20 years challenge: del trabajo en silos al colaborativo a través de tres grandes empresas

Grandes Empresas

Dice la canción de Carlos Gardel que 20 años no son nada. Sin embargo, en el mundo de la tecnología todo ha cambiado tanto que ni los más fantasiosos hubieran sido capaces de avanzar hace dos décadas lo que estaba por llegar. Hagamos un ejercicio de memoria para ponernos en situación.

A finales de los años 90 una conexión de Internet normal en el hogar ofrecía una velocidad de descarga de 256 Kbps, unas 2.000 veces menos que un paquete de 500 Mbps de fibra de hoy en día. Además, por aquellas fechas había que ser casi un privilegiado para disfrutar de Internet. En todo el país, los internautas rondaban los 2 millones de personas, poco más de un 5% de la población. [hde_related]

Hoy, en cambio, salvo algún despistado, casi todos estamos enganchados a la Red, y la gran mayoría (unos 37 millones) accede a sus contenidos a través de smartphones que también multiplican muchas veces la capacidad de transferencia de datos de aquellos ruidosos y aparatosos módems que pusieron “música de fondo” a nuestras primeras navegaciones. Compramos online, vemos películas y partidos, jugamos, estudiamos, gestionamos nuestras finanzas, conocemos amigos… Casi todo se puede hacer en Internet.

Aunque los más jóvenes no sean capaces de entenderlo, a la altura del famoso año 2000 no había redes sociales ni se las esperaba. Las páginas web eran de un estatismo sonrojante. Amazon, un desconocido. Y Google, el buscador de los más frikis. Los móviles, que habían irrumpido pocos años antes, sólo permitían llamar y enviar SMS. Tampoco había pantallas planas para trabajar o ver la tele, ni tabletas, y los portátiles también costaban una fortuna y eran privilegio de muy pocos. Por supuesto, la nube sólo era un fenómeno meteorológico.

El ruidoso fax y los disquetes de colores

Si pensamos en una oficina de finales de los años 90, el fax, siempre ruidoso y con los leds parpadeantes, seguía siendo la manera más popular de enviar y recibir documentos. Aunque ya empezaba a compartir protagonismo en algunos sitios con el correo electrónico, que luego cambiaría tantas cosas. Las mesas de trabajo eran ocupadas por voluminosas pantallas de tubo de rayos catódicos y torres de ordenadores que tenían menos potencia que un smartphone de gama baja de hoy en día.  

oficina antigua
También había ordenadores en las oficinas de finales del siglo XX, pero su potencia fue superada rápidamente por los teléfonos móviles que empezaban a popularizarse.

El set iba acompañado siempre de un teléfono fijo. Porque casi todo eso que hoy llamamos colaboración en aquella época consistía en hablar por teléfono y compartir algún mail o fax, o, si era entre compañeros de la misma empresa, intercambiar disquetes de vivos colores y 120 o 240 MB de capacidad, es decir, un soporte donde hoy no cabría ni un minuto de vídeo en 4K.  

Las aplicaciones, aunque se llamaban igual (Word, Excel, PowerPoint, SAP…), en realidad no tenían nada que ver con las que hoy disfrutamos. Iban provistas de muchas menos funcionalidades, pero la gran diferencia es que no eran colaborativas ni se podían desplegar en cualquier dispositivo y a cualquier hora gracias a las potentes comunicaciones que luego acabamos disfrutando y a la nube. El Office de Microsoft era una licencia perpetua vinculada exclusivamente al PC en el que se instalaba, e igual pasaba con el resto.

Movilidad era sinónimo de correr 

Para este post, hemos hablado con tres profesionales que empezaron prácticamente su carrera profesional con el cambio de milenio y que han visto, desde la primera línea y siendo “early adopters” en muchos casos, cómo ha evolucionado la tecnología y el trabajo en equipo gracias a la misma.

David Alonso es responsable de B2B de la división de IT y movilidad de Samsung. Alonso bromea y dice que tendría que meterse en el DeLorean, el coche que transportaba por el túnel del tiempo a Michael J. Fox en ‘Regreso al futuro’, para volver a su escritorio de 1999.

videoconferencia trabajo colaborativo
Dispositivos como los smartphones y las tablets han salvado barreras anteriormente insalvables como la distancias y han sido la clave para la transformación del puesto de trabajo.

Él recuerda su mesa con “mucho papel” y con aplicaciones con muchas menos funcionalidades y potencia. Está de acuerdo en que la herramienta colaborativa más potente era el teléfono fijo y dice que “la movilidad era ir corriendo por el pasillo al puesto de trabajo del compañero”.  

“La colaboración era más presencial que otra cosa; para los más avanzados, el correo electrónico era el rey. Empezaba el despliegue de Internet en las empresas, por lo que aún no éramos conscientes del tremendo impacto que iba a tener en la forma en que trabajábamos. Recuerdo que las velocidades que se manejaban eran muy bajas y sólo se podían compartir documentos y/o formularios muy ligeros”, rememora Alonso.

José Méndez es un ingeniero de redes que empezó su carrera en el año 2000 en Cisco Systems. Hoy se encarga de mantener al día a los partners comerciales que revenden la tecnología de gigante estadounidense, para que la configuren y pongan en marcha en los clientes de la forma más idónea. Para Méndez, las llamadas telefónicas y el e-mail también eran las herramientas básicas de trabajo y colaboración allá por el cambio de milenio.

[hde_summary] David Alonso, de Samsung: «Quizá la herramienta colaborativa más potente era el teléfono y la movilidad era ir corriendo rápidamente por el pasillo al puesto de trabajo de un compañero o compañera»[/hde_summary]

Por su parte, Rafael González, jefe de marketing de producto de grandes empresas de Orange, añade como herramienta informática básica a su escritorio de finales de los 90 el “acceso a un CRM”, y también señala la multiconferencia y el teléfono móvil para comunicarse con sus compañeros y clientes.

La colaboración hoy en día

Pero, como decíamos al principio, las cosas han cambiado mucho en 20 años. El teléfono fijo ha desaparecido de muchos escritorios y hoy las comunicaciones, la ofimática y el trabajo en grupo hay que buscarlos en el bolsillo, en forma de potentes smartphones.

videoconferencia
La herramienta colaborativa más potente era el teléfono fijo. Ahora las reuniones se convocan en plataformas de colaboración como Webex Teams.

Además, gracias a Internet y al cloud, los archivos de trabajo, como textos, hojas de cálculo, fichas y propuestas a clientes, documentación de proyectos, facturaciones, etcétera, se comparten sin problemas y pueden ser modificados al mismo tiempo por varios integrantes del equipo. Además, toda esta documentación va quedando registrada casi a cada segundo en soluciones cloud y de mensajería que después permiten recuperarla en cualquier punto del proceso.

Por otro parte, los viajes de trabajo se han racionalizado y hoy las reuniones se convocan en plataformas de colaboración que, además, no requieren las costosísimas inversiones de los primeros y sofisticados sistemas de videoconferencia. Con el paso de los años, se puede decir que tanto la colaboración como la videoconferencia “se han democratizado”.

[hde_summary] José Méndez, de Cisco: «Para que los proyectos se ejecuten de forma más rápida, utilizamos Webex Teams, que me permite contactar de forma instantánea (mensajería/chat) con las personas de mi equipo de trabajo y realizar una llamada de audio/video, e incluso compartir mi escritorio o cualquier otro tipo de documentación de forma rápida y sencilla»[/hde_summary]

Hoy en día casi no existen barreras y puedo trabajar con gente de mi equipo que está en Barcelona, Sevilla, Londres o viajando para visitar a un cliente, de la misma forma que si estuviese a mi lado, compartiendo documentos sin importarme el tamaño, utilizando la mensajería instantánea o la videoconferencia y reportando una venta o una visita a un cliente en tiempo real, esté donde esté. Sin embargo, tengo que confesar que la herramienta que sigo utilizando más es el correo electrónico, desde mi Galaxy S10+”, reconoce David Alonso.

Dos décadas para mejorar

En 20 años han pasado muchas cosas en el ámbito tecnológico. Mientras nuestros hogares se llenaban de dispositivos inteligentes y los teléfonos canibalizaban todo lo canibalizable, nuestras empresas iban adoptando tecnologías que cambiaban la forma de trabajar (a mejor, claro).

oficina moderna
La tecnología ha traído consigo la deslocalización del trabajo, y las empresas empiezan a entender que es posible trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento.

Para David Alonso, de Samsung, el hito clave ha sido “la telefonía móvil con todas sus G (2G, 3G, 4G y ahora el 5G)”. “Los smartphones han salvado barreras anteriormente insalvables como la distancias y han sido la clave para la transformación del puesto de trabajo. Han permitido un trabajo realmente colaborativo y una compartición de la información en tiempo real”. Alonso también llama la atención sobre la aparición de la banda ancha y el cloud.

Para José Méndez, de Cisco, la clave ha sido la deslocalización del trabajo que ha traído consigo la tecnología. “Poder trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, unido a la mensajería instantánea y las reuniones virtuales gracias a herramientas como Webex”.

Por su parte, Rafael González, de Orange, marca en estos 20 años tres puntos de inflexión: la democratización de la banda ancha fija (FTTH) y móvil (4G); las mejoras en el hardware de smartphones, tablets y portátiles; y las mejoras de los sistemas operativos Windows, Android e iOS.

[hde_summary] Rafael González, de Orange: «Los hitos tecnológicos que han impulsado la colaboración en el trabajo en los últimos 20 años son la democratización de la banda ancha fija (FTTH) y móvil (4G); las mejoras hardware en smartphones, tablets, portátiles; y las mejoras software de los sistemas operativos»[/hde_summary]

Hoy, todos nuestros interlocutores usan intensivamente las potentes herramientas de colaboración a su alcance. De hecho, no podrían concebir su actividad sin recurrir a ellas. José Méndez, que se encarga de dar agilidad a los proyectos que desarrollan los partners de Cisco en clientes de todo el país, recurre a Webex Teams, un producto de la propia Cisco, para tener mensajería y chat con las personas de su equipo de trabajo y realizar llamadas de audio y de vídeo, o incluso compartir su escritorio o cualquier tipo de documentación.

Webex, que también responde a comandos de voz, además se integra con aplicaciones muy extendidas como Salesforce u Office 365. Por su parte, Rafael González, de Orange, recurre a casi todo para estar conectado en el trabajo: correo electrónico, videoconferencia corporativa, Webex, Jabber, redes sociales, WhatsApp… Además, la operadora también está contribuyendo a la revolución de los espacios de trabajos comercializando soluciones de comunicación y colaboración como Digital Centrex, basada en tecnología Cisco.

Más interoperabilidad en el futuro

También preguntamos a nuestros tres interlocutores qué esperan para el futuro en el mundo de la colaboración. Después de viajar en el DeLorean para rememorar el pasado, David Alonso, de Samsung, saca la bola de cristal para intentar predecir lo que viene. “Creo que el 5G, la realidades virtual y aumentada y sobre todo la inteligencia artificial nos van a traer muchas novedades. Van a ampliar enormemente la forma en cómo colaboramos, ampliando el espectro no sólo a personas, sino a cosas o ‘entes’. ¿Te imaginas una reunión en donde cada persona está en un ciudad y donde también esté hablando una máquina como si fuera una persona más del equipo, viendo la información en tus gafas de realidad virtual?”, se pregunta el directivo de Samsung.

En líneas generales, Rafael González, de Orange, dice que el futuro traerá “más interoperabilidad entre los diferentes ecosistemas actuales”. Y, siendo más concreto, adelanta que “el vídeo se integrará de forma nativa, el single sign-on será mucho más eficiente y la seguridad dejará ser un add-on”. Además, prevé que el acceso a la cloud pública y privada sea nativa desde las redes de operador. Son pasos para hacer más versátil si cabe eso que los expertos llaman el digital workplace.  

Por último, el ingeniero José Méndez recuerda que ya estamos empezando a hablar de “cognitive collaboration, donde la inteligencia artificial y la información de contexto serán los factores diferenciadores”.

Esto significa que proliferarán soluciones que nos permitirán reconocer a las personas por sus rasgos faciales y nos proporcionarán información de su histórico profesional y noticias más relevantes asociadas a ellas y a las empresas y proyectos en los que han participado. En fin, todo un mundo por descubrir y que ahora, como hace 20 años, no era posible ni imaginar.

Imágenes / iStock/elenabs, iStock/bowdenimages, iStock/primipil y Orange

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