La garantía de una deuda es un punto vital para determinar su coste, y aquí es donde aportan una gran ventaja los eurobonos.
Cuando una economía entra en problemas, su capacidad de pago y de devolución de deuda es peor y, por tanto, el interés que paga es superior. Incluso, en casos extremos puede que no haya inversores interesados en comprar esa deuda.
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La crisis económica derivada de la COVID-19 es global, pero en algunos países la incidencia es más elevada. También determinadas variables, como el nivel de endeudamiento, les complica financiarse cuando necesitan incrementar la inversión. Es entonces cuando mutualizar, es decir, que más de un país asuma los riesgos de una deuda, es una solución, y en la Unión Europea se realizaría a través de los eurobonos.
Los objetivos de los eurobonos
Como su propio nombre indica, serían bonos emitidos por el Banco Central Europeo (BCE) y garantizados por todos los países de la zona euro. El resultado sería una emisión con mayor respaldo que la deuda soberana de un país en particular, al estar mancomunada. Todavía es un concepto teórico, pero podría llegar muy pronto a ser realidad.
[hde_summary] Con los eurobonos se conseguiría más financiación, más barata y con menos riesgo [/hde_summary]
Los beneficios son claros. En primer lugar, es más fácil acceder a los mercados de capitales, con lo que las emisiones de deuda se cubrirían más rápido. En un momento en el que todos los países del mundo necesitan cubrir su deuda, este punto es vital.
En segundo lugar, como se reduce el riesgo, se puede conseguir más dinero y, por tanto, tener una mayor liquidez. Por último, tal y como hemos señalado, su coste, y que indica lo que se va a pagar por los intereses, sería inferior.
España y la prima de riesgo
España sufrió en la crisis financiera de 2008 al endeudarse a un mayor precio. Entonces se hizo famoso un término hasta ese momento desconocido por muchos: la prima de riesgo. Explicado de forma sencilla, era el sobreprecio que pagaba un bono nacional (como el español) frente a uno del país de referencia de la zona euro, el bund alemán.
Esta diferencia se convirtió en una medida del riesgo de una economía. España no fue el único país con prima de riesgo elevada; otros como Grecia, Italia o Portugal también sufrieron este indicador.
Lo que se busca evitar es una deuda más cara, pero también más especulativa. Los bonos nacionales, al tener emisiones más pequeñas, una vez suscritas y puestas en manos de inversores son más fáciles de caer en la especulación. Mientras que una gran emisión de eurobonos dificultaría llegar a esa situación.
Cómo se instrumentalizarían los eurobonos
El mecanismo de los eurobonos no es complicado, ya que no deja de ser una deuda que emitiría el BCE. La clave está en cómo instrumentalizar su garantía.
No hay una fórmula fija. Lo lógico sería que cada país asumiera su deuda de forma proporcional a su PIB. Así, por ejemplo, Alemania, con el PIB más alto de la Unión Europea, avalaría mucho más que un país pequeño como Eslovenia.
El BCE distribuiría estos fondos entre los diferentes países que necesiten financiación, que serían los que devolverían la deuda. Solo actuarían los países ‘garantes’ en caso de problemas de pago.
Las reticencias del norte
Aunque se ven claros los beneficios, también existen muchas reticencias, especialmente entre los países del norte. La razón principal es la falta de proporcionalidad. Ellos asumirían un riesgo muy superior a la financiación que recibirían, porque naciones como España o Italia necesitarán mucho más. Es decir, beneficia mucho a los países con problemas, pero perjudica a los que no los tienen.
Esto también supone que cada país, en su proporción, computa como si tuvieran mayor deuda de la que tienen en realidad y, por tanto, afecta a sus cuentas públicas e incluso a su autonomía financiera. Si ellos quisieran hacer una emisión propia, podría ser más cara porque estarían más endeudados.
Esta es la razón por la que los Países Bajos o Alemania se han opuesto hasta ahora a los eurobonos. Pero no significa que no se puedan emitir. Existen soluciones intermedias. Por ejemplo, que no sea la única forma de financiación, que se use de forma limitada o que, aunque todos los países avalen, los que más reciban lo hagan en una proporción superior.
Por qué ayudaría a España
Tal y como hemos adelantado, España y otros países muy afectados por la pandemia, como Italia, tendrían mejores opciones de financiación, con menor riesgo e inferior coste que si lo hacen con su propia deuda. Además, tener más liquidez permite que se puedan tomar otro tipo de medidas, como son los estímulos fiscales, que serían imposibles sin estos ingresos.
No tener eurobonos o alguna fórmula similar sí podría conllevar problemas económicos más graves o el uso de herramientas económicas estrictas. Estamos en un momento en el que se necesitan fondos para reactivar la economía y hacerlo de la forma más eficiente es un punto clave.
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