La propuesta al alza de las vacaciones ilimitadas: ¿beneficio o ‘trampa’?

Empresa

Con plantillas que, sobre todo a raíz de la pandemia de COVID-19, dan cada vez más importancia a la conciliación laboral y personal, las compañías intensifican sus esfuerzos por retener empleados y atraer talento nuevo. Entre las políticas al alza para lograrlo se encuentra la de las vacaciones ilimitadas. Aunque comenzaron a concederse en start-ups de Silicon Valley (Estados Unidos), se han ido extendiendo a empresas más grandes y, hace poco, a Wall Street (Estados Unidos).

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Este año, el banco de inversión Goldman Sachs ha empezado a ofrecer un número ilimitado de días libres remunerados a sus socios y directivos para “descansar y recargar las pilas”, según una comunicación interna de la firma americana de la que se hicieron eco los medios. La medida deja fuera al resto de la plantilla, pero la compañía les otorga al menos dos días más de vacaciones al año y, desde 2023, deberán tomarse tres semanas de descanso al año, lo que incluye, al menos, una semana entera. Estas medidas llegan después de que un grupo de analistas junior del banco se quejaran de semanas laborales de 100 horas y del deterioro de su salud física y mental en condiciones “inhumanas”.

Empleados más satisfechos e implicados

La verdad es que, a priori, tomarse tantos días libres como uno quiera, estando pagados, hablándolo antes con el jefe y dejando las tareas hechas, suena muy bien. El objetivo es que este tiempo libre pagado ilimitado (UPTO, por sus siglas en inglés) permita a los empleados gestionar mejor tanto su volumen de trabajo como su vida personal. Lo que acabará redundando en un aumento de su bienestar que conviene tanto a empleados como empresa, que vería incrementada su productividad. Detrás de esta estrategia también está la idea de que, al mostrar la organización tal confianza en los trabajadores, esto les alentará a estar más involucrados y ser más eficientes.

En este sentido, en algunas compañías los resultados están siendo satisfactorios, como en Netflix y Virgin Group. General Electric ofrece, desde 2015, mucho antes de la pandemia, vacaciones ilimitadas a más del 40 % de su plantilla en Estados Unidos, siempre que cumplan con los cometidos asignados y hayan obtenido la aprobación de su gerente. En otras empresas, sin embargo, la experiencia no ha sido positiva y han tenido que revertir la situación. 

Presión para no cogerse más días de la cuenta

No es oro todo lo que reluce. En países como Estados Unidos, donde, según algunas encuestas, los trabajadores no cogen todos los días libres que les corresponden y siguen en contacto con la oficina cuando están fuera, estos se sienten culpables si acaban tomando más días de los habituales. Como resultado, disfrutan casi de los mismos e incluso menos.

Así lo demostró un estudio realizado en Estados Unidos en 2017 por la plataforma de recursos humanos Namely. Según este, los empleados con vacaciones ilimitadas disfrutaban de 13 días al año, frente a los 15 de aquellos con una política fija de jornadas de descanso. 

Para determinar qué periodos de tiempo libre remunerado deberían solicitar, los trabajadores observan el comportamiento de compañeros y superiores. Si estos se toman 10 días al año, pedir más podría parecer inapropiado dentro de la cultura imperante en la empresa, por lo que se abstenían de ‘explayarse’.

Además, había que pedirlas, y su aprobación depende del jefe de turno. Si los empleados no pueden tomarse ciertos días libres, son vacaciones que no les deben. Tampoco están obligados a disfrutarlas antes de que acabe el año ni pueden transferirlas al año siguiente. De igual modo, no se las pagarían en caso de irse de la empresa y no haberlas disfrutado.

Mucha comunicación y planificación


Para que esta fórmula tenga cierta garantía de éxito, exige mucha comunicación entre equipos y responsables y una gran planificación. También depende de los sectores económicos. En el tecnológico puede ser fácil de aplicar, ya que los empleados se miden por resultados, no por horas. No así en el sector logístico, de servicios y en las fábricas, supeditados a la presencialidad.  

Asimismo, es un modelo innovador que viene de Estados Unidos y tiene un menor engarce con un ecosistema laboral tan regulado como el europeo. En España son residuales las empresas con barra libre de días de asueto pagados y estos tendrían que ir más allá de los 30 días. Al margen de lo estipulado por cada empresa, el Estatuto de los Trabajadores en nuestro país establece 30 días naturales o 22 laborables de vacaciones. Bastante por encima de la media en Estados Unidos, donde no está fijado por ley un mínimo de vacaciones remuneradas al año, que corre a discreción del empresario.

Nuevas realidades de flexibilidad laboral

En cualquier caso, combinar el tiempo de trabajo con periodos más o menos largos de descanso forma parte de las nuevas realidades de flexibilidad laboral. Como el empleo en remoto, que en los últimos tiempos se están haciendo un hueco cada vez más grande en los entornos de trabajo y la cultura de las organizaciones, sobre todo a raíz de la pandemia de COVID-19. 

Una flexibilidad en sus diversas formas que, al menos entre las generaciones más jóvenes, parece estar creando una fuerza de trabajo más empoderada, satisfecha y productiva. Sobre todo en los sectores donde no hay casi paro y, como es lógico, se necesitan más incentivos para captar y retener el talento.

Imágenes: Amanda Vick (Unsplash) | wes lewis (Unsplash) | Unsplash

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