Las claves de usabilidad para construir la web de tu empresa

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Un buen diseño es un aspecto clave para tener una página de éxito. En el mundo del desarrollo web, los expertos creen que la capacidad de atracción de un sitio depende, sobre todo, de su nivel de usabilidad. Por este término se entiende la facilidad de uso que tendrán los visitantes que entren e interactúen con él. Una web con una buena usabilidad es aquella que permite a los usuarios una interacción sencilla, intuitiva, agradable y segura.

Según el ingeniero Jakob Nielsen, experto mundial en diseño web, las empresas que tienen una usabilidad eficiente logran un índice de satisfacción, fidelización y recomendación por parte de sus usuarios mucho más alto que las empresas que no explotan esta característica.

Por su parte, según los expertos Deusto Formación, el 75 % de la credibilidad y confianza que transmite una web depende de su diseño. Y estudios de la firma estadounidense de marketing digital Web FX concluyen que solo un 10 % de los usuarios que visitan una web corporativa permanecen en ella si el diseño no es de su agrado. En internet, como en la vida en general, se puede decir que ‘se come por los ojos’

La gran cuestión es cómo las empresas pueden mejorar la usabilidad de su página cuando tiene que abordar una renovación de su diseño, algo a lo que están obligadas cada poco tiempo por los continuos cambios de tendencia en el universo digital. Además, cuando hablamos de usabilidad, no importa el fin de la página (informativo, de compraventa…), ni los contenidos que se cuelgan. Ser atractivo y fácil de usar es un mandato general para cualquier sitio web. Estas son las principales claves para lograr una página óptima en términos de usabilidad: 

Disponibilidad 24/7

La página web y sus contenidos deben estar siempre accesibles. Si, por cualquier razón, un usuario no puede acceder al sitio o pincha en pestañas con enlaces rotos o que lleven a páginas 404, es muy posible que no vuelva. Además, la reputación del site caerá por los suelos y también su posicionamiento en buscadores. Por ello, es importante cuidar el tiempo de respuesta del servidor para activar la página. Ni Google ni los usuarios toleran la lentitud.  

Claridad e intuición por encima de todo

En los comienzos de internet, la tendencia era saturar las páginas con diseños abigarrados, llenos de secciones, textos y pestañas. Sin embargo, hoy priman los diseños claros que permitan a los usuarios familiarizarse rápidamente con el sitio y encontrar lo que buscan en el menor tiempo posible. La navegación debe ser intuitiva y los contenidos, seguir una jerarquía definida al detalle. 

Además, para lograr un diseño limpio hay que cuidar la elección de tipografías, imágenes y recursos gráficos. Todos estos elementos deben tener cierta armonía. No conviene, por ejemplo, el exceso de colores. Además, tampoco es recomendable abusar de las ventanas emergentes o pop-ups. En definitiva, hay que primar el minimalismo en internet y la máxima que se debe imponer es la de ‘hacer más con menos’.  

Contenidos que interesen

Además de la claridad y la limpieza en el diseño, otra máxima a seguir a la hora de organizar una página web es la de la relevancia. Los contenidos que se suban deben ser importantes y pertinentes para los potenciales usuarios del sitio. Y, para ello, es clave que la empresa conozca bien a sus visitantes y les ofrezca la información y los productos que les interesan de verdad. 

No tiene sentido montar un ecommerce de zapatillas deportivas e incluir detalles sobre la bolsa, por ejemplo. En un sitio así, habrá que destacar bien el catálogo de producto y acompañarlo con consejos para elegir el mejor calzado deportivo o para evitar las lesiones a la hora de entrenar. 

Evitar que el usuario se pierda

El usuario de una página web que se precie no debe sentirse perdido en ningún momento. Es crucial que siempre sepa cómo acceder al enlace que busca. Para ello, el menú principal tiene que estar muy accesible y visible en todas las páginas, además de la home, pues muchas veces los usuarios llegan a través de un enlace en redes sociales. Y los títulos de los contenidos de cada apartado también tendrán que ser muy claros. 

Es conveniente que el usuario siempre disponga en la pantalla de un buen buscador para llegar al contenido que le interesa. Además, se pueden añadir botones de ayuda para guiarlo en cada momento. En una página de ecommerce, por ejemplo, se puede indicar el camino al cliente resaltando botones como ‘Comprar’, ‘Anular pedido’ o ‘Añadir un nuevo producto’. De esta forma, bajará el porcentaje de los temidos ‘carritos abandonados’, es decir, cuando se seleccionan unos productos, pero no se realiza la compra final

No olvidar el ‘quiénes somos’ para dar confianza

En internet, y sobre todo en el comercio electrónico, la confianza es fundamental. Y una de las maneras de conseguirla es explicar con claridad quién está detrás de la misma y dónde puede ser localizado. 

Por eso, es aconsejable que el apartado de ‘Quiénes somos’ esté muy accesible y muestre los nombres e incluso las fotos del equipo que es responsable del sitio. Y todos los datos de contacto posibles, así como la dirección física de las oficinas de la compañía. 

Cuidar el aspecto en dispositivos más pequeños

A día de hoy, el móvil es el dispositivo más usado para navegar por internet. Sin embargo, los problemas de usabilidad se dan sobre todo en las pequeñas pantallas de los teléfonos, y no tanto en las de los ordenadores de sobremesa o los portátiles. En la pantalla de un smartphone muchas veces los enlaces son demasiados pequeños e imperceptibles. Por eso, las empresas deben cuidar el llamado diseño web responsive o adaptativo, que permite una correcta visualización de las páginas, sea cual sea el dispositivo de acceso.

Imágenes | Freepik.es/rawpixel, Freepik.es/Vectorpouch

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