Cada vez más, en las grandes superficies, hay una fila única para pasar por caja. A través de unos monitores se nos indica por qué número de caja debemos ir. Una decisión que toma un robot en función de muchas variables.
Al igual que cada vez más estas máquinas nos dan ciertas órdenes en nuestra vida personal, en nuestras profesiones es muy posible que el gobierno y la designación de ciertas tareas estén ordenadas por un robot.
¿Quiere eso decir que mi próximo jefe será un robot, una máquina? Vayamos por partes.
Jefes que analizan datos
En 2016, Gartner pronosticaba que en este año 2018, más de tres millones de trabajadores en todo el mundo estarían supervisados por jefes robot.
Frances Karamouzis, vicepresidenta y analista de Gartner, consideraba que las obligaciones de los coordinadores “se están desplazando cada vez más hacia la supervisión de los logros de los trabajadores a través de mediciones de desempeño que están directamente relacionadas con la evaluación de productos y clientes. Dichas mediciones pueden ser elaboradas de forma más efectiva y rápida por máquinas inteligentes preparadas para aprender en base a decisiones de personal e incentivos de gestión».
¿Se pueden automatizar las órdenes?
Nadie discute que la inteligencia artificial (IA) tiene cada vez más potencia y relevancia, también en el campo laboral y profesional. La automatización de tareas siempre ha sido uno de los logros de la tecnología. La pregunta es hasta dónde llegará esa automatización.
Aceptado ya que algunos trabajos desaparecerán y que otros surgirán, en la evaluación de cuál será el verdadero impacto de los robots en las empresas surge la pregunta de si la inteligencia artificial se convertirá en el próximo jefe para la mayoría de los empleados.
Por ejemplo, McKinsey & Company llegó a la conclusión de que la tecnología de IA actualmente disponible podría automatizar alrededor del 45 por ciento de todas las actividades que las personas realizan en la actualidad. La consultora también predice que alrededor de 60 profesiones experimentarán al menos el 30 por ciento de la automatización en las próximas décadas.
McKinsey & Company sostiene que la gestión de los demás y la aplicación de la experiencia son actividades menos susceptibles a la automatización. Los trabajos más dados a la automatización son el trabajo manual predecible, la recopilación de datos y el procesamiento de datos.
La inteligencia artificial, por tanto, podría convertirse en un robot en empresas que depende en gran medida de soluciones algorítmicas para la toma de decisiones o cuando las máquinas participan en la gestión de empleados y evalúan su desempeño.
Como señalaba el evangelista tecnológico Javier Sirvent en un evento en ICEDM, a las personas se las valorará por lo que son capaces de hacer, crear, innovar, inventar, trabajar en equipo, ser flexibles y saber gestionar la incertidumbre. Algo que, al menos de momento, parece no estar entre las capacidades de las máquinas, por muy inteligentes que sean.
Quién toma la última decisión
Al mismo tiempo, sin embargo, los jefes no serán robots en aquellas esferas donde las decisiones equivocadas tienen implicaciones peligrosas.
Por ejemplo, en muchas áreas de la salud, en las que las actividades diarias de los profesionales requieren experiencia humana y contactos directos con los pacientes, es difícil que veamos una sustitución completa de los hombres por máquinas.
Es cierto que la IA se está incorporando cada vez más como método de diagnóstico médico, ya que puede proporcionar a los galenos valiosos conocimientos. Pero la decisión final la tomarán los especialistas en atención médica que tienen que verificar las conclusiones de la máquina y asegurarse de que se cumplan todas las normas y políticas éticas.
Máquinas sin sensibilidad
Como concluye la analista de Gartner, «las máquinas inteligentes simplemente no tienen suficientes matices para gestionar relaciones humanas complejas, por lo que los humanos continuarán lidiando con temas como el liderazgo creativo, las relaciones laborales y la planificación estratégica«.
Es decir, que muy probablemente los jefes del futuro basarán parte de sus decisiones en los datos y el análisis de máquinas inteligentes dejando que se centren en las habilidades y fortalezas de las personas.
Prefiero que mi jefe sea un robot
Es probable, pues, que en algunos trabajos sean las máquinas y los algoritmos los que determinen y señalen a los trabajadores en qué momento es mejor hacer determinadas tareas y cuándo se debe cambiar de actividad.
Pongamos otra vez el ejemplo de un comercio. Los algoritmos pueden prever cuándo va a ser necesario que haya más personal en las cajas y cuándo debemos reponer determinado género o si va a ser necesario más presencia de personal en un determinado departamento, dejando otro más vacío.
Pero, ¿cómo recibiremos las órdenes de un jefe robot? ¿Lo preferimos a un humano? Según una investigación del Laboratorio de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts), preferimos un jefe robot a uno humano.
El líder del proyecto, Matthew Gombolay, estudiante de doctorado en CSAIL, explica que esta investigación concluye que “las máquinas dan más autonomía, ayudan a las personas a trabajar juntas y de manera más fluida con los compañeros de equipo».
En el estudio había grupos de dos humanos y un robot. Hombres y máquina trabajaron juntos en una de las tres condiciones: manual (todas las tareas asignadas por un ser humano), totalmente autónomo (todas las tareas asignadas por el robot) y semiautónomo (un humano asigna tareas a sí mismo, y un robot asigna tareas a otro ser humano).
La situación completamente autónoma demostró ser no solo la más efectiva para la tarea, sino también el método preferido por los trabajadores humanos. Los investigadores encontraron que los trabajadores eran más propensos a decir que los robots los entendían mejor y que «mejoraban la eficiencia del equipo».
Descúbrelo por ti mismo
Pero, ¿qué probabilidades tienes de que tu próximo jefe sea un robot? En la página web Will Robot Be My Boss puedes introducir y buscar por profesiones para averiguar qué probabilidades tienes de que tu jefe sea un robot.
Como son muchos los trabajos, hemos querido mirarnos un poco al ombligo para saber si los periodistas, reporteros y corresponsales estaremos dentro de un tiempo a las órdenes de una máquina.
Según el análisis de esta web, tenemos pocas posibilidades de ser un trabajo completamente automatizado, por lo que no deberíamos preocuparnos por la posibilidad de que los robots se conviertan en nuestros jefes. «No debería temer por perder su trabajo por una máquina, ya que tiene pocas posibilidades de tener una administración algorítmica y un bajo salario medio en general».
Por Arantxa Herranz