Las ciudades inteligentes crearán grandes oportunidades para las diferentes industrias. Las cifras hablan por sí solas: 1.565 billones de dólares para 2020, según Frost & Sullivan. Se calcula, además, que el número de ciudades inteligentes está aumentando, de unas dos docenas a más de cien en solo unos pocos años.
Quienes quieran conseguir parte de los contratos para el desarrollo de estas smart cities deben estar al tanto de los nuevos avances tecnológicos, ya que afectarán la forma en que se haga la construcción en el futuro. No en vano, serán necesarias renovaciones y nuevas construcciones para transformar las ciudades en ciudades inteligentes, con el fin de dotarlas de conectividad rápida y dar respuesta al crecimiento de la población y el consiguiente aumento de consumo de energía.
La industria de la construcción desempeña un papel central en la sociedad tanto en las economías emergentes como en las maduras. Crea empleos, representa el 6% del PIB mundial y construye las infraestructuras industriales y civiles que permiten prosperar a otras empresas, según un informe del Foro Económico Mundial. En los próximos años, la industria será aún más importante debido a varias megatendencias globales, como la migración a áreas urbanas, el cambio climático y un nuevo impulso para la infraestructura en todo el mundo.
Pero, ¿qué papel juegan las tradicionales constructoras en el levantamiento, ordenación y sostenimiento de estas nuevas urbes?
Todos a una, como en Fuenteovejuna
Cuatro de Marzo es una zona residencial, desarrollada en 1955, de la ciudad de Valladolid. Tiene 190 viviendas cuyos edificios son de calidad “media a baja” y en continuo envejecimiento. Su remodelación cuenta con la financiación del proyecto R2CITIES de la Unión Europea, e implica mejorar las fachadas e implementar sistemas de energía renovable para lograr un consumo de energía casi nulo. Para ello, desde el comienzo del proceso, todas las partes interesadas están trabajando juntas: ayuntamiento, empresas de construcción y energía, centros tecnológicos y otros socios industriales, así como los residentes.
Si a esto sumáramos sistemas de edición inteligente, redes inalámbricas de sensores, plataformas abiertas, banda ancha de alta velocidad o la nube (tecnologías en la base de la infraestructura de la ciudad inteligente), obtendríamos que las ciudades deben combinar datos y sinergias de diferentes sectores para lograr estos objetivos de mejora de la eficiencia, ahorro de dinero, reducir las emisiones sobre el medio ambiente y ofrecer a sus habitantes una mejor calidad de vida.
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Según la OCDE, la inversión anual global requerida para todos los proyectos de infraestructura en el período comprendido entre 2010 y 2030 será de aproximadamente 1,8 billones de dólares y una gran parte de este total se invertirá en las ciudades.
Se espera, además, que las ciudades de todo el mundo destinen un total de aproximadamente 41.000 millones de dólares en los próximos 20 años para actualizar su infraestructura y beneficiarse de la red de dispositivos conectados (conocida como Internet of Things), según el pronóstico de Smart America Challenge.
Cuál es su papel en una smart city
Un área que impactará directamente en las constructoras es la construcción de sistemas de gestión. Es decir, con el desarrollo de una smart city se necesita tener un sistema centralizado para controlar y hacer un seguimiento de varios aspectos. Desde la iluminación de las calles a las luces de tráfico, los sistemas de limpieza viaria y de residuos, atención de emergencias, canalización de agua, vigilancia…
Para llevarlo a cabo, una empresa como OHL ha impulsado un proceso de transformación destinado a promover la digitalización de la cadena de valor de todas sus áreas de actividad. La explotación de los datos gracias al Big Data y Data Analytics, el uso de sistemas de gestión inteligente de infraestructuras y la implantación de plataformas integradas en las distintas ramas que conforman las smart cities les permitirá sincronizar sus operaciones con las necesidades de las ciudades.
La convergencia de las nuevas políticas gubernamentales, el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el diseño innovador en un entorno urbano están creando oportunidades significativas y lucrativas para la industria de la construcción en todo el mundo
Para que estas ciudades se conviertan en ciudades inteligentes, se necesita financiación para acometer el trabajo. Pero a los ayuntamientos también les interesa acometer estas inversiones porque aumenta la capacidad y la eficiencia, lo que puede atraer el crecimiento económico y la actividad en la urbe.
La necesidad de soluciones de ciudad inteligente solo aumentará y las empresas de construcción serán responsables de hacer de estas ciudades inteligentes una realidad. Es decir, debe producirse una convergencia de las nuevas políticas gubernamentales, nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el diseño innovador en un entorno urbano. Los puntos de contacto de estos tres elementos están creando oportunidades significativas y lucrativas para la industria de la construcción en todo el mundo.
“Hay muchos desafíos pero también muchas oportunidades”, explica Mark Saunders, Director del Centro de Competencia de Ciudades de Ferrovial Servicios. Uno de esos retos es que la tecnología tiende a desarrollarse más rápidamente que la política pública y la regulación que podrían beneficiarse de ella. “Cuando la tecnología ‘lidera’ de esta manera, puede ser difícil para las personas saber cuándo invertir y en qué tecnología. ¿Debería uno invertir ahora o esperar un año para contar la próxima versión más nueva?”, se pregunta.
Cómo saber si una ciudad está empezando su transformación
Los principales indicadores a observar para ver si una ciudad está siguiendo una ruta «inteligente» incluyen aeropuertos (nuevos o sus ampliaciones), carreteras, puentes y túneles, construcciones de telecomunicaciones, proyectos de agua y proyectos de energía. Estos indicadores sientan las bases para futuros proyectos innovadores que se superpondrán a la infraestructura.
Utilizando tecnologías móviles, se están creando muros interactivos, quioscos, lobbies, ascensores y lugares de trabajo que permiten a las personas comunicarse, coordinar y colaborar de maneras que eran ciencia ficción hace unos años
El primer impacto de las ciudades inteligentes en la industria de la construcción es la forma de los propios proyectos, que pasan a ser indicadores de esa voluntad de transformar la ciudad y que pueden ser la palanca que genere empleos y beneficios.
El segundo impacto de las ciudades inteligentes en las empresas de construcción son los proyectos innovadores, ya que suponen un desafío a sus medios, métodos y, potencialmente, modelos comerciales. Están surgiendo proyectos de renovación urbana que diseñan soluciones de TIC en los propios edificios físicos, proporcionando a los habitantes urbanos una experiencia interactiva con su entorno construido. Utilizando tecnologías móviles (dispositivos y sistemas operativos), los diseñadores están creando muros interactivos, quioscos, lobbies, ascensores y lugares de trabajo que permiten a las personas comunicarse, coordinar y colaborar de maneras que eran materia de ciencia ficción hace solo unos pocos años. La frase es «Crear la experiencia», pero depende del sector de la construcción comprenderla, generarla y construirla.
Cuando construcción y tecnología se dan la mano
Las empresas de construcción que desarrollen una relación más estrecha con las empresas de TIC para trabajar juntas en estas innovaciones serán las que estén mejor posicionadas para obtener un mayor beneficio económico.
Tradicionalmente, la industria de la construcción ha tardado en adoptar nuevas tecnologías y procesos, sin sufrir ningún cambio fundamental en los últimos 50 años. A diferencia de casi todas las demás industrias, su productividad apenas ha aumentado. Recientemente, sin embargo, las nuevas tecnologías digitales, como el modelado de información de construcción (BIM), detección inalámbrica e impresión 3D, han comenzado a transformar la forma en que la infraestructura, los bienes inmuebles y otros activos construidos pueden diseñarse y construirse. Sin embargo, estas nuevas tecnologías aún no se han adoptado ampliamente, y la brecha entre los líderes de la innovación y los rezagados se está ampliando.
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De hecho, empresas como Cisco ya están adquiriendo compañías fuera de su núcleo principal de negocio con el fin de aumentar su cuota y sus oportunidades en este mercado. Así, por ejemplo, el proveedor de red ha adquirido dos compañías energéticas, Ubiquisys y JouleX, lo que también da pistas de por dónde quiere llevar su versión de ciudades inteligentes.
¿Podría producirse una adquisición de una empresa de la industria de la construcción por parte de empresas de TIC como Cisco, IBM, Google o Siemens? Hay mucho en juego, sobre todo en términos económicos. Es cierto que puede sonar un poco extraño, pero tampoco es menos cierto que este sector está a punto de verse afectado de manera imprevista por una industria externa (las TIC) debido a un movimiento urbano (ciudades inteligentes).
“Las ciudades son entornos increíblemente complejos, pero ese es su atractivo”, señala Mark Saunders, Director del Centro de Competencia de Ciudades de Ferrovial Servicios. “Para nuestros proyectos, trabajamos de forma colaborativa”, lo que incluye ayuntamiento, socios comerciales (“a menudo pequeñas organizaciones o nuevas empresas”), universidades, los propios trabajadores de Ferrovial y “lo más importante, gente local. No se obtienen mejoras sin escuchar y responder a todos los miembros de la ecosistema”, asegura este directivo.
Cómo pueden las empresas encabezar la transformación de la industria
Para estimular ideas innovadoras, las empresas deberían desarrollar una visión e inculcar una cultura de innovación en sus fuerzas laborales. Así, al margen de adoptar un enfoque centrado en el cliente, es importante crear equipos talentosos y multidisciplinarios que aporten experiencias de industrias no relacionadas con la construcción e ideen organizaciones ágiles.
Para convertir sus ideas innovadoras en realidad, estas compañías deberían establecer plataformas de productos en lugar de tomar una perspectiva tradicional de proyectos individuales, lanzar proyectos piloto y prototipos para mostrar las evidencias del valor que aportan y nutrir el ecosistema con un número más amplio de proveedores y otros socios para gestionar las limitaciones de la oferta, permitiendo una adopción más amplia de la innovación.
Para triunfar en el mercado, las empresas deberían adoptar la innovación también en su modelo comercial (junto con la innovación tecnológica); abogar por nuevas formas de contratación, que recompensen la innovación y el rendimiento del ciclo de vida: y permitir una colaboración temprana y de trabajo con los gobiernos para configurar entornos regulatorios, como la impresión 3D en la construcción.
Contribuciones cruciales de los gobiernos
Aunque la transformación de la industria es y debe ser impulsada por el sector privado, los gobiernos también deben desempeñar un papel importante mediante la aplicación de políticas que conduzcan a la adopción de la innovación. Tres funciones clave surgen para los gobiernos: regulador inteligente, planificador estratégico a largo plazo e incubadora, y propietario del proyecto con visión de futuro.
- Regulador inteligente. Esta función implica tomar decisiones inteligentes acerca de las reglamentaciones, como la armonización y actualización de los códigos de construcción, así como el desarrollo de estándares basados en el rendimiento y el futuro.
- Planificador estratégico a largo plazo e incubadora. Esto implica definir una agenda de innovación estratégica a nivel de país para la industria, invertir en proyectos emblemáticos e investigación y desarrollo, y permitir el financiamiento de las startups.
- Propietario del proyecto con visión de futuro. Esto implica crear una cultura de propietarios amigable con la innovación, introducir modelos más flexibles de contratación y adoptar una perspectiva de ciclo de vida para obtener soluciones innovadoras que proporcionen el mayor valor total de propiedad y no sean simplemente las más baratas.
Para hacer frente a los desafíos sociales más amplios -incluida la sostenibilidad, la asequibilidad y la resiliencia a los desastres- y para servir al bien público, la industria de la construcción necesita innovar más. Así se logrará un mayor desarrollo dentro del ecosistema de la construcción y se conseguirá una mayor productividad y beneficios sociales y ambientales.
Para la industria de la construcción, los beneficios de la digitalización completa son enormes: dentro de diez años, la digitalización a gran escala en la construcción no residencial generará un ahorro anual de 700 a 1.200 millones de dólares en las fases de ingeniería y construcción, y de 300 500 millones en la fase de operaciones, según un informe de BCG. Todo un reto que deben aprovechar y una oportunidad para seguir creciendo.