Desde hace unos años, es habitual encontrarnos tanto en la literatura científica como en el ámbito de la divulgación con un nuevo concepto: el de persona altamente sensible (PAS). Se trata de una característica, un rasgo de la personalidad. En ningún caso, de una enfermedad o un trastorno psicológico.
Los individuos PAS tienen un sistema neurosensorial más ‘fino’ de lo normal, por lo que la cantidad de información que reciben es mucho mayor que la del resto de la gente. Por tanto, la procesan de un modo diferente, con todo lo que esto supone, con sus luces y sus sombras. Son personas distintas, especiales, peculiares en su forma de percibir, asimilar su entorno y relacionarse con el mundo.
Por eso, en el ámbito laboral, muchas veces se ven abocadas a encajar en contextos muy estructurados y rígidos con los que no sintonizan. En ellos, no se sienten bien en el ámbito emocional y psíquico, y se ven incapaces de florecer en el aspecto profesional. No se llegan a apreciar sus grandes capacidades.
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Principales características de las PAS
El término ‘highly sensitive person’ fue acuñado en los años noventa del siglo pasado por la psicóloga estadounidense Elaine N. Aron. Se estima que cerca del 20 % de la población es altamente sensible. Este rasgo de la personalidad es hereditario, se presenta tanto en hombres como en mujeres y en todas las partes del mundo.
Para considerarse PAS, el individuo debe identificarse con los cuatro aspectos básicos de la alta sensibilidad que describió la doctora Aron, tal y como recuerda la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE), que ofrece en su página web un test de Alta Sensibilidad validado para la población española.
- Sensibilidad ante las sutilezas. Las PAS tienen una gran capacidad para captar los pequeños detalles a través de los sentidos, así como para detectar los estados emocionales de las personas de su alrededor.
- Alta emocionalidad o empatía. Ante determinadas situaciones o sensaciones se da una gran intensidad emocional. También sienten mucha empatía y se ponen con facilidad en el lugar de los otros.
- Procesamiento profundo. Las PAS tienden a reflexionar en profundidad y analizar la información de forma minuciosa antes de tomar una decisión.
- Sobreestimulación. Cuando reciben demasiada información, su sistema nervioso se puede saturar, lo que puede desembocar en bloqueo mental y estrés.
Según APASE, aparte de estos cuatro pilares básicos, hay otros comportamientos o características comunes en las PAS como:
- Dificultad para poner límites y decir no.
- Gran capacidad para establecer y mantener conexiones profundas y enriquecedoras con otras personas.
- Gran preocupación por asuntos generales como el medio ambiente, las injusticias sociales y el bienestar animal.
- Suelen presentar un umbral de dolor bajo, pero también unas sensaciones placenteras muy intensas.
- Facilidad para enamorarse.
- Tendencia al perfeccionismo.
- Gran habilidad para concentrarse.
- Son muy sensibles a las críticas.
- Necesidad de tiempo para adaptarse a los cambios: mudanzas, incorporación a un nuevo puesto de trabajo, embarazos, etcétera.
Las PAS y el mundo laboral
Como comentábamos antes, ser una PAS no es una patología ni un trastorno psicológico. Pero lo cierto es que vivir las cosas con mucha intensidad, tener a veces dificultades para tomar ciertas decisiones y sentirse diferente a los demás puede desembocar en estados ansiosos e incluso depresivos.
Un malestar físico, mental y emocional que suele ser bastante habitual en el mundo laboral. De hecho, según la doctora Aron, son muy pocas las PAS que se sienten de verdad a gusto en su trabajo.
Y es que, aunque todo empleado necesita unas mínimas condiciones para estar cómodo y desempeñar con eficacia su labor, en el caso de las PAS hay una serie de aspectos muy a tener en cuenta. De lo contrario, su rendimiento y bienestar pueden bajar de forma drástica, replegándose y percibiendo su ecosistema laboral como un territorio complejo y hostil.
Lo que las PAS necesitan en su trabajo
Así, para la mayoría de las PAS, es básico tener un buen ambiente de trabajo, a poder ser que se desarrolle en un entorno tranquilo, sin ruidos constantes y excesivos. Las PAS son expertas (involuntarias) en captar el estado emocional ajeno, empáticas y muy permeables. De modo que, además de no poder ignorar un entorno tóxico, este les acabará pasando factura y puede llegar a hacerse insoportable para muchas de ellas.
La profundidad de pensamiento de las PAS les lleva a reflexionar sobre las tareas que realizan. Por eso, para ellas es muy importante que su trabajo tenga sentido y aporte valor a los demás. De no encontrarlo, se desmotivarán y su rendimiento se verá afectado.
Perfeccionistas y exigentes con ellas mismas, necesitan sentirse realizadas, valoradas y comprendidas, en climas sin demasiada competitividad, donde reine el espíritu de colaboración dentro de los equipos. En este sentido, buscan un compañerismo basado en la ayuda y el apoyo mutuo.
Asimismo, las PAS valoran mucho que les den cierta libertad para hacer su trabajo ‘a su manera’ (sabiendo el qué, pero controlando el cómo), la flexibilidad horaria y tener suficiente tiempo libre para mantener un equilibrio a nivel físico, emocional y mental. Y aunque les gusta pasar tiempo con sus compañeros, rechazan que les obliguen a hacerlo y tener que formar parte de un grupo.
Intuitivas, creativas y empáticas
Hasta ahora, la alta sensibilidad no ha sido entendida ni respetada en los entornos laborales y ha sido vista como muy poco útil para las organizaciones. Es más, existen ideas erróneas sobre este tipo de personalidad: que son frágiles, vulnerables, sin orientación al logro y sin capacidad para el liderazgo.
Sin embargo, las PAS son intuitivas, creativas, innovadoras y capaces de ver las cosas con perspectiva, no de forma cortoplacista y sesgada o reduccionista, atributos muy valiosos en el seno de una empresa. Al mismo tiempo, son reflexivas, sopesando muy bien los pros y contras antes de lanzarse a la piscina, buscan la excelencia en todo lo que hacen y crean un buen clima laboral.
Aunque cada vez se valoran más habilidades personales como la intuición, la creatividad y la empatía en los ámbitos laborales, las llamadas soft skills, aún no son tenidas demasiado en cuenta. Sería interesante que todas ellas fueran herramientas claves en las organizaciones del futuro e incorporaran la mirada especial de las personas con alta sensibilidad.
Imágenes: Harry Cunningham (Unsplash) | XPS (Unsplash) | True Agency (Unsplash)