Errores empresariales para no repetir: cuando un candidato a la Casa Blanca rechazó entrar en Microsoft

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A lo largo de la historia, han sido muchos los empresarios candidatos a la Casa Blanca, algunos de los cuales incluso llegaron a ser presidentes. Además de Donald Trump, el caso más paradigmático es el de Ross Perot, un multimillonario que hizo tambalear el bipartidismo en Estados Unidos gracias a un inédito apoyo a su programa de derecha populista.

Sin embargo, a pesar de ser conocido por su faceta política y su abultada fortuna, de 4100 millones de dólares, según ‘Forbes’, a Perot también se le relaciona con uno de los mayores errores empresariales de la historia. El motivo: no haber llegado a un acuerdo para entrar en el capital de Microsoft por una suma de dinero ridícula para su patrimonio, al menos en comparación con la actual valoración de la multinacional estadounidense.

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La historia de Ross Perot: un hombre de éxito de la industria tecnológica

Antes de los años 90, cuando empezó su carrera hacia la Casa Blanca, Perot era conocido por ser un nombre de éxito del incipiente sector tecnológico de Estados Unidos. Fundó la compañía Electronic Data Systems (EDS) en 1962, con un capital inicial de solo 1000 dólares. Pronto consiguió convertirse en un referente en la industria, con una valoración de 1000 millones de dólares, y en 2008 fue adquirida por HP por un montante total de 8900 millones de dólares.

Durante su etapa como empresario, se consideraba a Perot como uno de los más poderosos e influyentes hombres de negocios dentro del campo tecnológico, al estilo de lo que hoy en día son Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Larry Ellison, ya que consiguió vender sus servicios a agencias gubernamentales y grandes empresas. 

El rescate de dos empleados de EDS en Irán

El episodio más arriesgado en la vida de Perot no se produjo en Estados Unidos, sino en Oriente Medio. En 1979, en pleno proceso de derrocamiento del sha en Irán, EDS estaba desarrollando un sistema de seguridad social en el país. Dos de sus empleados fueron detenidos sin acusaciones concretas y retenidos en una de las prisiones de máxima seguridad del país.

En esas circunstancias, Perot organizó un ataque clandestino y arriesgado para penetrar en el país y rescatarlos. Ante la imposibilidad de acceder a la prisión, un equipo de rescate de Estados Unidos comandado por el Coronel Arthur D. ‘Bull’ Simmons, decidió esperar a que una multitud de revolucionarios proayatolá asaltase la cárcel y liberase a sus 10 000 prisioneros. En ese momento, los dos empleados de EDS se conectaron al equipo de rescate en el que estaba involucrado el propio Perot y consiguieron escapar a través de Turquía.

Esta escena fue incluso narrada en la novela ‘Las alas del águila’ de Ken Follet, que incluso fue llevada a la televisión.

Y Microsoft se cruzó en su camino

En su condición de empresario de éxito, Perot estuvo interesado en comprar pequeñas firmas que integraría en su negocio. En estas circunstancias, en 1979, una pequeña empresa llamada Microsoft, fundada por un jovencísimo Bill Gates y que contaba con apenas 30 empleados, se cruzó en su camino. 

Tanto Gates como Perot estaban convencidos de que la colaboración entre las dos compañías podría llegar a ser provechosa. Sin embargo, faltaba un pequeño detalle: ponerse de acuerdo en el dinero. De acuerdo con la biografía de Gates, publicada en 1993, Perot ofrecía un montante de entre 40 a 60 millones por Microsoft, aunque él recuerda que el precio estaría más bien en un rango de entre seis a 15 millones de dólares. 

En cualquiera de los dos casos, ninguno de los dos se pusieron de acuerdo con el precio. A toro pasado, las cifras que se manejaban eran ridículas en comparación con lo que vale hoy Microsoft. De hecho, el propio Perot aseguró posteriormente en una entrevista que este había sido el error más importante de su carrera. 

Perot podría haber aumentado su fortuna

En la actualidad, Microsoft es una de las mayores empresas del mundo en capitalización bursátil, con una valoración de 1,71 billones de dólares. Y Gates aparece recurrentemente en la lista ‘Forbes’ que se publica cada año, al ser uno de los hombres más ricos del mundo y, al mismo tiempo, un filántropo de referencia gracias a la fundación que comparte con su mujer, Melinda Gates.

Ross Perot falleció en 2019 a la edad de 89 años, después de una larga lucha contra la leucemia. Sin embargo, a diferencia de Gates, se le recordará por su faceta política, y por haber representado una tercera vía política al más puro ‘estilo Trump’. 

Aun así, tuvo tiempo de cometer otros errores empresariales, como haber apostado por NeXT, la segunda aventura de Steve Jobs tras su salida de Apple, en la que invirtió 20 millones de dólares a cambio del 16% de la empresa.

Quién sabe qué hubiese pasado si Perot hubiese aceptado la oferta y entrado en el capital de Microsoft. Desde luego, la historia de Estados Unidos durante los primeros años de la década de los 90 y la evolución de la industria tecnológica americana hubiesen sido bien diferente. 

Imágenes : Pixabay.com\efes, Unsplash.com\Bram Van Oost

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