La digitalización nos trae de cabeza. Marketing en redes sociales, SEO, Big Data, ciberseguridad, Internet de las Cosas, bots… demasiados frentes abiertos. Y la inteligencia artificial se deja ver ya en el horizonte. ¿Qué hacer? ¿Qué NO hacer? Más allá de la inversión en tecnología y talento, hay una serie de acciones detrás de toda transformación digital de éxito. Estos son los seis más importantes, presentados en una infografía.
Así avanza la digitalización en el mundo
Números alrededor de la digitalización hay muchos. Uno de los estudios más respetados por empresas e instituciones es el ranking de IMD World Competitiveness Center, una organización que engloba instituciones de medio planeta. En su informe anual, estudian factores como el desarrollo de la economía del conocimiento y el talento, la inversión y la regulación tecnológica o las estrategias de futuro.
En total, 50 aspectos, subdivididos en varias categorías, son puntuados. Y según la edición de 2017, estos son los 10 países más (y mejor) digitalizados del mundo: Singapur, Suecia, Estados Unidos, Finlandia, Dinamarca, Países Bajos, Hong Kong, Suiza, Canadá y Noruega. Por regiones, Europa acapara el top ten gracias a la presencia de cuatro de los cinco países nórdicos, así como Holanda y Suiza. Pero, ¿dónde está la competitividad digital de España?
Y así se mueve en España
Según el ranking de IMD, nuestro país está en el puesto 30 de 63, detrás de la mayoría de sus vecinos continentales y justo por delante de Portugal e Italia. Otros estudios indican valoraciones similares. Según Digital Economic Opportunity in Spain, España ocupa el puesto 45 en desarrollo digital siendo la decimocuarta economía del planeta. Y según el Eurostat, dentro de la Unión Europea se encuentra justo en el medio, el número 14 de 28.
En estos análisis, entran muchos factores en juego. La digitalización de la administración, su presencia en las instituciones financieras o su peso en las políticas públicas. Pero su desarrollo a nivel empresarial es una de los aspectos más destacados. Sobre todo, cuando nos referimos a competitividad digital de la economía.
Y es que la madurez digital podría sumar al producto interior bruto español 120.000 millones de euros en 2025, según un estudio de Siemens sobre transformación digital. Una cifra nada despreciable para la que todavía queda mucho camino que recorrer. Poco más de la mitad de los directivos españoles cree que el grado de digitalización de su empresa es alto, de acuerdo a una encuesta de PwC.
Para estos directivos, la principal razón por la que apostar por la digitalización es el potencial de aumentar ingresos y la rentabilidad, seguidas por la mejora de la experiencia del cliente y la reducción de costes. Según este estudio, además, en los próximos años habrá que seguir muy de cerca el impacto del Internet of Things, la inteligencia artificial, la realidad aumentada y la robótica.
Una transformación digital de éxito
La digitalización tiene mucho de revolución, de cambios arriesgados que cambian para siempre el negocio. Tras analizar muchas de estas transformaciones digitales, en su última investigación para Harvard Business Review, Jacques Bughin y Tanguy Catlin han señalado estos seis rasgos para que la revolución tenga éxito.
-No fallar en el liderazgo. La digitalización se debe impulsar de arriba abajo. Según el estudio, la transformación digital tiene muchas más oportunidades de prosperar si los directivos de la empresa están implicados al 100% en ella.
-Comprender todos los riesgos. Digitales o analógicos, sin ceñirse a un sector o un competidor, los riesgos deben ser observados en su conjunto. Para Bughin y Catlin, las empresas tradicionales suelen mirarse en el espejo de sus competidores digitales, como, por ejemplo, una start-up innovadora. Sin embargo, los riesgos competitivos pueden venir de donde menos te lo esperas.
-Doble estrategia: negocio principal y diversificación. ¿Reforzar el negocio principal de la empresa o buscar nuevos modelos? La respuesta es ambos y en igualdad de condiciones. La digitalización no solo debe contribuir a aumentar la competitividad de una empresa en aquello que lleva haciendo desde el principio, sino ayudarle a buscar alternativas. Según el estudio, la mitad de los recursos se deben destinar a reforzar el negocio y la otra mitad a la diversificación.
-Obsesionarse con la revolución digital. En Silicon Valley son muy conscientes de los riesgos y oportunidades de la revolución digital. Sin embargo, al margen del negocio puramente techie, pocos sectores parecen entender la presión que ya ejerce la digitalización, asegura el informe. Trabajes donde trabajes, acabará por poner patas arriba tu negocio.
-Centrarse en la demanda. La digitalización ha traído consigo un modelo de negocio revolucionario, conocido como plataforma y contrario al modelo lineal, más tradicional. Según el estudio, el modelo plataforma (gracias al cual triunfan grandes intermediarios, como Amazon) está evolucionando para atender, cada vez más, las necesidades del consumidor.
-Experimentar con la última tecnología. La tecnología digital genera ventajas competitivas. Las compañías no deben tener miedo de probar los últimos avances y transformar, con ellos, sus organizaciones. Como hemos visto, la inteligencia artificial o la robótica marcarán el futuro.
Juan F. Samaniego
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