Sostenibilidad y responsabilidad social, ambiental y corporativa

Empresa

Las empresas tienen un papel crucial, junto con los gobiernos, a la hora de abordar los desafíos del presente, como el cambio climático, la desigualdad y las divisiones políticas. La sostenibilidad y la equidad social son el nuevo imperativo moral de las empresas. Rebecca Henderson, profesora de la John and Natty McArthur University en la Universidad de Harvard (Estados Unidos), así lo afirma en el libro ‘A Political Economy of Justice’.[hde_related]

El ensayo que lleva su firma se centra en el concepto de ‘empresa impulsada por un propósito’, en el sentido de una organización que adopta objetivos sociales, mucho más allá de la mera finalidad de incrementar los beneficios. De hecho, en un mundo cada vez más caótico y polarizado, las empresas están llamadas a restablecer la ‘brújula moral’ y redescubrir su ‘estrella polar’ en la justicia social.

La idea de que los negocios son en esencia una empresa moral fue reelaborada con especial fuerza por el economista Milton Friedman y sus colegas. En su neoliberalismo existe la creencia de que un capitalismo que funcione bien es una fuente fundamental de prosperidad y libertad económica y política. Según Henderson, el movimiento actual hacia un propósito prosocial de las empresas podría verse como una evolución natural del pensamiento de Friedman.

Hoy, los consumidores quieren que las marcas sean propulsoras de programas para mejorar las sociedades. Con acciones, por ejemplo, en el ámbito de las emisiones de CO₂ y la equidad en el trabajo. Es hora de que las empresas respondan a esta demanda con estrategias capaces de combinar propósito y beneficio. Henderson analiza dos casos en particular: las estrategias adoptadas por las multinacionales Cadbury y Unilever. Son solo dos ejemplos de los que extraer pautas adecuadas para cada empresa.

Cadbury: los resultados económicos, en segundo plano

Las raíces de Cadbury, un gigante británico de la confitería, se remontan al siglo XIX. En esa época, algunos empresarios adoptaron un nuevo enfoque basado en la idea de que el objetivo no era maximizar las ganancias, sino vender productos útiles y de alta calidad hechos por empleados bien tratados y pagados. Los hermanos Cadbury compartían esta opinión. El suyo fue un claro rechazo al enfoque ‘taylorista’ y su supuesto implícito de que los empleados son engranajes manipulables.

En 1914, George Cadbury escribió un artículo titulado ‘En contra de la gestión científica’. En él, criticaba que las empresas se fijaran solo en los resultados económicos. Mientras dejaban pendiente “la cuestión de los costes humanos de las economías producidas». Su compañía requería que cada empleado tomara un curso académico introductorio. Y ofrecía la oportunidad de seguir una formación comercial y técnica adicional a sus expensas. La empresa también proporcionaba instalaciones deportivas, pago por enfermedad y un fondo de pensiones. Incluso experimentó con la participación de los trabajadores en la gestión de sus plantas.

Unilever: resolver grandes problemas

Paul Polman, quien de 2009 a 2019 fue el CEO del gigante de bienes de consumo Unilever, es uno de los principales exponentes del concepto de ‘empresa impulsada por un propósito’. En su primer día en el cargo, anunció que Unilever ya no proporcionaría informes sobre las ganancias trimestrales. La compañía, en su opinión, tenía que centrarse en el largo plazo y en resolver los grandes problemas del mundo.

Seis meses después, Polman anunció el Unilever Sustainable Living Plan, con el cual la empresa se comprometía a duplicar la producción y reducir a la mitad su huella ambiental. Con respecto a los accionistas, dijo: “Yo no trabajo solo para ellos. La esclavitud fue abolida hace mucho tiempo”.

La sostenibilidad hoy es el imperativo del capitalismo

La visión de Polman encaja a la perfección con la realidad de 2022. Hoy, el líder es cada vez más una figura gerencial centrada en las personas, el ambiente de trabajo y el concepto de humanidad. Su éxito como directivo y el de la organización son consecuencia de ello. 

A nivel estratégico, la sostenibilidad corporativa y la transformación orientada a los llamados criterios Environmental, Social and Governance (ESG) ya son el tema central. No porque las empresas se hayan convertido en organizaciones sin ánimo de lucro, sino porque la sostenibilidad es o debería ser la nueva forma de un capitalismo más resiliente que defiende y mejora en lugar de consumir y destruir. Esta es la nueva ‘brújula moral’ de las empresas.

Nos enfocamos en la sostenibilidad no porque seamos verdes, sino porque somos capitalistas y nos une una relación de confianza hacia nuestros clientes”, escribió en su habitual carta anual a los CEO Larry Fink, número uno de Blackrock, la mayor empresa de inversiones en el mundo. El texto representa una referencia para todos los gerentes porque indica las prioridades y los temas más relevantes para el sistema financiero global.

Sin recurrir a más siglas para designar nuevas corrientes de pensamiento, podemos decir con certeza que la prosperidad económica sin equidad y respeto por el medio ambiente y las personas es ahistórica. Ya no tiene sentido en un mundo que sufre y ha sufrido los embates de una pandemia, las dramáticas repercusiones del cambio climático y se enfrenta de nuevo a las consecuencias de los conflictos armados. Para las empresas, la sostenibilidad es la vía maestra para la competitividad y la durabilidad de su modelo de negocios.

Por Alberto Barbieri

Imágenes I Clay Banks/Unsplash, Hello I’m Nik/Unsplash, Adam Jang/Unsplash

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