Mejoramos una posición en el completo ranking Doing Business que acaba de publicar Banco Mundial. Como en muchas clasificaciones mundiales, España se sitúa en el pelotón que viene a continuación de los líderes y países modélicos. No conviene ver España con el pesimismo de los noventayochistas ni con el optimismo postizo del político en campaña electoral. Los estudios y análisis comparativos que se hacen a nivel mundial nos muestran una y otra vez que España no es de lo mejor, pero, ni mucho menos, está entre los peores.
Esto es así porque las estadísticas internacionales casi siempre nos vienen a colocar entre los puestos 25 y 40 de un total de casi 200 países. Aquí van unos cuantos ejemplos que lo corroboran. A pesar de que la corrupción ha copado buena parte de los titulares de prensa en los últimos años, según el Índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional en 2015, España ocupaba el puesto 36 del mundo. En gasto en educación por alumno, y según datos de 2013, somos el país 26º, según la OCDE.
En renta per cápita, también volvemos a situarnos en esa clase media acomodada que ve con envidia a los más ricos, pero que también anda alejada de las zonas de pobreza global. En concreto, y según un informe del FMI de 2015, estábamos en el puesto 32º, con casi 35.000 dólares por habitante y año.
32º país del mundo a la hora de montar un negocio
Las voces más pesimistas otra vez suelen poner el grito en el cielo diciendo que en España es un verdadero dolor de cabeza crear una empresa y hacerla prosperar, pero si se analizan decenas de parámetros de emprendimiento empresarial como hace el Banco Mundial en su conocido ranking Doing Business, las cosas no son tan negras, y más bien nos quedamos en un gris luminoso. Aunque, por supuesto, nadie duda de que hay muchas cosas que mejorar. En la última edición de este informe, que aporta datos de casi 200 estados, España mejoró ligeramente, pasando del puesto 33º al 32º.
La clasificación mundial del Doing Business la lideró Nueva Zelanda, seguido de Singapur, Dinamarca, Hong Kong, Corea del Sur y Noruega. Las últimas posiciones fueron para países como Venezuela, Libia, Eritrea o Somalia. España ha mejorado en el último año sobre todo por la rebaja de impuestos. En los últimos tiempos, reconoce el informe, se han reducido en este país el impuesto de patrimonio y el de matriculación, y se ha abolido la tasa medioambiental.
Además, ha sido positiva la introducción del sistema de liquidación directa de las cotizaciones a la Seguridad Social, el denominado proyecto Cret@, que entró en vigor el 1 de enero de 2015 y que se fue adoptando por parte de las empresas a lo largo del pasado ejercicio. Gracias a Cret@, las empresas sólo tienen que confirmar el borrador de las cotizaciones que les envía la Seguridad Social y cuidarse de que la información que tiene la administración es la correcta, en vez de calcularlas por su cuenta, con lo que se evitan reclamaciones a posteriori de la administración y los procesos se agilizan.
En los últimos años, el avance de España en el ranking Doing Business ha sido manifiesto. En 2013, en lo peor de la crisis económica, España bajó a la posición 52º del mundo, pero en los últimos tiempos, en parte gracias a un cambio estadístico, el país ha vuelto al nivel que disfrutaba antes a la crisis. En todo caso, hay mucho por hacer. Por ejemplo, en nuestro país todavía se tarda una media de 13 días en abrir una empresa, mientras que en Nueva Zelanda este trámite no pasa de media jornada. De hecho, España empeora en este aspecto, pasando del puesto 79 al 85. Asimismo, aquí se requieren siete procedimientos administrativos para empezar a operar, por uno en el país de Oceanía. En Dinamarca, tercer país del ranking, sólo se requieren tres días y cuatro procedimientos.
De la misma manera, empeoramos en un capítulo tan banal pero crucial como el de dar de alta la electricidad de la nueva compañía. Ahí pasamos del puesto 71 al 78. Un empresario local necesita hasta 107 días para poner luz a su negocio, y siete procedimientos administrativos. En la OCDE, la luz llega, por término medio, a los 76 días. En Singapur, segundo país del ranking, los empresarios locales sólo tienen que esperar un mes para tener conexión eléctrica, y pasar por cuatro trámites.
Progresamos adecuadamente
Pero como decíamos más arriba, una de las grandes mejoras para España está en el apartado de impuestos. Además de que las cargas a las empresas son menores, las gestiones se agilizan. Y es que ahora a los empresarios locales les bastan con 152 horas al año para solventar los pagos de impuestos directos e indirectos (sociedades e IVA) y cotizaciones de la Seguridad Social. Mientras que la media de la OCDE está en 163 horas.
También mejoramos en el apartado de “cumplimiento de contratos”, pasando del puesto 36 al 29. Así, el tiempo para resolver una disputa en España se sitúa en 510 días, por 553 de media para los países de la OCDE. En la resolución de insolvencias, también hay un progreso notable, pues pasamos del puesto 25 al 18. Además, según el ranking Doing Business 2017, en España se recupera de media hasta el 78% de lo solicitado por acreedores y administración a las empresas no solventes, sólo 10 puntos porcentuales menos que en Dinamarca.
Con respecto a facilidad para vender y comprar fuera, lo que en el informe llaman “comercio transfronterizo”, España está en primera posición del ranking. Y es que aquí los tiempos y costes para hacer negocios en el exterior son casi siempre cercanos a cero. Podemos admitir que todavía no es excesivamente sencillo abrir una empresa en España y hay aspectos que mejorar, pero las cosas son mucho más complicadas en la mayor parte del mundo. Además, en el último año se han pulido aquí aspectos como los relacionados con impuestos y administración electrónica, que han mejorado la situación de España como lugar para hacer negocios.
J.I. Cabrera