Adivinar el futuro es una ciencia complicada. Más aun, cuando queremos separarnos del futuro inmediato, más predecible. Pero cuando tratamos de imaginar nuestras ciudades es algo, sin embargo, imprescindible. ¿Cómo serán las smart cities del futuro? Intentamos contestar a esa pregunta con tres estudios, dos directivos implicados en el sector y un profesor. La respuesta, ya te adelantamos, es compleja.
UN MERCADO EN PLENO DESARROLLO
El mundo es cada vez un lugar más urbano. En 2050, el 70% de la población vivirá en ciudades. Estas siempre han sido un polo importante de desarrollo económico. Cuanto más crezcan, mayor será su peso en la economía global. Según el McKinsey Global Institute, en 2025, el 65% del crecimiento económico se generará en las 600 mayores ciudades del planeta. Su papel en la digitalización del mundo y en el camino hacia un sistema más eficiente y sostenible es algo que no se puede pasar por alto.
En este ecosistema cada vez más urbano, las smart cities tienen mucho que decir, tanto a nivel de modelo de ciudad como a nivel industria. De acuerdo con el informe ‘Smart City Market to 2025 – Global Analysis and Forecast by Industry Verticals’, de The Insight Partners, el mercado alrededor de las smart cities moverá más de 3.65 billones de dólares en 2025, casi cinco veces más que el año pasado. Estados Unidos y Canadá llevarán la voz cantante, aunque Asia y Europa tendrán mucho peso en este área. La presencia del resto de regiones del mundo será testimonial.
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“El mercado va a crecer, pero no sé si por cuatro o por cinco. El mensaje está calando y cada vez más ciudades se suman, con lo cual hay mayor demanda de soluciones smart. Pero el número real nadie lo conoce”, asegura Didier Grimaldi, experto y profesor de la Universidad La Salle – Ramón Llull, poniendo las previsiones en perspectiva. “Creo que cuando esté operativo el Internet de las Cosas se van a multiplicar las oportunidades”.
“En los próximos años habrá un avance, además de una madurez importante en América Latina y Asia. Desde el punto de vista competitivo, van a entrar a jugar actores como las constructoras, operadores de transporte… Lo que sí está claro es que no vamos a trabajar solo como empresas de TI ofreciendo un proyecto a las ciudades, sino que vamos a trabajar mucho con otras empresas que son las que van a gestionar los servicios municipales”, señala Alberto Bernal, director global de smart cities de Indra.
EN BUSCA DE UN NÚMERO REAL
“Cada vez tendremos más ciudades smart, no hay ninguna duda al respecto”, continúa Grimaldi. “Además, la Unión Europea quiere impulsar el concepto de smart region. Conseguir que las ciudades pequeñas en las áreas metropolitanas se aprovechen del trabajo de la gran ciudad”. Pero, ¿cuántas smart cities tiene y tendrá el planeta? En función de qué entendamos por smart el número varía de los varios centenares a las pocas decenas.
Desde la consultora IHS Markit hacen hincapié en la importancia de la definición. La suya, bastante estricta, rebaja las previsiones más optimistas. En su informe ‘Smart Cities: Business Models, Technologies and Existing Projects’, la consultora señala que en 2025 habrá 88 ciudades en el mundo que se habrán ganado la etiqueta de inteligentes. Ciudades que, básicamente, se repartirán entre Asia, Norteamérica y Europa.
La gestión de los datos, la implicación del ciudadano, la eficiencia energética, la movilidad, la conectividad, el smart government… El concepto de ciudad inteligente parece no tener fronteras
“Las ciudades inteligentes abarcan una amplia gama de aspectos, pero IHS ha concretado la definición del término para describir ciudades que han implementado – o lo están haciendo – la integración de soluciones TIC (tecnología de la información y las comunicaciones) en tres o más áreas funcionales”, explica Lisa Arrowsmith, consultora de IHS Markit. “Hablamos de áreas como movilidad y transporte, energía y sostenibilidad, infraestructura física, gobierno o seguridad”.
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“Creo que el número de ciudades que apuesten por hacerse más smart aumentará mucho en los próximos años. No tengo duda de ello por una sencilla razón: quién no querría mejorar sus ciudades para hacerlas más habitables para sus ciudadanos, más sostenibles con el medioambiente y, en definitiva, mejores”, añade Ugo Valenti, director de Smart City Expo World Congress, un evento que, en su edición 2017, reunió en Barcelona a representantes de más de 700 ciudades. “Los pronósticos son cálculos que se realizan en momentos concretos con datos válidos en el momento del pronóstico, pero susceptibles al cambio”.
LA IMPORTANCIA DEL SMART GOVERNMENT
Las ciudades son un motor de desarrollo económico y su transformación en núcleos smart impulsará una nueva industria y nuevos mercados. Sin embargo, no hay que olvidar que las ciudades son, ante todo, un lugar para sus ciudadanos. Cuanto mayor es su tamaño, mayores son los desafíos que presenta. Sobre todo, en áreas como la gestión de la energía y el agua o la movilidad. ¿Y cómo coordinar a decenas de empresas, sus intereses, las necesidades de la ciudad y las demandas ciudadanas? La respuesta está en el smart government (o el nuevo papel de los ayuntamientos).
El verdadero reto es, no solo conectarlo todo, sino crear un ecosistema interconectado y eficiente de gestión. Y conseguir que el ciudadano pase a ocupar un rol activo en el mismo. Tenemos que tener smart citizens
“Aquí entra en juego el concepto de public-private-people partnership. Estamos ante un doble reto, necesitamos más recursos y el sector público tiene cada vez menos dinero. Esto se resuelve creando un ecosistema dentro del cual van a participar empresas privadas, el ayuntamiento y el ciudadano. Necesitamos una gobernanza importante, liderada por el ayuntamiento, en la cual se trabaje buscando la mejora de la vida del ciudadano, pero también se tenga la intención de hacer negocios”, señala Didier Grimaldi. “La smart city no necesita dinero, sino un buen gobierno”.
Con él coincide el director de Smart City Expo World Congress. “Quizás el elemento más transformador sea el de una gobernanza smart, basada en datos recabados y fundamentada en la corresponsabilidad de los ciudadanos y su engagement. En este contexto de mayor empoderamiento y participación a través de plataformas tecnológicas, el tratamiento de datos y sobre todo la seguridad serán elementos críticos de estas nuevas formas de gobernanza. Podríamos decir que se trata de un reto generalizado en las sociedades más desarrolladas y tecnológicas”.
LÍNEAS DE TRABAJO HACIA 2025
La gestión de los datos, la implicación del ciudadano, la eficiencia energética, la movilidad, la conectividad, el smart government… El concepto de ciudad inteligente parece no tener fronteras. Por eso es si cabe más difícil todavía señalar las tendencias a siete u ocho años vista. Aquí aparece nuestro tercer informe, el que recoge las conclusiones de la última edición de Smart City Expo World Congress. Estas son las principales líneas de trabajo en el futuro de las smart cities.
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“Creo que todos los sectores se beneficiarán, aunque el de las telecomunicaciones será uno de los más beneficiados por la sencilla razón que la conectividad es una capa transversal que posibilita muchas soluciones”, explica Ugo Valenti. “En cada zona del planeta serán necesarias un tipo u otro de intervenciones y de iniciativas, y ahí reside la clave de qué sectores tendrán mayores oportunidades”.
Y LOS DESAFÍOS REALES
La tecnología y la conectividad son herramientas que nos abren un montón de posibilidades. Sin embargo, su mera presencia no va a cambiar las ciudades. “El verdadero reto es, no solo conectarlo todo, sino crear un ecosistema interconectado y eficiente de gestión. Y conseguir que el ciudadano pase a ocupar un rol activo en el mismo. Tenemos que entender que para que una ciudad sea smart tiene que tener smart citizens”, concluye Didier Grimaldi, profesor de la Universidad La Salle – Ramón Llull.
“El transporte será de suma importancia y es un problema clave que enfrentan todas las ciudades. Pero encontrar el equilibrio necesario entre las ciudades como potencias económicas y también como el hogar de sus ciudadanos, haciéndolos capaces de ejercer ambos aspectos sin paralizar a ninguno, podría ser el más grande de todos los desafíos”, añade Ugo Valenti. “Enfrentamos muchos desafíos y la clave para abordarlos será poder equilibrar las crecientes poblaciones urbanas con un desarrollo urbano sostenible y un despliegue sensato de soluciones urbanas inteligentes”.
Juan F. Samaniego
Imágenes | iStock, Pixabay, Pexels