Llevamos tiempo aplaudiendo la utilidad del teletrabajo, pero puede que en casos muy concretos concebir ciertas tareas como antes tenga sus beneficios. Por ejemplo, para evitar que nuestra creatividad se reduzca debido a las videoconferencias. [hde_related]
Gestionar bien un equipo de trabajo es una de las tareas más complicadas de afrontar en una empresa. Especialmente, cuando son necesarias reuniones creativas, donde se insta a dar rienda suelta a la imaginación. En este caso, ¿se rinde al mismo nivel en persona que a través de una pantalla?
La videoconferencia, una herramienta útil para el día a día
Cuando la pandemia llegó a nuestras vidas, alterándolas por completo, las llamadas y las videollamadas a través de internet eran ya conocidas. Las primeras cuarentenas, eso sí, las convirtieron en habituales, incluso diarias, y no solo entre el público más joven, nativo digital, o los trabajadores del sector tecnológico, más habituados a las últimas tendencias.
Comunicarse con otras personas usando herramientas como Zoom, Skype, Microsoft Teams o las opciones de Google, Meet y Hangouts, fue una de las ventanas al mundo exterior durante un tiempo de aislamiento forzoso. Afortunadamente la red de fibra en España, de la cual Orange es líder, estuvo a la altura de las expectativas cuando más se necesitaba.
Sería complejo calcular el beneficio de haber podido continuar trabajando desde casa, especialmente para las pymes. No solo tuvo efectos positivos para la empresa, también para el trabajador: compartir tiempo y tareas con otros compañeros, aunque fuera virtualmente, nos hizo sentirnos mucho menos solos. Pero ¿también más productivos?
¿Se resiente la creatividad durante una videoconferencia?
El aprovechamiento obligado de esas aplicaciones que posibilitaron el trabajo en remoto se ha ido transformando, a medida que los efectos de la pandemia se suavizaban, en una opción complementaria para empresa y trabajador. Con ventajas e inconvenientes, es lógico que se estudie qué resulta mejor en cada caso. Y una de las dudas que exponían gerentes y ejecutivos es si la creatividad se resentía al utilizarlas.
Así se lo hacían saber a una experta como Melanie Brucks, quien ejerce como profesora asistente de Marketing de negocios en la Columbia Business School. Intrigada por la duda, decidió ponerse manos a la obra. Para ello realizó dos experimentos distintos, desarrollados a lo largo de cuatro años, relacionados con la capacidad de los empleados para generar ideas innovadoras.
Para el primero de ellos reclutó a 602 personas, entre personal propio y estudiantes universitarios. Los dividió en pares y les encomendó tareas creativas como encontrar nuevos usos para objetos cotidianos. Las parejas que trabajaron en persona tenían en la habitación dichos elementos, mientras que aquellas que se conectaban online no contaban con esa ayuda visual.
Un resultado sorprendente
La propia Brucks era inicialmente escéptica y pensaba que las reticencias de los directivos eran fruto de su resistencia a abrazar nuevos modelos de trabajo. Las conclusiones, publicadas en la revista ‘Nature’, ofrecieron una interesante perspectiva: aquellos que trabajaban frente a frente conseguían mejores resultados. Además, pasaban menos tiempo mirando fijamente a su pareja y más a los objetos y alrededor de la habitación.
¿Por qué una videoconferencia nos hace ser menos creativos? El último punto es clave, porque probablemente la razón estriba en que el enfoque visual en la pantalla reduce nuestra cognición. Estamos más centrados en interactuar con los demás y menos en inspeccionar el entorno y dejar que el cerebro imagine conexiones novedosas. De hecho, los objetos en la habitación favorecían estas nuevas asociaciones.
Tras este primer experimento, se realizó otro similar fuera del ámbito académico. En él participaron casi 1500 ingenieros, que trabajaban en cinco países distintos de Europa, Oriente Medio y el sur de Asia. No varió el resultado: a pesar de tratarse de una tarea más específica como idear productos innovadores, los pares que creaban a través de videoconferencia resultaban menos ingeniosos.
No todo son malas noticias
A pesar de los resultados, asociar una falta de creatividad con reunirse a través de videoconferencia puede ser erróneo. Otras tareas que se estudiaron, como la capacidad de criticar y evaluar las distintas creatividades para escoger la mejor idea, se realizaron con el mismo grado de excelencia. Además, hablamos de un estudio único con un radio de acción muy concreto.
Que exista la posibilidad de integrar la videoconferencia dentro de nuestro esquema de trabajo es un avance definitivo. Entre las ventajas de teletrabajar están que una jornada presencial reducida puede mejorar la productividad o favorecer la conciliación familiar. Además, ahorra muchísimo dinero en desplazamientos, lo cual tiene también un efecto positivo sobre el medioambiente.
En el caso concreto de un brainstorming puede resultar beneficioso mantener esa lluvia de ideas en persona, pero si no es posible los responsables del estudio ofrecieron pistas para limar diferencias. Por ejemplo, animar a los participantes a que dejen vagar su mirada y se fijen en lo que les rodea. Forzar a viajar y reunirse sin razones de peso puede ser contraproducente y, por ende, terminar penalizando la creatividad de nuestro equipo.
Por Pablo Vinuesa
Imágenes | Fotografía de portada por LinkedIn Sales Solutions, interiores de visuals y Per Lööv, todas en Unsplash.