La pandemia y el teletrabajo han ampliado la jornada laboral de muchos españoles. La falta crónica de conciliación laboral, sumada a la dificultad para desconectar con el portátil del trabajo en casa, han hecho que el 54 % de los españoles trabajen más horas. Sin embargo, trabajar más tiempo no significa ser más productivo, sino menos.
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La pandemia ha alargado la jornada laboral
Según la ‘Guía del Mercado Laboral 2021’ publicada por Hays, el coronavirus ha incrementado la jornada laboral de un 54 % de los españoles. El 42 % ha mantenido el mismo horario y un 4 % ha visto cómo se reducía. El 58 % de esos trabajadores que ahora han visto ampliado su horario lo achaca al teletrabajo derivado del confinamiento, lo que implica que las empresas no están aplicando mecanismos de desconexión laboral.
Dicho de otra forma, el teletrabajo no se ha implantado de forma correcta, dado que no debería hacer que sean necesarias más horas para sacar el mismo volumen de facturación. De hecho, hace tiempo que se sabe que los teletrabajadores son más productivos que sus homólogos de oficina: en China, en Estados Unidos y en España, entre otros países.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística de antes de la pandemia, el teletrabajo aumenta la productividad entre un 5 y un 25 %, pero también menciona que hacerlo implica un 11 % más de horas. De modo que sí, la pandemia ha alargado muchas jornadas laborales, pero no por la pandemia en sí, sino por seguir con herramientas de teletrabajo poco eficaces, así como entornos domésticos no preparados para la actividad laboral.
También influyó mucho no tener otro lugar al que acudir. Encerrados en casa, muchos trabajadores no necesitaron presión de sus responsables para hacer sus horas. Las realizaban porque las alternativas se habían reducido de forma notable.
Muchos trabajadores no quieren volver a la oficina de antes
Según un informe realizado por Robert Walters titulado ‘El Futuro del Trabajo tras el COVID-19’, el 47 % de los trabajadores españoles son más productivos teletrabajando y el 76 % está satisfecho con la transición al empleo en remoto derivada de la pandemia. De hecho, solo el 7 % quiere volver a la oficina a tiempo completo, y el 17 % afirma que su rendimiento ha bajado. La diferencia, un 36 %, no ha notado cambios en productividad.
No es difícil entender por qué muchos trabajadores prefieren el teletrabajo. El tiempo de desplazamiento a la oficina ahora es aprovechable. Sin embargo, estos datos tienen un importante sesgo, como puede verse al comparar este apartado con el anterior, y es que no todos los sectores se han visto afectados de igual manera. Ahí radica parte del problema de análisis. ¿Por qué se da, a la vez, un aumento de la productividad de algunos y un descenso de otros?
Mientras que en algunas empresas los trabajadores se han visto sobrecargados de trabajo e incapaces de apagar el teléfono móvil al terminar la jornada laboral, en otras se han visto notables aumentos de productividad y jornadas más cortas. Las encuestas mencionadas arriba tienen un corte sectorial, y hay algunos que se han adaptado mejor.
De hecho, parece que cómo implantan las empresas el teletrabajo es más importante que el teletrabajo en sí, y las horas extra están muy relacionadas con la bajada de la productividad. Este fenómeno se aplica también a la presencialidad: más tiempo en la oficina implica menor productividad.
A menos horas trabajadas, más productividad
Pese a que no parece intuitivo, trabajar muchas horas no es más productivo, sino menos. Usando las ‘Estadísticas de empleo’ de Eurostat para 2019 (antes de la COVID-19), se podían observar curiosidades como que países que trabajaban menos horas (por ejemplo, Alemania, 36,4 horas semanales) tenían cifras de productividad 4,5 puntos superiores a España (38,6 horas semanales).
De hecho, al comparar los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se observa que cuantas más horas se trabaja al año, menor es la productividad en dichos países. Hay muchos motivos por los que se da este fenómeno, todos actuando en paralelo:
- Las personas nos distraemos con facilidad. En países con teletrabajo de calidad, las distracciones son menores que en una oficina. Los países que menos horas trabajan son, por consiguiente, los que más horas teletrabajan. Y los más productivos.
- Los países más productivos son también aquellos en los que hay más cultura de abandonar el puesto laboral a determinada hora. La concentración aumenta durante jornadas cortas. El trabajo sale antes y en menos tiempo.
- Además, jornadas de menos horas están relacionadas con menores niveles de estrés y ligadas a menos problemas físicos y psicológicos. También con un menor número de errores derivado de una mayor concentración.
- A esto se suma que un menor tiempo de trabajo implica un mayor tiempo para la formación continua. La trampa de la pobreza también se aplica a nivel laboral: no tener tiempo para estudiar hace imposible ser más productivo en el futuro.
¿Durante cuántas horas seguidas somos productivos?
Ahora sí es posible analizar por qué para algunos trabajadores (el 4 %) el teletrabajo ha supuesto jornadas más reducidas, mientras que para otros (54 %) la jornada ha aumentado. Y por qué solo el 7 % de los trabajadores quiere regresar a la oficina pese a trabajar más horas. En muchos casos, esas horas han supuesto ingresos adicionales, sobre todo en freelancers.
Aquellas empresas que han logrado gestionar bien el teletrabajo han visto aumentada la productividad de los empleados y trabajadores externos, y se han permitido el ‘lujo’ de reducir parte de la jornada laboral gracias a ello. Mientras que las que no han sido capaces de gestionar de forma coherente esta modalidad han visto el efecto opuesto: horarios más largos, sobrecarga de trabajo, bajada de la productividad y trabajadores descontentos.
En su análisis de 2015 ‘Estudio anual sobre gestión del tiempo en el trabajo’, la marca Workmeter (especializados en productividad empresarial) estima que el tiempo productivo medio por día laborable ronda las seis horas y media. De hecho, la jornada ideal se estima en no más de seis horas diarias. Dinamarca (32 horas) y Holanda (29 horas) dan buena cuenta de ello.
La COVID-19 ha acelerado en España la digitalización y el teletrabajo. Sin embargo, es imprescindible realizar una revisión sobre la forma en que se está implantando el trabajar a distancia, dado que ha fomentado un presentismo digital que lejos de ayudar perjudica a todos los implicados. Resta tiempo al trabajador y productividad a la empresa.
Imágenes |Djim Loic, Johnny Cohen