¿Qué es el growth hacking? Para algunos, casi una filosofía de vida para empresas cuyo objetivo es lanzar un producto digital y continuar creciendo de manera exponencial. Las grandes multinacionales ya conocen sus beneficios. Para las startups es una alternativa rentable a corto plazo para hacerse un hueco en el mercado. La clave del éxito es tener en cuenta varios factores a la hora de poner en marcha cada estrategia: usar datos para tomar decisiones (método científico), poner en valor el producto y situar al cliente en el centro de la ecuación.
[hde_related]
¿Qué es el growth hacking?
Es una disciplina que se centra en el crecimiento exponencial de negocios digitales a partir del método científico, es decir, a través de experimentos. Aunque existen diferentes técnicas y herramientas, el growth hacking no es un conjunto de trucos ni se basa en una fórmula mágica. Combina capacidad analítica, creatividad y, sobre todo, curiosidad para detectar oportunidades y localizar puntos críticos. Su objetivo es claro: crecer, crecer y crecer. Y, a ser posible, hacerlo de forma rápida, con el menor gasto de recursos y capacidad de mantenerse en el tiempo.
Origen del growth hacking
El término growth hacking lo introdujo Sean Ellis en 2010. Ellis trabajaba como consultor para startups como Dropbox o Evenbrite. Su labor consistía en diseñar e implementar sistemas que les ayudaran a empezar a crecer. Aplicaba fórmulas que parecían milagrosas y conseguía ese crecimiento, pero no encontraba un sustituto que les diera continuidad cuando él se marchaba. Se dio cuenta de que después de su paso, las empresas necesitaban un growth hacker -término que acuñó él mismo- para descubrir modelos escalables y sostenibles que mantuvieran ese crecimiento de manera exponencial. Dos años más tarde, Andrew Chen, analista de datos en Uber, publicó un artículo de gran difusión que ya señalaba al growth hacker como un nuevo perfil necesario a caballo entre el marketing y el diseño de producto.
¿Qué hace un growth hacker?
El perfil de growth hacker es muy amplio y multidisciplinar. Suele asociarse con el marketing, aunque lo cierto es que los equipos de growth hacking abarcan mucho más para obtener ese crecimiento exponencial del negocio: especialistas en email marketing, SEO y social media, analistas de datos, diseñadores UX/UI, programadores e ingenieros.
Un growth hacker comprende los procesos, aplica la metodología experimental, utiliza la tecnología y el desarrollo para lanzar sus hipótesis y, sobre todo, está muy pendiente de los datos de sus acciones y del comportamiento del consumidor.
Soft y hard skills de un growth hacker
Un growth hacker tiene amplios conocimientos en análisis de datos, código, marketing y procesos e infraestructuras digitales. Además, tiene un perfil muy enfocado a la creatividad, la atención por el detalle, la toma de iniciativas y, por supuesto, la curiosidad.
¿Por qué necesitas growth hacking en tu negocio?
Conseguir y retener a clientes o usuarios es cada vez más complejo y costoso: los entornos digitales se amplían, evolucionan y se hacen cada vez más competitivos, por lo que las viejas fórmulas de marketing tienen que ser revisadas. La misión del growth hacking es cambiar esto y llevar a cabo estrategias escalables, repetibles y sostenibles en cada negocio. José Carlos Cortizo, CMO & CRO en Product Hackers, destaca la actual situación de los entornos digitales como el principal motivo para que las compañías inviertan en growth:
- Todas las empresas que no están en crecimiento es que están decreciendo. Pierden cuota de mercado.
- El ecommerce está lo suficientemente extendido como para no ser ya una ventaja competitiva. Si todos los negocios disponen de venta online, es fundamental ofrecer otras ventajas.
- Es necesario controlar todo el proceso para saber en qué fase atacar. No basta con ser muy buenos en captación o en fidelización: hay que conocer todas las etapas.
Algunos ejemplos de casos de éxito
Dropbox
Lo hemos mencionado antes como uno de los casos icónicos dentro del growth hacking. Fue uno de los primeros sistemas de almacenamiento en la nube. Ofrecía espacio a cambio de recomendaciones. Esta estrategia se conoce como member get member. En apenas dos años, Dropbox pasó de tener 100.000 usuarios a cuatro millones.
Gmail
¿Te acuerdas cuando Gmail funcionaba por invitación? En su momento, el servicio de correo electrónico de Google apostó por hacer una estrategia de exclusividad que solo permitía el registro de usuarios con invitación. Un truquito -o hack– para crear expectación que fue replicado en otras plataformas.
Spotify
Otro ejemplo lo encontramos en el modelo freemium. Se trata de ofrecer una versión gratuita y otra de pago con funcionalidades extra. Por sencillo que parezca -y lo extendido que esté hoy en día- es difícil dar con la tecla de qué ofrecer en una modalidad y en la otra para conseguir que la de pago suponga un gasto que merece la pena realizar.
Imágenes | Unsplash/The Creative Exchange/Marvin Meyer/Carl Heyerdahl