A pesar de lo mucho que se habla del teletrabajo, se puede decir que en España esta modalidad laboral sigue siendo anecdótica, un privilegio reservado a unos pocos. Los números cantan. Según la Encuesta de Población Activa (EPA), el 95% de los asalariados de este país no trabaja en ningún momento desde casa, mientras que un 2% lo hace ocasionalmente y solo un 3% tiene la suerte de hacerlo más de la mitad de los días de la semana.
Es decir, en sentido estricto, y si se cruzan datos, teletrabaja en algún momento de la semana en este país menos de un millón de personas. En España, a pesar de los cambios en los hábitos de vida y de los avances tecnológicos, nos sigue gustando calentar la silla. Todavía en muchas empresas, irse antes que el jefe o ausentarse de la oficina por cualquier motivo justificado sigue siendo tabú o motivo de sospecha. Es la lacra de los horarios rígidos y del calentar la silla por encima de todo. [hde_related]
La situación contrasta con la de Estados Unidos y los países del norte de Europa. En EE.UU., según datos de Adecco, el 25% de los empleados trabaja de forma frecuente desde el hogar. En Holanda, por ejemplo, lo hace más de un 8%. El mundo laboral que conocemos está cambiando gracias a las nuevas tecnologías y lo va a hacer más en el futuro, y el teletrabajo es una de las tendencias que se van a imponer. Según Sage, proveedor de software de gestión para empresas, en el Reino Unido solamente un 6% de los trabajadores sigue el horario de 9 a 6 de toda la vida.
Unas comunicaciones potentes, la aparición de equipos móviles muy eficientes, como portátiles ultraligeros, tabletas o smartphones, y la proliferación de herramientas de ofimática y colaboración en la nube y al alcance de todo el equipo de la empresa están facilitando las cosas.
Aunque la fórmula del teletrabajo tiene peligros, como la seguridad de la información que se maneja o la extensión de los horarios en casa más allá de lo razonable, en general es una buena opción para los trabajadores, que así pueden conciliar mejor vida personal y profesional. Y también para las propias empresas que los contratan, que tendrán a empleados más satisfechos y flexibles. También lo agradecerá el medioambiente, pues aliviará unas ciudades que generalmente están atestadas de coches y con atascos prácticamente a todas horas.
Seis razones que llevan a las empresas a apostar por el teletrabajo
Aquí resumimos las razones por las que las empresas hoy deberían promover el teletrabajo y abandonar de una vez la cultura del presencialismo en la oficina.
1. No hay vuelta atrás
Los entornos de trabajo están cambiando. La tecnología ha deslocalizado el puesto de trabajo, pero también la mentalidad de empleados y jefes está madurando. Ya no se trata tanto del “¿cuántas horas echas?”, sino de “¿llegaste a los objetivos marcados o entregaste a tiempo tu trabajo?”. Las empresas deben entender que para motivar de verdad a sus empleados deben fiarse de ellos y ofrecerles también la opción del teletrabajo, y no aturdirles con jornadas maratonianas, pero escasamente productivas, en la oficina.
2. Los mejores quieren flexibilidad
En un momento en que cuesta mucho atraer y filidelizar a los trabajadores más cualificados o con más iniciativa, el teletrabajo es un buen gancho. Una encuesta realizada entre 6.000 empleados de todo el mundo, entre ellos los españoles, demostraba que la mayoría de los asalariados (un 54%) estaría dispuesta a mudarse de ciudad si en su nuevo puesto de trabajo ganara flexibilidad.
3. Las largas jornadas en la oficina son improductivas
La productividad laboral se ha convertido en un problema global. Un estudio de Sage de finales de 2017 realizado entre 3.500 empleados de varios países del mundo, demostraba que el tiempo verdaderamente productivo de una persona en una oficina es inferior a 30 horas semanales. Por eso, revolucionar la productividad de forma innovadora, como dar al empleado la libertad de trabajar dónde y cómo mejor le convenga, hará que una empresa saque el máximo partido a sus equipos.
4. Es cuestión de confianza
Ese mismo estudio de Sage demostraba que para la mayoría de los trabajadores (dos tercios), el ser valorados y aceptados es un asunto crucial y mucho más importante que otro tipo de beneficios, como la comida gratis o las zonas de juegos. El teletrabajo es una manera que tienen las empresas de valorar a sus empleados y demostrar confianza en ellos, pues les da libertad para hacer las cosas a su manera.
5. Es una parte del «salario emocional»
Desde hace unos años, los salarios en muchas compañías están estancados o crecen muy poco, cuando no se han desplomado. Por eso, los departamentos de recursos humanos deben explorar las vías para mejorar el bienestar del trabajador más allá de su retribución monetaria. Es lo que se llama «salario emocional” y que puede comprender el trabajo flexible, los días libres, un servicio de guardería para los niños, la formación, la apertura de espacios para distracción… y el teletrabajo. Este puede ayudar, además, a reducir el estrés eliminando cada mañana el atasco en la carretera o la masificación del transporte público.
6. Todos queremos ir al médico sin remordimientos
Cualquier persona que trabaje y saque adelante una familia siempre querrá poder ir a buscar a sus hijos al colegio, o tener un encuentro con sus profesores a media tarde. También son mayoría los trabajadores que anhelan acudir a una cita médica sin sentir ningún tipo de remordimiento. El teletrabajo es la vía para disfrutar en alguna medida de la tan ansiada conciliación de vida profesional y familiar.
7. …y no será por tecnología
Ya no es necesario estar en la oficina para poder llevar a cabo muchos trabajos. Gestores de correo y plataformas en la nube para compartir archivos de todo tipo facilitan hoy el teletrabajo. Son soluciones baratas (o gratuitas en algunos casos), que además están respaldadas por unas comunicaciones también asequibles y que, al menos en núcleos de población de cierto tamaño, no suelen fallar. Hoy cualquiera provisto de un portátil ligero, una tablet o un teléfono puede montar su oficina en cualquier lugar: en su casa, pero también en una cafetería o en el vestíbulo de un aeropuerto. No será por la tecnología y por el precio que tiene.
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