“Que levante la mano quien tenga pensado lanzar una ICO en los próximos meses”. Así empezaba su intervención en el 4YFN 2018 de Barcelona Carlos Domingo, creador de SPiCE, un fondo de inversión de capital riesgo especializado en tecnología blockchain. Más de medio auditorio lo hizo, levantó la mano. Y a nadie le pilló por sorpresa. Una ICO (initial coin offering) es un instrumento de financiación nacido del entorno de las criptomonedas. Uno por el que apuestan cada vez más startups para recaudar fondos.
Qué es una ICO y para qué sirve
En el mundo de los negocios, es habitual que una gran empresa, llegado cierto punto de desarrollo, decida salir a bolsa. Entonces suele poner en marcha un proceso conocido en español como oferta pública de venta (OPV). Este recibe también el nombre de IPO por sus siglas en inglés de initial public offering. A través de una IPO, los inversores (grandes y pequeños) adquieren acciones de la empresa en cuestión. La compañía recibe una inyección de capital y pasa a ser parcial o totalmente controlada por multitud de accionistas.
Esta es la misma filosofía detrás de las ICOs, pero rediseñada para el entorno de las criptomonedas y las startups. Las ICOs son una forma de financiarse, un método de fundraising más. Sin embargo, por el momento, su uso no está apenas regulado. Suiza es el único país que ha establecido ciertas pautas. China asegura que trabaja para prohibirlas. Estados Unidos y la Unión Europea están estudiando nuevos mecanismos de regulación. “Las startups utilizan las ICOs para evitar los procesos habituales para levantar capital a través de fondos de inversión y bancos, muy rigurosos y controlados”, explican desde Investopedia.
Tokens y acciones
Que no estén reguladas no significa que las ICOs sean un proceso desestructurado. Cuando una startup quiere lanzar una, publica, normalmente, un documento en el que explica de qué va el proyecto, sus objetivos, el dinero que espera recaudar y el tiempo de duración de la ICO. Durante la initial coin offering, la compañía vende tokens como si fuesen acciones. A cambio, recibe fondos en forma de criptomonedas.
Un momento, ¿tokens? Miremos a donde miremos, el entorno de las criptomonedas está lleno de nuevos términos. Los tokens son, básicamente, una unidad a la que se le da un valor pactado concreto. Este valor puede estar relacionados con la propia startup, ligado a otra criptomoneda o atado al valor de un servicio que ofrecerá la startup si el proceso de financiación sale bien.
Intentemos ponerlo todo en perspectiva con un ejemplo con datos ficticios. Imaginemos que Spotify se hubiese financiado con una ICO en sus inicios. Por cada token adquirido, prometían un mes de acceso a una futura suscripción a un servicio pionero de música vía streaming. En su momento, recordemos, era un producto difícil de imaginar en el mercado. Entonces, al cambio, cada token valía un euro. Hoy, su valor se habría multiplicado por 10.
Ventajas de lanzar una ICO
Existen multitud de razones por las que la mitad de la audiencia de Carlos Domingo en el 4YFN levantó la mano tras su pregunta. Razones por las que, desde julio de 2014, cuando Ethereum lanzó la primera ICO de la historia, el total recaudado a través de este instrumento asciende a más de 12.000 millones de dólares estadounidenses. Las ICOs son un instrumento de financiación con muchas ventajas. Estas son algunas de ellas según dos expertas, Emilie Allaert (Luxembourg House of Financial Technology) y Lindsay Lin (Stellar.org), y la compañía especializada en blockchain RefToken.
- Rapidez y facilidad. Cualquier compañía puede iniciar una ICO a través de varias plataformas como Ethereum o Stellar.
- Acceso a un mercado internacional y online. El mercado potencial lo forman todos aquellos que tengan acceso a internet. La campaña se puede promocionar a través de redes sociales, webs especializadas y foros.
- Todo el poder de descentralización de la tecnología blockchain. Las propias particularidades de la tecnología de cadena de bloques (una red compartida, descentralizada y segura) influyen en los procesos de una initial public offering. Además, al eliminarse los intermediarios, los recursos necesarios para completar cada transacción son mucho menores.
- Liquidez. Para los inversores y consumidores, una de las grandes ventajas es que los mercados de criptomonedas suelen tener mucha liquidez. Es decir, habitualmente, se pueden adquirir grandes sumas de capital en poco tiempo.
- Democratización de la inversión. Los inversores no tienen que formar parte de un selecto club de la City de Londres para poder invertir. El acceso a los tokens es público y se puede lograr desde cualquier punto del mundo.
- Gran potencial de beneficios. Los datos de nuestro ejemplo con Spotify eran ficticios, sobre todo, porque los márgenes de beneficio eran demasiado bajos para ser una ICO. El precio del popular bitcóin era de 90 euros en junio de 2013. Ahora mismo vale unos 6.500, pero llegó a superar los 16.000.
Desventajas y riesgos de una ICO
No es oro todo el token que reluce. Casi todas las ventajas y características que acabamos de repasar tienen también su lado oscuro. Estos son los riesgos de una ICO:
- Poca seguridad para el inversor. Rara vez existen pruebas reales de la tecnología o el negocio que desarrolla la empresa. En muchos casos no es más que un proyecto que puede funcionar o no.
- Incertidumbre alrededor del valor de los tokens. Existe tanta expectación ante los posibles beneficios de una ICO que, en ocasiones, el valor de los tokens reside más en la demanda potencial que en el producto real. Si dicha demanda no se produce, el valor del token no crece.
- Volatilidad del mercado. Algo que aumenta su valor de 100 a 16.000 para luego caer a 6.000 solo se puede calificar de una forma: volátil. Así, las inversiones en tokens y criptomonedas requieren atención permanente.
- Desconocimiento de los inversores. Si no lo solicita expresamente, la empresa que lleva a cabo las ICOs nunca conoce la identidad real del inversor. Esto abre la puerta a que organizaciones ilegales laven dinero a través de la compra de tokens.
- Cambios inminentes en la legalidad. Cada país ha adaptado las ICOs a su legislación. Apenas existen precedentes regulatorios de este instrumento, lo que no quiere decir que no se esté sujeto a regulaciones. Por otro lado, siguiendo casos como el de Suiza y China, se espera que en los próximos dos años la mayoría de países apueste por una legislación específica del sector.
Con sus ventajas y desventajas, pocos dudan que, por el momento, las ICOs son un instrumento al alza. 2017 se despidió con 343 procesos de venta de tokens. En los tres primeros meses de 2018 ya se han completado 202 ICOs. Además, mientras en todo el año pasado se levantaron 5.000 millones de dólares, este año ya suman 6.000 millones. De momento, pocas nubes en el horizonte.
Por Juan F. Samaniego