Reducción de jornada: qué es, tipos y cómo gestionarla en la empresa

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Entender la reducción de jornada es imprescindible para empresas y trabajadores en el contexto actual. Es una opción que está sobre la mesa para adaptar la relación laboral a las vicisitudes de la vida y los cambios del entorno económico. Sin embargo, hay que saber cuáles son sus consecuencias para encauzarla de la forma más beneficiosa para todos. [hde_related]

Supuestos de la reducción de jornada

Podemos decir que existen dos tipos de reducciones de jornada muy diferentes. Por un lado, puede ser un mecanismo de conciliación. Por otro, se utiliza como un instrumento puramente laboral.

El mecanismo de conciliación

Desde este punto de vista, es una herramienta de encaje. Intenta ayudar a mantener la armonía entre la actividad laboral y la vida personal y familiar. En todo caso, no lo hace como una opción a la que podamos acceder con carácter general, sino solo ante circunstancias especiales.

Así, las necesidades de los niños pueden llevar a una reducción de jornada de media hora por lactancia, una o dos por cuidado de un bebé prematuro hospitalizado, entre un octavo y la mitad de la jornada por cuidado de un menor de 12 años o, al menos, la mitad de la jornada en caso de tener que cuidar a un menor afectado por cáncer u otra enfermedad grave.

También puede requerirse para afrontar el cuidado de otras personas de la familia. En el caso de que no puedan valerse por sí mismas por razones de discapacidad, edad, enfermedad o accidente y que no desempeñen una actividad retribuida, sus familiares hasta el segundo grado pueden solicitar una reducción de entre un octavo y la mitad de la jornada.

Además, las propias circunstancias personales pueden aconsejar en ciertos momentos la reducción de la jornada. Así, las víctimas de la violencia de género o del terrorismo pueden solicitarla en los términos que marque el convenio o acuerdo alcanzado. Si no hay previsiones de este tipo, la persona trabajadora tiene derecho a concretar cómo se concretaría la reducción.

El instrumento laboral

En primer lugar, se usa en los casos de jubilación parcial. Quien va a acceder a ella reducirá su jornada entre un 25 y un 50 %. En el caso de que el contrato de relevo se concierte como indefinido a tiempo completo, este porcentaje asciende al 75 %.

Algo semejante pasa cuando hay situaciones de crisis empresarial. Las empresas que entren dentro del novedoso sistema RED o que estén afectadas por causas Económicas Técnicas, Organizativas o de Producción (coloquialmente conocidas como ETOP) pueden llevar a una reducción de entre un 10 y un 70 % de la jornada. 

Cómo solicitar una reducción de jornada

En las que sirven como instrumento de conciliación, para hacer una solicitud de reducción de jornada habrá que estar a lo que diga el convenio colectivo. En principio, la ley no establece ninguna forma específica, pero sí exige que se avise con 15 días de antelación al inicio y final de la reducción de jornada. En todo caso, el empleo de una forma escrita, aunque no la exigiese el convenio, es deseable. Ofrece más garantías ante una posterior comprobación o conflicto.

Cómo se disfruta de la reducción de jornada 

Una de las dudas más importantes es la de la posibilidad de acumular las horas. Por ejemplo, en lugar de faltar unas horas cada día, el trabajador lo haría ciertos días completos cada semana.

En general, esta posibilidad existe, pero está condicionada a lo que recoja el convenio o el acuerdo entre empresa y trabajador. Estos deben alcanzar las respuestas para el equilibrio entre las necesidades de conciliación y la organización del trabajo por la empresa.

Efectos de la reducción de jornada

Lo normal es que la reducción de jornada afecte al salario proporcionalmente. No obstante, debemos acudir, una vez más, al convenio para concretar qué complementos se ven afectados. Lo que, en principio, no se vería afectado son las percepciones que no forman parte del salario, como suplidos, dietas y gastos de viaje, indemnizaciones, etcétera.

En caso de despido, la reducción de jornada no debería hacer que merme la indemnización. Sin embargo, para ello nos debemos encontrar aún dentro de los límites de tiempo que marca la ley. Si, por un acuerdo con la empresa, el trabajador sigue con la reducción, los cálculos se harían tomando el salario reducido como referencia.

Por lo que respecta a las cotizaciones sociales, estas podrían verse reducidas. Eso significaría que cobraríamos menos prestaciones. Sin embargo, hay mecanismos para evitar ese perjuicio. Uno de ellos es la prestación familiar en su modalidad contributiva, que permite computar al cien por cien la cotización, como si no hubiese habido reducción. También puede emplearse un convenio especial con la Seguridad Social en el que se cotice por la diferencia.

Como vemos, la clave está en los detalles. Aunque la ley marca unas pautas, son los convenios y acuerdos entre empresa y trabajador los que concretan. Para los negocios, es importante anticiparse a los problemas habituales y aprender de las experiencias pasadas.

Imágenes | Jonas Kakaroto, Sharon McCutcheonNational Cancer Institute en Unsplash

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