El aprendizaje o mejora continua de habilidades laborales (reskilling) se manifiesta como una necesidad en un entorno laboral en el que las habilidades ofertadas no se corresponden con las demandadas. Llamado también reciclaje profesional, el 61% de las empresas señala su importancia presente y futura en un informe conjunto de EY y Future for Work Institute.
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Si hace unas décadas el puesto de trabajo desempeñado requería un periodo de formación durante la adolescencia o adultez temprana, en la actualidad se vuelve imperativa la formación a lo largo de toda la vida debido a la obsolescencia educativa. ¿Cómo pueden afrontarlo profesionales y empresas? ¿Cómo puede reciclarse un trabajador una y otra vez?
¿En qué consiste el reskilling de un trabajador?
Todas las personas tienen una serie de habilidades (en inglés, skills) que les ayudan a desempeñar con éxito su trabajo. Cuanto más próximas estén estas destrezas a las requeridas para el puesto de trabajo, más productivo será asignar la tarea en cuestión a determinado trabajador, o viceversa. Esto incluye las habilidades blandas, a menudo muy difíciles de evaluar.
Clásicamente, cuando un profesional buscaba optar a otro puesto debía asegurarse de contar entre sus capacidades con las más demandadas. Sin embargo, en las últimas décadas se ha observado un efecto interesante: las habilidades que hacen falta en un empleo han ido cambiando incluso cuando el objeto de la profesión siguiera inmutable.
Así, actualmente un abogado, un gestor o un fontanero resuelven los mismos problemas que sus homólogos de hace 50 años, pero utilizan herramientas diferentes. Es normal ver cómo un letrado descarga sentencias en su ordenador, cómo el gestor firma digitalmente sus documentos o cómo el fontanero realiza un seguimiento digital de la tarea.
¿Por qué hace falta seguir formándose?
El mencionado informe de EY y Future for Work Institute, titulado ‘Las empresas españolas frente a la revolución del reskilling’, destaca que “el reciclaje profesional de los empleados, de ser una prioridad solo para el 20% de las empresas pasará a ser una cuestión prioritaria para el 61%”. Además, por supuesto, de otros factores en materia de gestión de personal.
También desde EY se publicó el informe ‘Building a Better Working Europe’ (2019). La encuesta que estructuraba el estudio subrayaba que el 40% de las compañías encontraban muy difícil reclutar personal especializado en competencias digitales. Es decir, faltaban habilidades en la oferta de empleo.
Un año antes, Adecco presentó otro informe en el que resaltaba cómo “hasta un 10% de las vacantes en el mercado de trabajo se dejan sin cubrir y cerca de un 20% se tiene que redefinir” debido a esa brecha entre skills ofertadas y demandadas.
Esta brecha, que ya se conoce desde hace años, se ha abierto de forma notable debido a la covid-19. Mientras que las compañías digitales o en proceso de serlo aumentan rápidamente su facturación, “el 25% de las grandes empresas de la OCDE están teniendo dificultades para encontrar determinados perfiles tecnológicos”, según el informe de Randstad ‘Flexibility at Work’.
La recuperación K del coronavirus demandará reskilling
La recuperación en forma de K, propuesta por la Cámara de Comercio Estadounidense, es el escenario más realista de la situación económica. Es una gráfica en la que se observa perfectamente el hueco entre habilidades ofertadas y demandadas (azul) durante la recuperación.
A diferencia de la L (recuperación lenta) o la V (rápida), la forma de K se escinde en dos curvas: una digitalizada, adaptada tanto al mundo online precovid como al nuevo impulso durante y tras ella, y otra que remarca la falta de habilidades digitales con crecimiento negativo a largo plazo.
En esa curva roja decreciente, o en una intermedia entre la roja y la azul, se quedarán estancados aquellos profesionales que no sepan formarse en competencias demandadas. Ya se ha visto en el punto previo cómo esa demanda de skills existe y es creciente. Ahora que se sabe su importancia, ¿qué pasos hay que dar?
¿Cómo reciclar profesionalmente a un trabajador?
El primer paso a la hora de plantear una actualización profesional es analizar el sector en el cual se opera y buscar las habilidades más demandadas. Una forma de particularizar esta búsqueda en un trabajador es buscar su puesto laboral en portales de trabajo como Infojobs o LinkedIn y anotar las etiquetas más frecuentes en los puestos de trabajo relacionados.
Es importante no confundir las habilidades más demandadas, por ejemplo las que ofrece el informe ‘Emerging jobs reports’ de LinkedIn, con aquellas capacidades más requeridas en un puesto de trabajo concreto. Al igual que ocurre con la ruta laboral, contar con ellas sin duda será útil, pero en el reskilling es importante saber de qué se parte.
Por ejemplo, conocer el idioma mayoritario del país con el que piensas hacer negocios sin duda abre puertas. Aprender sobre inteligencia artificial le será más útil a un programador o a un filósofo que a un trabajador social. A este es posible que le interese recibir un máster en habilidades comunicativas o estudiar el test MBTI, mientras que a un ingeniero en edificación es muy probable que le convenga manejar BIM.
Cada puesto de trabajo es único y exige una serie de habilidades diferentes. Buscar en portales de trabajo para ver cuáles se demandan en nuestro puesto es clave para no quedarse atrás. Claro, que siempre queda la posibilidad de cambiar de sector en base a las carreras más demandadas.
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