La razón social de una sociedad es un prerrequisito legal para la existencia de dicha sociedad. Elegida durante su constitución, la razón social es el nombre con el que se inscribe en el Registro Mercantil, de forma que no coincida con ninguna empresa ya datada. Se trata, en esencia, de una forma de identificar la sociedad y diferenciarla de forma legal.
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¿Qué es la razón social de una empresa?
La razón social de una sociedad es el nombre oficial de la misma. Se trata del apodo legal otorgado a la compañía, de forma que sirva para identificarla de forma unívoca respecto a otras, y es algo obligatorio. Así aparece reflejado en el Artículo 8.2 de la Ley 2/2007, de 15 de marzo, de sociedades profesionales:
“En la inscripción se harán constar las menciones exigidas, en su caso, por la normativa vigente para la inscripción de la forma societaria de que se trate, las contenidas en el artículo 7.2 y, al menos, los siguientes extremos:
- a) Denominación o razón social y domicilio de la sociedad”
Del mismo modo que es obligatorio disponer de domicilio legal para conformar una sociedad, también es obligatorio aportar un nombre único que no esté presente ya en el Registro Mercantil. Esta denominación aparecerá en todos los documentos fundacionales, en las escrituras, así como en cada uno de los documentos legales redactados durante la vida útil de la empresa.
¿Para qué sirve la razón social?
El objetivo principal de que las empresas deban contar con una razón social es la identificación inequívoca. Esto es, poder apuntar a una empresa y no a otra en materia legal. Desde la redacción de contratos al pago de las facturas, pasando por la compra-venta de empresas, las fusiones o su transmisión, a la firma de talones o procesos judiciales de todo tipo (como impagos).
Es por eso que la razón social no puede estar repetida en el Registro Mercantil. Cuando una sociedad se registra para iniciar su actividad, ha de cotejar la lista y elegir una distinta a las que ya se encuentran inscritas (incluso si se trata de sociedades sin actividad). Con frecuencia se registran razones sociales con el objetivo de conservar el nombre.
Uno de los usos más frecuentes de la razón social son las facturas y las nóminas. Tanto en las nóminas a los empleados como en las facturas de los proveedores es obligatorio que aparezcan datos como el Código de Identificación Fiscal (CIF), la razón social y la dirección fiscal, además de otros como la fecha y el número de factura.
¿Cuál es la razón social de un autónomo?
Cuando nos damos de alta como autónomo, la razón social será el nombre legal que aparezca en su documento de identidad. Este documento puede ser el DNI/NIF o el NIE, en función de nuestra nacionalidad y ubicación.
El número de identificador fiscal siempre acompaña a este nombre. El motivo es que, a diferencia del registro de empresas, dos personas pueden compartir nombre y apellidos.
La razón social no tiene por qué coincidir con la marca
La razón social es al nombre completo lo que la marca comercial es al pseudónimo o apodo. En otras palabras, la razón social no tiene por qué coincidir con el nombre comercial de la misma forma que el apodo no tiene por qué coincidir con el nombre legal. Todos conocemos a algún Nacho que, en realidad, se llama Ignacio. Ignacio y sus apellidos serían la ‘razón social’.
Lo mismo ocurre con las empresas de todos los tamaños, y Orange es un ejemplo. En España, el Grupo Orange se llama formalmente Orange Espagne S.A.U., Orange España Virtual, S.L.U., etc. Orange es el nombre comercial por el que se conoce al conjunto de empresas. Al igual que los apodos, los nombres comerciales nacen para aportar sencillez.
También ayudan a la consolidación de marcas en el ideario colectivo. Por ejemplo, Coca-Cola en España se llama legalmente Compañía de Servicios de Bebidas Refrescantes, S.L.. Este nombre legal se registró en 1992, pero pocos hemos oído hablar de él. En su lugar, leemos Coca-Cola o The Coca-Cola Company (nombre legal en Estados Unidos, marca en España).
El motivo principal por el que no se usan las razones sociales como nombre comercial es, además de su longitud, porque se adaptan mal al mercado, a diferencia de las marcas. Es el caso de AXE, el desodorante. Cuando accedió al mercado anglosajón tuvo que cambiar el nombre a LYNX. Axe en inglés significa ‘hacha’, pero la marca no quería ligar su nombre a connotaciones violentas.
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