El 28 de abril recordamos los logros conseguidos en materia de seguridad y salud laboral. Una senda en la que aún hay mucho por recorrer.
Con motivo del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, la Organización Internacional de Trabajo (OIT) ha publicado el informe ‘Seguridad y salud en el centro del futuro del trabajo’.
En él, explica que cada año mueren 2,78 millones de personas a causa de accidentes laborales y enfermedades profesionales. La pérdida de días de trabajo por temas de seguridad y salud laboral representan el 4% del PIB mundial.
[hde_related]
El informe también revela que las principales enfermedades laborales son las circulatorias, en un 31% de los casos; las cancerígenas, en un 26%, y las respiratorias, que suman el 17% del total.
Retos en el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo
https://www.youtube.com/watch?v=rhTqItSM2G8
Para esta institución dependiente de la ONU, la clave no son solo los riesgos ya conocidos, sino aquellos que vienen con la evolución de los nuevos puestos de trabajo.
Existen “cuatro fuerzas transformadoras” a tener en cuenta:
- La tecnología. Fenómenos como la hiperconectividad afectan a la salud psicosocial. Elementos como la digitalización o la robótica pueden suponer nuevos riesgos. Eso sí, usada de manera correcta, la tecnología puede evitar situaciones de peligro.
- La demografía. Los jóvenes tienen tasas más altas de accidentes laborales. Mientras que los trabajadores de más edad necesitan tiempo y formación para adaptarse a las nuevas maquinarias y procesos.
- El cambio climático. Problemas como la contaminación o el estrés térmico son consecuencia del cambio climático. Por otro lado, el desarrollo sostenible también favorecerá la creación de nuevos trabajos.
- La organización del trabajo. Existe mayor flexibilidad laboral. Pero también problemas como la inseguridad, la falta de privacidad o los horarios excesivos.
La OIT habla de seis aspectos en los que los responsables deben centrarse para mejorar la seguridad y la salud en el trabajo: la prevención de nuevos riesgos, un enfoque multidisciplinar, la vinculación con la sanidad pública, mayor información para los trabajadores, un esfuerzo legislativo y la implicación de gobiernos y empleadores.
Ley de Prevención de Riesgos Laborales
En nuestro país, la Ley 31/1995, de 8 de noviembre regula la Prevención de Riesgos Laborales encomendados a los poderes públicos por la Constitución Española. La Ley 54/2003, de 12 de diciembre actualiza esta normativa.
Según dicta la ley, la Prevención de Riesgos Laborales (PRL) debe hacerse mediante actividades de prevención dentro de la empresa, con la aplicación de medidas de seguridad y salud y con el seguimiento permanente por parte de profesionales competentes.
Además, los trabajadores tienen la obligación de usar de forma adecuada la maquinaria y las herramientas, emplear los equipos de protección y dispositivos de seguridad e informar de posibles riesgos para la seguridad y/o la salud.
Medidas que todas las empresas pueden aplicar
Tanto el empresario como el trabajador deben estar informados de la normativa y conocer sus derechos y responsabilidades. Además, es necesario estar al tanto de las constantes actualizaciones en materia de ley e implicar a los trabajadores en el conocimiento de la legislación.
Identificar los posibles riesgos es la mejor prevención para evitar accidentes. Desde una herramienta en mal estado a una habitación con una temperatura inadecuada, cada sector tiene su normativa específica. Es importante que los trabajadores sepan cómo comunicar estos problemas a sus superiores.
De la misma forma, es necesario proporcionar orientación y capacitación. La mayoría de los accidentes laborales sucede cuando el trabajador lleva menos de medio año en la empresa. Por eso, es fundamental que los nuevos trabajadores reciban la información necesaria.
Si el puesto de trabajo requiere de equipo de protección individual específico (EPI), el empresario está obligado a facilitarlo al trabajador. Y también de formarlo sobre cómo debe utilizarlo. El trabajador tiene la obligación de usar correctamente el equipo.
Otra medida elemental es supervisar las tareas de los trabajadores. Y observar si las llevan a cabo cumpliendo la normativa sobre seguridad y la salud.
Hemos de tener ordenado el puesto de trabajo. El material desorganizado puede provocar tropiezos y caídas. La acumulación de papeles puede favorecer la propagación de un incendio. Las salidas de emergencia nunca deben estar bloqueadas.
A menudo, se considera que la seguridad y la salud en el trabajo solo se refiere al manejo de maquinaría pesada o de productos peligrosos. Pero un espacio en apariencia inofensivo como es una oficina también tiene sus riesgos. Por ejemplo, ha de estar correctamente ambientada e iluminada y los ordenadores y sillas han de cumplir con las alturas y distancias correspondientes para que no haya problemas musculares.
Y no olvidemos la salud emocional. Es importante contar con buen ambiente de trabajo sin estrés o ansiedad. Así como con procedimientos que detecten e impidan casos de acoso o abuso entre trabajadores.
Cómo actuar ante un accidente de trabajo
Algunos consejos que pueden salvar vidas:
- Observar con calma la situación.
- Actuar con rapidez, avisando a los servicios de emergencia.
- No mover a la persona accidentada.
- Intervenir solo si sabemos cómo hacerlo.
- No dar de comer o beber a una víctima inconsciente.
- Aflojar las ropas que le opriman o, si es el caso, abrigarlo.
- Usar guantes para prevenir infecciones.
- Evitar las aglomeraciones en torno al herido.
Imágenes | Photo by Daniel Wiadro on Unsplash, Photo by chuttersnap on Unsplash, Photo by chuttersnap on Unsplash, Photo by Paulette Wooten on Unsplash