por ejemplo, de unos distritos, barrios o calles a otros, o entre el centro y las localidades de la periferia. El ajuste es imperfecto. Habría posibilidades de expansión hacia nuevos públicos, pero no se llega a todos ellos.
Emplear pequeños comercios como puntos de enlace con el cliente, tanto físico como electrónico, y con la realidad de todo el territorio puede ser, en determinados casos, bueno para ambas partes. Son muchas las labores de enlace que pueden realizar los pequeños comerciantes, según las necesidades:
- Tramitación de envíos.
- Puntos de entrega.
- Sugerencias y reclamaciones.
- Información sobre ofertas del gran comercio.
- Lugar de prueba.
- Satisfacción de pagos y obtención de facturas y documentos.
- Gestión de devoluciones.
La gran empresa puede dejar el contacto en manos de profesionales, sin tener que adiestrar personal propio para enfocarlo a un territorio que, en principio, no entre dentro de los más prioritarios para la empresa.
Incluso, los pequeños comerciantes atesoran un conocimiento difícil de adquirir por otros medios sobre la idiosincrasia del lugar y de las gentes que lo habitan. Además, puede aprovechar los locales del pequeño comercio para evitar algunas grandes inversiones.
La búsqueda de proveedores
Otra de las grandes características de los pequeños comercios es su gran variedad. De hecho, muchos pequeños productores solamente llegan a distribuir sus productos en estos establecimientos. Hay miles y miles de pequeños comercios que, entre todos, suman un número gigantesco de referencias.
Al gran comercio le encantaría poder descubrir constantemente nuevos proveedores con potencial. Sin embargo, dado que el número de referencias con el que pueden trabajar es limitado, no pueden realizar un número elevado de pruebas. Son muchos los que quisieran entran en sus estanterías, pero pocos los que pueden hacerlo.
El gran comercio, y más en la era del big data, necesita datos. Seleccionar pequeños comercios que puedan ofrecer nuevos productos y con los que se pueda llegar a acuerdos para compartir cómo les ha ido la experiencia puede ser muy útil en el descubrimiento de patrones que les permitan decantar sus decisiones.
El gran comercio como cliente del pequeño
Está claro que el pequeño comercio tiene recursos como espacio, personal, contactos, experiencias, etc. que no siempre están utilizados en todo su potencial. Abrir una tienda de cualquier tipo implica inversiones importantes para adquirirlos o generarlos por nosotros mismos.
Si la demanda acompaña, la rentabilidad está prácticamente asegurada. Cuando no hay excesiva clientela, se acumulan los recursos ociosos y su financiación puede ser enormemente costosa.
Ofrecer a las grandes empresas parte del uso de esos recursos da estabilidad al pequeño comercio. La demanda se vuelve más regular y las oportunidades y herramientas de crecimiento se observan con menos riesgo. La financiación, tanto propia como ajena, lo agradece.
Por su parte, los clientes ven actividad y perciben que su comerciante de proximidad se preocupa por dar nuevos servicios. Además, agradecen que les facilite el acceso a servicios del gran comercio.
El gran comercio como proveedor del pequeño
El gran comercio puede prestar muchos servicios al pequeño. Un ejemplo lo están constituyendo los marketplaces. Están constituyendo una forma común de acceso de muchos pequeños negocios al comercio electrónico.
La gran empresa de la distribución cuenta con una variedad mucho más amplia de recursos. Puede prestar servicios a los pequeños comercios en ámbitos diversos:
- Logística.
- Formación.
- Análisis de datos.
- Desarrollo de proyectos.
- Franquicias.
La colaboración entre el pequeño y el gran comercio no solamente es una oportunidad para ambos, sino para el desarrollo del sector y para el impulso de la economía en general.
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