La prima de riesgo es un compañero de viaje de los emprendedores. Muchos la creen más lejos de lo que, en realidad, está. Lo cierto es que se trata de un concepto con importantes implicaciones en la financiación empresarial, tanto para las grandes empresas como para las pymes y los autónomos. Y es que si el riesgo es inherente a los negocios, su medición ha de partir de ciertas bases, entre las cuales se encuentra esta famosa prima.
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¿Qué es la prima de riesgo?
Es, en primer lugar, una prima o premio que se paga (o se cobra) por el riesgo. Tengamos en cuenta que la mayoría de los inversores, entre dos alternativas de las que se puede esperar un mismo rendimiento, prefieren aquella que lo ofrezca con mayor seguridad. Por lo tanto, para decidirse por una opción más arriesgada habrán de contar con algún rendimiento adicional que los compense.
Llevado eso a la deuda pública, la prima de riesgo se presenta como ese plus que un Estado ha de pagar frente a lo que pagaría otro Estado de referencia que se considere de mínimo riesgo.
Lógicamente, esa prima tiene efectos en toda la economía, ya que, aunque se refiera solamente a la deuda estatal, se trata de una institución con gran poder para influir en familias, empresas y otras organizaciones a través de regulaciones, subvenciones, impuestos, normas y otras formas de intervención.
¿Cómo se mide la prima de riesgo de la deuda pública?
Se mide en función de la diferencia de los intereses que se paga por la deuda pública a 10 años de un país y los que se paga por la deuda pública alemana a ese mismo plazo. Se suele medir en los denominados «puntos básicos», que son la centésima parte de un 1%. Así, si decimos que la prima de riesgo es, por ejemplo, de 146 puntos básicos, estamos indicando que el Estado paga un 1,46% más por su deuda a 10 años que Alemania.
Las empresas también tienen su propia prima de riesgo
Una empresa es, entre otros aspectos, una inversión. Como es lógico, conlleva ciertos riesgos. Eso quiere decir que no sabemos con absoluta certeza los cobros y pagos que generará su actividad en el futuro. Eso sí, podemos hacer predicciones que se centran en estimar no solo lo que es esperable, sino también en qué medida es probable que los resultados se alejen de lo inicialmente previsto.
Como la mayoría de la gente prefiere la seguridad al riesgo, para que compense invertir en una empresa hay que recompensar esa asunción de riesgo con una rentabilidad adicional (la prima de riesgo de la empresa).
Por otro lado, dado que el Estado (y su situación financiera) puede impactar de múltiples formas en las empresas, una parte de la prima de riesgo de las empresas depende de la del Estado.
Cómo influye en los pequeños negocios
Aunque pueda parecer un concepto de lejanos mercados financieros influye en el día a día de cada una de las pequeñas empresas. Los beneficios de una prima de riesgo reducida son muchos:
- Serán menores los intereses que hay que pagar por un préstamo, por una línea de crédito o por cualquier otra deuda.
- Los propios socios se ven beneficiados. Para que invertir en su empresa les compense no es necesario rendimientos muy elevados.
- Aparecen, por tanto, oportunidades de financiación e inversión. Eso facilita el crecimiento empresarial y la incorporación de profesionales, tecnologías y departamentos más especializados. Se facilita el aumento de la productividad.
- Es más sencillo suscitar confianza en el extranjero, tanto entre proveedores como entre clientes e inversores. Todo ello facilita la internacionalización.
- La gestión de la tesorería se hace más sencilla, al no tener que pagar intereses elevados por acceder a una determinada liquidez. Eso facilita que pequeños problemas del corto plazo no pongan en peligro los proyectos a largo plazo.
Los responsables de cualquier tipo de empresas, incluidas las más pequeñas, han de consultar con cierta frecuencia cómo puede impactar la evolución previsible de la prima de riesgo a sus asesores o departamentos financieros.
Imágenes| piotr szulawski, Annie Spratt, Kelly Sikkema, S O C I A L . C U T en Unsplash