Elegir el mejor lugar para abrir una nueva tienda o colocar un cajero automático. Alimentar la inteligencia artificial. Saber qué leen y cómo lo hacen los usuarios de un blog. Optimizar el uso de una máquina en una cadena de montaje. Mejorar la producción de un vino centenario. Todo esto, y mucho más, es Big Data, uno de los conceptos de moda. Analizamos en qué consiste, cuál es su verdadera importancia y qué potencial esconde para grandes y pequeñas empresas.
Qué es el Big Data
En el mundo digital, todo deja un rastro de datos. Se acumulan tantos ceros y unos que ya es difícil llevar la cuenta. Hace tiempo que dejamos de sorprendernos, pero cada minuto que pasa se producen, en todo el mundo, 900.000 accesos a Facebook, se suben 46.200 posts a Instagram y se mandan 15.000 gifs a través de Messenger. Y eso sin contar la información que generan nuestros dispositivos, cada vez más conectados.
Datos de geolocalización, de redes sociales, de movimiento, de uso de tarjetas de crédito… No es que estos datos sean públicos, pero quien los tenga en sus manos tiene acceso al nuevo oro de Internet. En el análisis de esta cantidad masiva de datos, el Big Data, está el verdadero poder del mundo conectado. Un poder que muchas compañías utilizan para hacer nuevos negocios, pero también para optimizarse y ganar en eficiencia.
Big Data tiene muchas definiciones porque, en realidad, engloba muchas cosas. Bajo este término se agrupa todo lo que tenga que ver con cantidades masivas de datos, desde su recolección y almacenamiento, hasta el análisis y la visualización, pasando por la inteligencia artificial.
El poder del Big Data
El Big Data, tradicionalmente, se define a través de las llamadas cuatro Vs: volumen (cada hora se generan 2,5 millones de Terabytes, según IBM), velocidad (cada hora), variedad (los datos proceden de multitud de fuentes distintas, la mayoría de ellos desestructurados) y veracidad (información en la que podamos confiar). Pero, ¿de qué nos sirve? Su poder reside en una quinta características, que gana cada vez más fuerza: la inteligencia.
Es lo que se empieza a conocer como Smart Data, datos que ayuden en la toma de decisiones y que aporten valor. Es decir, información que, una vez analizada, pueda ser utilizada por cualquiera para tomar mejores decisiones. Todo esto, según la consultora IDC, para conseguir una serie de ventajas competitivas como:
- Mejorar la relación con el cliente
- Ganar en eficiencia en las operaciones de tecnologías de la información
- Reducir los riesgos para las empresas
- Mejorar la operación de procesos y reducir costes
- Definir nuevos modelos, negocios o procesos para el futuro
“Las grandes ventajas están identificando las necesidades de los clientes. El Big Data aporta si es desde la perspectiva de negocio, si se conoce el problema a resolver. Desde Big Data traducimos en algoritmos las necesidades que nos plantean”, nos explicaba Carmen Reina, Manager Data Scientist de Orange España. Y esto vale tanto para grandes como para pequeñas empresas. Vamos con los ejemplos.
El verdadero potencial del Big Data
Hasta ahora, hemos deambulado por conceptos y definiciones más o menos generales. Estos son algunos de los usos concretos del Big Data, su verdadero potencial mostrado a través de empresas que ya lo están poniendo en práctica.
- Mejorar la producción y la toma de decisiones. Cada vez más fábricas apuestan por el Big Data para ser más competitivas. En España hay multitud de ejemplos, como el de Confectionary Holdings (turrones El Lobo) o la plataforma Mesbook, que utilizan los datos obtenidos en la fábrica, a través de sensores instalados en las máquinas, para optimizar sus procesos. Además, toda esta información mejora la toma de decisiones y, sobre todo, la descentralizada. La persona que lo necesita, tiene acceso a los datos analizados para decidir conociendo todas las variables. Es el cambio de la intuición y el instinto por la inteligencia de los datos de la industria 4.0.
- Mejorar la relación y el contacto con el cliente. Conocer al consumidor es clave para cualquier negocio. A través del análisis de Big Data, se puede personalizar su experiencia, analizar sus motivaciones, darle una mejor asistencia o reforzar su retención. La cadena de supermercados Kroger ha usado Big Data para personalizar sus campañas de marketing logrando una tasa de retorno del 70%. Desigual utiliza el análisis de datos masivos para diseñar sus productos conforme a los gustos de su consumidor objetivo.
- Aumentar la competitividad de las industrias tradicionales. Sectores que se tienen por menos innovadores, como la agricultura, también están aplicando el análisis de Big Data para ser más competitivos. Como en el caso de la bodega Pago de Carraovejas, muchas explotaciones agrícolas apuestan por la precisión en sus cultivos y la mejora de la calidad del producto. ¿Cómo? Ajustando al detalle las cantidades de agua y fertilizantes, creando microcultivos en función del terreno, anticipándose a cambios meteorológicos e, incluso, prediciendo cosechas.
- ¿Y las pymes? Sí, aunque pueda sonar lejano, el Big Data también es para la pequeña y mediana empresa. A través de multitud de herramientas, muchas de ellas gratuitas, una pyme puede saber quién entra, cuándo entra, cómo entra, por qué entra y qué hace en su web o cómo interactúa con sus redes sociales. Y, lo más importante, puede llevar a cabo un registro y análisis completo de todas las transacciones empresa-cliente, desde el primer contacto hasta la venta final.
Una nueva industria, una nueva inteligencia
Al calor del Big Data han crecido nuevas tecnologías y compañías. Los datos son la gasolina de la inteligencia artificial, que es, de hecho, el gran objetivo en el futuro cercano para la mayoría de las empresas que usan Big Data. La inteligencia artificial será capaz de hacer todo lo que hemos visto y lo hará de forma automática, con poca o nula supervisión humana.
Además, en este camino hacia la gestión inteligente de datos masivos, han aparecido reforzados muchos actores. Desde gigantes internacionales históricos, como IBM o Microsoft, hasta nuevas compañías, como Tableu y Wavefront. Y en España, aunque la implementación de técnicas de Big Data camina algo más despacio, tenemos pioneros como Inbenta o NPAW, consultoras en alza como Synergic, y empresas consolidadas que apuestan por el poder de los datos, como las operadoras de telecomunicaciones.
En 2020, el mercado global de Big Data superará los 200.000 millones de dólares. Según la consultora IDC, esto es casi el doble que en 2016. Data scientist es una de las profesiones más demandadas de la década y, probablemente, lo seguirá siendo en la primera mitad de siglo. Además, el volumen de datos no dejará de crecer. Sobre todo, cuando coches, neveras, paradas de autobús o prendas de ropa estén conectadas a Internet. El Big Data se extiende más allá de industrias nuevas y tradicionales, grandes empresas y pequeños negocios, tecnologías y procesos. El Big Data es una forma de entender (y aprovechar) el mundo hiperconectado que estamos creando.
Por Juan F. Samaniego
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