Primero llegó una ola generalizada de teletrabajo, y ahora florecen tendencias como worktation y coliving. En poco tiempo, la pandemia de la COVID-19 ha puesto patas arriba el mundo laboral. [hde_related]
Desde marzo, muchos muros han caído en el ámbito laboral en España y en el mundo. Algunas inercias que parecían eternas, como el presencialismo y los horarios estrictos en las oficinas, han sido barridas por la crisis.
Todo parece indicar que los millones de trabajadores que abandonaron precipitadamente sus puestos de trabajo habituales en marzo tardarán aún en volver a ellos. Y cuando lo hagan, ya nada será lo mismo. El trabajo remoto, por lo que cuentan los expertos, ha venido para quedarse.
Además, los cambios que ha traído la crisis sanitaria no solo están afectando a la organización de los centros de trabajo, sino también a las decisiones de las familias y los profesionales a la hora de buscar casa.
Mucho se ha hablado del boom de las viviendas en los extrarradios de las ciudades, más aireadas y cómodas en caso de confinamientos. Esto ha supuesto que muchas poblaciones hayan vivido un repunte en el número de habitantes y de empadronamientos. Además, también son muchos los que han convertido su segunda residencia en vivienda habitual.
El workation aúna trabajo y vacaciones
Pero no son las únicas tendencias inmobiliarias y de hábitos de vida que está dejando la pandemia. También ha aparecido lo que se conoce como workation. De la suma de work (trabajo) y vacation (vacaciones) nace esta palabra, que define a los que trasladan el trabajo remoto a lugares más relajantes que la vivienda habitual. Desde destinos turísticos como islas hasta pueblos perdidos.
De hecho, ya centrales de reservas, como Booking, o incluso cadenas hoteleras, como Marriott, lo están ofreciendo. En España, Meliá también ha lanzado su oferta con usos que van desde unas horas a varios días o semanas. Hablamos de habitaciones para altos directivos preparadas para teletrabajar y hacer videollamadas. Pero que también permiten disfrutar. En algunos casos, los propios hoteles ofrecen también paquetes de educación en casa (homeschooling) para tener ocupados a los niños.
Según expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), países como Barbados y Bermudas ofrecen visas de residencia de hasta 12 meses a aquellos que quieran teletrabajar desde estas dos islas del Caribe. En España, el portal de alquiler vacacional Belvilla ofrece amplias villas en poblaciones como Denia, Jávea o Altea, que también se pueden alquilar como lugar de trabajo.
Convertir lugares de veraneo en espacios de trabajo permite llenar la España vacía y revitalizar zonas que durante el invierno quedan despobladas. Pero sobre todo sirve para motivar a unos empleados que, por lo general, viven bajo el síndrome de la conexión permanente (always on), lo que repercute en su estado de ánimo y en su productividad.
Un estudio reciente de la firma de seguros de salud Cigna realizado en diversos países europeos, incluido España, confirma que casi el 80% de los teletrabajadores tiene la sensación de estar siempre conectado. Y en este escenario, el workation puede ayudar a reducir ese desgaste emocional y profesional.
El coliving, como tantas cosas, nace en California
Otro de los fenómenos residenciales que ha traído la pandemia de la COVID-19 es el coliving, que permite vivir y teletrabajar compartiendo el espacio con otras personas. Un hotel puede ser un buen escenario de coliving, que además ayuda a crear y estrechar relaciones profesionales y disfrutar de aficiones comunes.
En países como Reino Unido, Alemania o Estados Unidos, este modelo está muy asentado. Y ahora se empieza a ver en las grandes ciudades españolas, pero también en destinos de vacaciones como Canarias.
Los que optan por el coliving suelen acudir a un alquiler cerrado de un piso amueblado o una casa, y que se va renovando periódicamente. Todos los gastos y servicios están incluidos (wifi o piscina si la tiene). Y pueden entrar hasta grupos de 50 personas.
El fenómeno, como tantos otros, surgió en Silicon Valley (California), donde llegaban muchos jóvenes con intención de empezar sus carreras tecnológicas y encontraban dificultades para conseguir viviendas asequibles. Por eso, estos espacios acabaron con el tiempo convirtiéndose en laboratorios de ideas y comunidades profesionales.
Originariamente, pues, el coliving es una respuesta a la falta de alquiler, o al excesivo precio de la vivienda en muchas grandes ciudades y zonas privilegiadas. Y ha sido la vía de muchos jóvenes para emanciparse y mejorar sus carreras profesionales. Estos espacios comunitarios son muy del gusto de los países anglosajones, pero ahora empiezan a tener una oportunidad en países como España, más tradicional en cuestión de vivienda y muy apegado a la casa en propiedad. El tiempo dirá si tendencias como el workation y el coliving se asientan definitivamente.
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