Las ciudades ya no son solo para quienes las habitan. El auge del turismo ha provocado que en los planes de desarrollo y modernización urbanística también se tenga en cuenta a quien las visita. A estas alturas, el sector turístico sabe que integrar la tecnología en sus planes de dinamización es clave para mejorar su competitividad y sostenibilidad.[hde_related]
Estas iniciativas han dado lugar a un nuevo modelo: el de los destinos turísticos inteligentes. En ellos no solo se mejora la experiencia del turista, también se tiene en cuenta el impacto que esta actividad tiene en la vida diaria de los habitantes de esas urbes.
Turistas más digitales
El perfil del turista actual es el de una persona en continuo contacto con las nuevas dinámicas digitales. Su viaje ya no se reduce al tiempo que pasa en el destino, también antes y después, cuando lo planifica y después de haberlo dejado. Mejorar su experiencia en cualquiera de estos momentos es la clave para conseguir captar su atención y que repita.
“Ahora las personas disponemos de menos tiempo, tenemos un acceso más rápido a la información, somos digitales, vivimos a través del móvil… Por eso las empresas turísticas necesitan redefinir sus propuestas de valor, la competencia es cada vez más dura”, advierte Francisco Huidobro, Director de Servicios Digitales para Empresas en Orange.
Una afirmación que realizada el pasado mes de diciembre durante la celebración, en La Palma, del III Congreso de Territorios Insulares Inteligentes, donde también manifestó que el consumo de datos crece por encima de la Ley de Moore, sobre todo desde la desaparición del roaming. Una evolución que implica ajustar la oferta a la demanda.
“Esta transformación está permitiendo ofrecer nuevos destinos, pero además está generando nuevos retos. El crecimiento de la población en los núcleos urbanos, del consumo de energía, el aumento de la generación de residuos… hay que gestionarlos, así como la contaminación, ya sea lumínica, acústica o de huellas de carbono”, recuerda.
¿Qué es un destino turístico inteligente?
Para desarrollar este nuevo modelo, en el año 2015 se publicó en España el ‘Libro Blanco de los Destinos Turísticos Inteligentes’. Se trata de un informe elaborado por el entonces Ministerio de Industria, Energía y Turismo en colaboración con la Sociedad Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (SEGITTUR). En él se recogía la necesidad de transformar el modelo turístico tradicional en uno inteligente; una propuesta más en consonancia con la sociedad actual y la economía digital. Y lo señalaban como condición indispensable para que España continuara siendo un referente turístico mundial.
[hde_summary]Un destino turístico inteligente va más allá del uso de la tecnología, incorporando a la gestión cinco ejes estratégicos: gobernanza, innovación, tecnología, accesibilidad universal y sostenibilidad, en sus vertientes económica, sociocultural y medioambiental[/hde_summary]
Antes de esto, uno de los primeros pasos que se dieron fue la creación, en 2013, de una norma sobre destinos turísticos inteligentes (DTI) para certificarlos como tales. “Un destino turístico inteligente va más allá del uso de la tecnología, incorporando a la gestión del destino los siguientes ejes estratégicos: gobernanza, innovación, tecnología, accesibilidad universal y sostenibilidad, en sus vertientes económica, sociocultural y medioambiental”, enumera en este artículo José Ángel Valderrama, gerente de Nuevas Tecnologías en AENOR.
“Estos cinco ejes influyen unos en otros y están interrelacionados entre sí”, especifica Valderrama. “A la vez que puede constituirse como tal cualquier tipo de destino turístico. Con independencia de su concepción (vacacional, urbano, natural, etc.) o tamaño, y la naturaleza de su ente gestor”.
De cualquier modo, los proyectos se deben plantear desde una cooperación entre organismos públicos y privados. Es la forma de garantizar su continuidad y sostenibilidad en el tiempo. “La transformación del sector turístico no solo tiene que ver con los restaurantes y alojamientos. También con las interacciones que se tienen con el entorno y ese universo de sensores que se están poniendo para conseguir la digitalización de los servicios”, sostiene el Director de Servicios Digitales para Empresas en Orange. “Todo ello unido en la inteligencia del dato para sacarle el aprovechamiento adecuado”.
La tecnología como herramienta de gestión
Los pilares sobre los que se basan los DTI son la sostenibilidad económica, cultural, social y medioamiental, junto a la innovación, la accesibilidad y la tecnología. “Todos ellos son factores importantes. Pero para desarrollar un DTI con éxito es necesario contemplar la integración de las TIC”, mantiene Jaume Roselló, director de la consultora española Vector ITC Balerares, quien añade que “Solo la tecnología ofrece herramientas potentes para la gestión del territorio turístico”.
Cuando desde Hablemos de empresas le preguntamos sobre las que mayor peso tienen en los proyectos DTI, no lo duda. “La más revolucionaria es la Inteligencia Artificial. Ofrece la capacidad de reinventarse y adaptarse a cualquier circunstancia o situación que afecte a la ciudad. Ya sean imprevisto o condiciones externas y, en consecuencia, que afecte a la calidad de vida de los habitantes”.
Gracias a la inteligencia artificial, los DTI podrán, por ejemplo, analizar en tiempo real la ingente cantidad de datos que generan los sensores instalados en la ciudad. Y, lo que es más importante, interpretarlos para tomar decisiones que faciliten y agilicen los servicios en el entorno urbano.
Estrechamente ligado a la IA está el machine learning. Su uso en campañas de marketing permite, por ejemplo, enviar ofertas personalizadas con mayor precisión. Se pueden adecuar a la su efectividad hasta en un 50%, según Vector IT, y combate la estacionalidad turística.
[hde_summary]Gracias a la inteligencia artificial, los destinos turísticos inteligentes podrán, por ejemplo, analizar en tiempo real la ingente cantidad de datos que generan los sensores instalados en la ciudad, interpretándolos para tomar decisiones que faciliten y agilicen los servicios en el entorno urbano[/hde_summary]
A distribuir la afluencia de visitantes también contribuyen las tecnologías Big Data. Gracias a su uso, es posible “evitar la confluencia de muchos usuarios en los mismos espacios. Se reduce así el impacto en la calidad de vida de los residentes”. Un caso práctico es la llegada a un destino de varios cruceros con sus respectivos pasajeros. Todos desembarcan a la vez. Para evitar aglomeraciones, el Big Data ayuda a establecer varios puntos de atracción turísticos diferentes.
Visitantes y ciudadanos en el centro
Indudablemente, el desarrollo de un DTI ha de enmarcarse dentro de la estrategia smart city. Así se recoge en el ‘Libro Blanco de los Destinos Turísticos Inteligentes’ y lo corrobora el gerente de Nuevas Tecnologías de AENOR.
“El turismo es transversal en los destinos, siendo, en ocasiones, difícilmente separable el turista y el ciudadano. Por ello, las acciones que mejoren el modelo turístico van a beneficiar necesariamente a la gestión de otros sectores y ámbitos del destino, y a distintos actores del mismo”, comenta José Ángel Valderrama.
Desde Vector ITC son más concretos. Definen la ciudad inteligente como una ciudad centrada en el ciudadano, que vela por la sostenibilidad aprovechando el conocimiento y los recursos disponible. “Con la utilización de las herramientas y aplicaciones tecnológicas se mejora la calidad de vida. Además de la eficiencia de los servicios urbanos, la innovación y la competitividad”, describe Roselló.
En este sentido, los DTI aúnan los conceptos de sostenibilidad, accesibilidad, conocimiento e innovación tecnológica. “El valor añadido que aporta es la consideración del visitante/turista como centro de cualquier estrategia. Y, como principal beneficiado, el objetivo pasa por incrementar la calidad de vida de los residentes. El concepto DTI incorpora más facilidades para los turistas, pero al mismo tiempo trata de preservar la sostenibilidad cultural, social y medioambiental de la ciudad”.
Cómo convertir un destino en inteligente
Un ejemplo de esta sinergia es el proyecto llevado a cabo en Tenerife en colaboración con Orange. La teleoperadora recoge los datos de posicionamiento de los teléfonos móviles. Con ellos establece cuál es el comportamiento de ciudadanos y turistas, para conocer sus desplazamientos y optimizar las rutas de sus medios de transporte.
[hde_summary]Es posible conocer la procedencia y destino de los turistas, junto a sus hábitos mientras permanecen de vacaciones. Esta información se transforma en indicadores de negocio, que facilitan el uso estratégico de los datos y hacen posible anticiparse a las necesidades de los visitantes[/hde_summary]
“Estamos recogiendo muchísimos datos de cómo se está comportando la población allí donde hay un número suficiente de personas que se están moviendo y que permita garantizar la anonimación de la muestra conforme al Reglamento General de Protección de Datos. Esta información la estamos poniendo a disposición en dos ámbitos: la gestión de la movilidad y la gestión del turismo. Así tenemos una visión completa para saber qué está ocurriendo y analizar la situación actual del destino. De esta forma se pueden ir corrigiendo, de una manera dinámica, las políticas para conseguir los objetivos marcados ”, describe Huidrobro.
En el caso de los turistas, además, también es posible conocer su procedencia y destino, junto a sus hábitos mientras permanecen en el lugar elegido para visitar. Por ejemplo, dónde se hospedan, los museos a los que acuden, y las zonas comerciales y de ocio preferidas. Esta información se transforma en indicadores de negocio, que facilitan el uso estratégico de los datos y hacen posible anticiparse a las necesidades de los visitantes.
El cambio cultural es un hecho. Ocurre constantemente. Pero lo que diferencia al que estamos experimentando ahora de otros anteriores es la presencia de un alto componente tecnológico. El sector turístico se adapta a esta transformación creando DTI dentro de un ecosistema imparable, el de las ciudades inteligentes.
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