En las empresas se escuchan una infinidad de términos nuevos: clima laboral, flexibilidad, salario emocional, trabajo inteligente, movilidad, etc. Y aunque son muchas las que deciden sumarse al cambio, realmente son una minoría las que deciden implantar, de verdad, los valores para llevar a cabo una transformación en la empresa.
Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo y Eurofound, tan solo un 13% de las compañías ofrecen teletrabajo y nada más que un 7% de los empleados lo llevan a cabo. Esta situación se debe a la falsa idea de que es beneficioso el empleado que pasa horas en la oficina aunque su productividad esté siendo nula y se tiende a pensar que el que trabaja desde casa procrastina. Para que la verdadera evolución se lleve a cabo lo que se debe premiar es el trabajo bien hecho, independientemente de dónde se encuentre el trabajador.
De hecho, el trabajo inteligente invita a los empleados a elegir dónde realizar sus tareas, si creen que van a ser más productivos presencial o virtualmente. Lo que presupone una madurez por parte de los asalariados. Andrés Ortega, Head of Talent de ING, dice que: “las compañías son más eficaces cuando ponen el poder en manos de los trabajadores.” Porque este tipo responsabilidades, son una parte del salario emocional, un factor que se valora cada vez más.
El cambio empieza con el trabajo inteligente
Más conocido también por el Smartworking, que se basa en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para gestionar de forma inteligente el trabajo de cada uno, y de esta manera, obtener la máxima rentabilidad. Las verdaderas bases son el teletrabajo, la flexibilidad, la movilidad, etc. Y se considera que puede llegar a ser el inicio de la verdadera evolución del mundo laboral.
Fuente: Retina (El País)