Proyectos con nombre propio para entender qué es la Responsabilidad Social Corporativa

RSC empresas

Empresa

Igualdad, justicia social, solidaridad, transparencia o sostenibilidad ambiental son conceptos tradicionalmente relacionados con anhelos ciudadanos, abanderados por las organizaciones sin ánimo de lucro, a las que acudíamos como único cauce para dar respuesta a nuestras inquietudes filantrópicas.

Sin embargo, en las últimas décadas, estos valores se han ido implantando en las empresas como un modelo de gestión, cuyo fin no es sólo el beneficio económico, sino crear valor en la sociedad en la que conviven.

Se trata de empresas socialmente responsables que contribuyen al desarrollo sostenible, económico y bienestar social, gestionando bajo el modelo de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Corporativa (RSC).

RSC empresas

Pero, ¿qué es la RSC? Existen múltiples definiciones. Una de las más acertadas es la ofrecida por la Comisión Europea en su “Libro verde. Fomentar un marco europeo para la RS de las empresas” (julio de 2001), que considera la RSC como “la integración voluntaria, por parte de las organizaciones, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores/as”.

Así, el objetivo no sólo es cumplir con sus obligaciones jurídicas, sino de “invertir «más» en el capital humano, el entorno y las relaciones con sus “grupos de interés”, que pueden ser externos: consumidores/as, proveedores/as, socios/as o internos: plantilla.   

¿Cómo lo han hecho? ¿Cómo lo puedo hacer yo?

Si soy empresario, ¿cómo puedo contribuir a la transformación de mi entorno desde mi pequeño negocio, para lograr un mundo más justo e igualitario?

Aunque en un principio podría parecer una meta inalcanzable y más propia de las grandes corporaciones, la realidad es que las pymes aportan gran valor a este cambio, con pequeñas acciones en el día a día, ajustadas a la capacidad y tamaño de cada una. Es más, muchas de ellas han visto cómo sus buenas prácticas les han supuesto un reconocimiento social que ha redundado en una mejora de sus resultados y les han generado crecimiento y beneficios.

Un catalizador de esta realidad es la iniciativa Pacto Mundial de las Naciones Unidas, que en su Red Española cuenta con más de 2.500 organizaciones adheridas de todo el país. De esta cantidad, el 14% son grandes corporaciones, el 76% son pymes y el 10%, otros tipos de entidades. Según informa la propia Red Española, en 2016 el número de socios creció un 8%.

 

Ejemplos de RSC

Amapola Biocosmetics es un buen ejemplo de este paso social dado por las empresas. Fundada hace 12 años en Segovia por la farmacéutica Ana de Andrés Hermoso, Amapola Biocosmetics fabrica productos cosméticos naturales y ecológicos certificados, o lo que es lo mismo con ingredientes vegetales, sin sustancias químicas, ni perfumes sintéticos y que no han sido testados en animales.

Su propietaria constituyó esta empresa bajo el planteamiento de aportar sus conocimientos a la sociedad. El resultado es un modelo de negocio basado en el respeto al entorno natural, tanto en su producción como en sus instalaciones: un edificio diseñado para reducir al mínimo el consumo energético, con el uso de materiales sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.

Este compromiso medioambiental le ha proporcionado reputación en el sector y éxito en ventas que le ha permitido su crecimiento, con el consiguiente fomento del empleo local y la creación de diez puestos de trabajo ocupados por hombres y mujeres. Asimismo, ha logrado escalar y sus productos se pueden encontrar en 350 puntos de venta de toda España.  

La transparencia forma parte de su trabajo, con datos sobre cómo y con qué materia prima elabora sus productos, realiza seguimiento a su clientela y promueve la solidaridad con su colaboración con la ONG “Amigos de Tara”. Su promotora asegura que el objetivo es demostrar que las empresas pueden ser diferentes, sostenibles, con un objetivo principal que no reside en ganar dinero, sino en aportar algo a los demás.

Un ejemplo concreto de este nuevo paradigma que conlleva a la transformación social es Disjob online, un portal de empleo especializado en la inserción laboral y búsqueda de puestos de trabajo a personas con diversidad funcional. Creada hace siete años, cuenta con más de 80.000 candidatos en su base de datos, al tiempo que unas 1.300 empresas han utilizado sus servicios.

Normalizar la incorporación de personas con discapacidad en los procesos de selección laboral, es el valor social que les valió la concesión del premio Seres 2016, a la innovación y compromiso social de la empresa, que otorga la Fundación “Sociedad y Empresa Responsable”.

Otros modelos

Pero tan importante como trabajar desde el compromiso social, es comunicarlo y así servir de ejemplo inspirador a otras corporaciones. Para ello, en España han surgido medios de comunicación centrados en informar exclusivamente sobre la RSE: Diario Responsable, Noticias RSC España, Corresponsables o Compromisorse, entre otros.

Por otra parte, muchas de las grandes compañías han optado por crear en su seno organismos que promueven iniciativas desde la RSC, en lugar de adaptar su gestión a este modelo. Este trabajo se realiza mayoritariamente desde fundaciones, como ocurre con la entidad Orange que promueve el uso responsable de las tecnologías, en concreto su portal Navega Seguro está dirigido a las familias y al ámbito educativo. En este sentido, han desarrollado un programa de charlas con el que han llegado a 18.000 escolares y mediante la plataforma EducaInternet han formado sobre aulas seguras a más de 600 docentes.

Desde el punto de vista medioambiental fomenta el reciclaje de dispositivos móviles, al tiempo que organiza campañas de educación digital, haciendo hincapié en colectivos en riesgo de exclusión. Por último, su faceta solidaria ha posibilitado más de 10.000 horas de voluntariado corporativo y la realización del proyecto “familias jóvenes protectoras”, con el que se trabaja para que un centenar de madres jóvenes para que puedan consolidar su proyecto de vida personal y familiar.

Toda una comunidad volcada en RSC

Las Islas Canarias han comenzado igualmente a unirse a este nuevo modelo. Una muestra es el reconocimiento que el Cabildo Insular de Tenerife ha realizado por segundo año consecutivo a siete organizaciones (tanto pyme como grandes corporaciones) que trabajan en diferentes sectores productivos del archipiélago.

En enero pasado la administración pública tinerfeña entregó su sello de Responsabilidad Social Empresarial: Aparthotel Nautilus, Martínez Cano Canarias; Costa Adeje Gran Hotel, Sociedad Agraria de Transformación FAST, Planificación Básica de Consultoría,  Grupo Compañía de las Islas Occidentales y Cultivos y Tecnología Agraria de Tenerife (Cultesa).

Aunque cada una de estas organizaciones trabaja en diferentes sectores, como el servicios o el primario, a todas ellas les unen sus buenas prácticas tanto en su dimensión interna, como en su vertiente social y su trayectoria en el logro del bienestar de la sociedad.

Se trata de organizaciones que, independientemente de su envergadura, su compromiso social lo muestran con el trato personalizado a su clientela y una oferta de productos y servicios cuya calidad está certificada; solidaridad, con la colaboración con entidades sin ánimo de lucro; transparencia, a través de la publicación de sus memorias o informes de RSC o el acceso a sus datos internos en sus sitios webs; el respeto por el medio ambiente mediante un uso responsable de los recursos naturales y la adopción de medidas de ahorro energético y reciclaje; la inserción e inclusión social y laboral; la igualdad de oportunidades y de género en sus plantillas, a quienes forman para garantizar su capacitación y ofrecer un mejor servicio a su clientela.

Cada una de ellas, son buenos ejemplos de que su compromiso con el bienestar de la sociedad, se relaciona con la capacidad de cada una, independientemente del sector al que se dediquen y envergadura.
Por María José Marichal García

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