A lo largo de los últimos 30 años, la mayoría de las empresas han añadido nuevos cargos directivos en los consejos de administración. Al ya extendido CEO, se han unido el director financiero (CFO), el director de marketing (CMO), los responsables de seguridad (CSO)… Con el auge del Big Data, muchos se preguntan quién debe asumir este liderazgo para no solo saber capturar los datos, sino que, gracias a ellos, mejorar los ingresos, impulsar la productividad y, a veces, crear negocios completamente nuevos.
El Big Data conlleva un cambio generalizado en la forma en que una empresa hace negocios. Es decir, supone un cambio de mentalidad para todos. “Big Data es solo un término de marketing, bajo el cual hay multitud de tecnologías y formas de hacer las cosas. Pero en el fondo no son más que herramientas de innovación que se usan como medio para conseguir un objetivo”, asegura Álvaro Barbero Jiménez, Chief Data Scientist del Instituto de Ingeniería del Conocimiento e investigador del Grupo de Aprendizaje de Máquinas de la Universidad Autónoma de Madrid. “No se puede comprar un «Big Data», enchufarlo a la red de la empresa y obtener beneficios inmediatos. Es necesario un cambio cultural y de mentalidad, y esta es la parte más difícil de aceptar”.
Esto conlleva que las empresas necesitarán tener más expertos en análisis de datos que puedan hacer su trabajo en medio de continuos cambios. Además, será necesario, según los expertos de McKinsey, tener habilidades de gestión para involucrar a un número cada vez mayor de expertos en estadísticas profundas (responsables de crear los modelos de predicción y optimización que respaldarán el crecimiento del negocio).
El director de datos está de moda
Por eso, no es de extrañar que en la encuesta Big Data Executive Survey 2017 más de la mitad de las empresas (55,9%) asegure haber nombrado ya un director de datos.
El 56% de estos encuestados cree que la función de este responsable es, en gran medida, defensiva y reactiva, sobre todo por los cambios normativos, regulatorios y de cumplimiento (como la llegada del GDPR en 2018). Sin embargo, el 48,3% considera que el director de datos debe impulsar la innovación y establecer una cultura de datos, aprovechando y gestionando para ello los datos como un negocio empresarial activo para el 41,4%.
Pero, ¿a quién debe informar este ejecutivo? Más de la mitad (53,4%) cree que su jefe será el CEO o el COO (Chief Operating Officer). Solo el 15,6% de los ejecutivos cree que el CDO (Chief Digital Officer) debería informar al director de Información (CIO).
Otra buena muestra de que los trabajos relacionados con el Big Data están en auge es que, según el portal de empleo Glassdoor, el científico de datos fue el mejor trabajo en Estados Unidos el año pasado. Y la demanda no deja de crecer.
La especialización se impone
De hecho, los trabajos de big data, como el de analista de inteligencia de negocios (BI), científico de datos y desarrollador de bases de datos, estarán entre los roles más solicitados para el próximo año, según constata la Guía salarial Robert Half 2018 recientemente publicada.
[infogram id=»283419fb-c8af-4d67-9f0e-a254ba5aea6e» prefix=»WZE» format=»interactive» title=»Oferta y demanda de expertos en big data en los Estados Unidos de 2008 a 2018″]
De acuerdo con los datos de este informe, las personas con el título de «ingeniero de Big Data» tienden a ganar más que cualquier otra persona involucrada en la gestión y administración de datos. Los salarios van desde los 126.250 dólares a los 212.500, siendo la media 150.000 dólares.
Si bien las responsabilidades laborales varían, los ingenieros de Big Data a menudo supervisan los programas analíticos de las organizaciones y trabajan muy de cerca con arquitectos de datos, analistas y científicos de datos para ayudar a las organizaciones a obtener información procesable de sus almacenes de datos. Como ingenieros, también solucionan y optimizan los sistemas y el software que participan en las canalizaciones de datos.
No se puede comprar un «Big Data», enchufarlo a la red de la empresa y obtener beneficios inmediatos. Es necesario un cambio cultural y de mentalidad
Por lo general, los grandes ingenieros de datos tienen al menos una licenciatura. Para optar a estos puestos, es probable que necesiten varios años de experiencia trabajando con bases de datos basadas en Hadoop y SQL, así como la capacidad de programar en R y Python.
Además, se espera que Big Data vaya ganando en complejidad conforme pasa el tiempo. “Todas las empresas utilizarán estas tecnologías de forma especializada y necesitarán ayuda para sacarle partido”, sentencia José Ruíz Cristina, director de Big Data en Paradigma Digital. En su opinión, dado que cada proyecto “requiere mucha personalización, no es posible pensar en una solución tipo commodity” y tampoco en que el experto de hoy será como el administrador de sistemas de mañana. “Cada vez se complica más, y cada vez hay perfiles más especializados”.
Josep Curto, CEO de Delfos Research y director académico del programa de Inteligencia de Negocio y Big Data de la UOC, por su parte, entiende que “dentro del conocimiento de los arquitectos de tecnología de información de una organización, Big Data debería ser un conocimiento común, puesto que es una de las opciones existentes para la creación de sistemas de información”. Una situación que equipara con blockchain.
Perfiles híbridos que dominen tecnología y negocio
La tecnología se ha convertido en algo transversal en todas las empresas y negocios, y todos los profesionales deben tener ciertas habilidades. Por ejemplo, nadie se imagina a un trabajador sin saber encender un ordenador, navegar por Internet, manejar un paquete ofimático y enviar y recibir correos. ¿Pasará lo mismo con el Big Data?
Josep Curto Díaz considera que el Big Data sí que está conllevando la necesidad de incrementar el conocimiento analítico, crítico y de datos y algoritmos dentro de la organización. “Este tipo de conocimiento debería ser común. Un conocimiento que debe permitir a todo tipo de empleados tener presente el valor del dato y lo que permiten los algoritmos”.
El Big Data conlleva la necesidad de incrementar el conocimiento analítico, crítico y de datos y algoritmos dentro de la organización, permitiendo a todo tipo de empleados tener presente el valor del dato
Sin embargo, y en lo que atañe al conocimiento técnico de Big Data (y por extensión de algoritmos analíticos), “no es necesario que sea común a todo el mundo, sino que deben existir los expertos de ambos”. Por eso, considera que “lo relevante es capacitar a los mandos intermedios/altos en el contexto de identificación de oportunidades y casos vinculados con el dato y los algoritmos y en la gestión de dichos proyectos”.
Por tanto, considera que los perfiles híbridos entre tecnología y negocio son fundamentales para llevar a buen puerto estas iniciativas. Es decir, “necesitamos managers con una visión orientada al dato”.
¿Tienen esa visión? “Sinceramente, la mayoría de ellos no tienen ni idea, sé que es duro, pero es la realidad”, asegura Manuel Suárez, COO en Datacentric y director del Programa Superior en Big Data de ICEMD (ESIC). “Delegan todo conocimiento tecnológico y analítico en un entorno en el que estos puntos no son meros conceptos necesarios en un entorno digital, son exactamente la base. Delegar la evaluación del impacto en su negocio es dejación de responsabilidad, en mi opinión”.
Aunque tu negocio no sea digital…
Álvaro Barbero Jiménez, Chief Data Scientist del Instituto de Ingeniería del Conocimiento e investigador del Grupo de Aprendizaje de Máquinas de la Universidad Autónoma de Madrid, cree que este entendimiento del Big Data no debe reducirse a la empresa digital. “Lo más responsable es tener al menos un entendimiento de lo que el Big Data puede ofrecer. Igual que hoy día pienso que es muy arriesgado que un CEO no entienda cómo su empresa puede beneficiarse de las redes sociales o un CRM”.
Porque, aunque el Big Data se convierta en una parte integral de gran parte de las empresas, como lo ha sido la informática o el desarrollo web, “será necesario que toda empresa cuente con expertos en Big Data, ya sean internos o en la forma de consultores externos”.
Todos los CxO deben entender de Big Data. No será necesario un conocimiento exhaustivo, pero sí la capacidad de detectar y evaluar dónde están los datos y su posible impacto en su compañía
Sin embargo, José Ruíz Cristina, director de Big Data en Paradigma Digital, considera que los directivos no tienen por qué saber de Big Data y menos de tecnología. “Cada vez es más difícil saber qué es Big Data, pero tienen que entenderlo y los beneficios que pueden aportar. No es un producto que me instalo y funciona. Hay que saber qué necesito y cómo aprovecharlo”.
¿Tenemos que aprender todos Big Data?
Pero, aunque vayan a existir estos perfiles más especializados dentro del área de Big Data, también los perfiles no técnicos deberán tener unas habilidades que les permitan entender la importancia de esta tecnología.
“Todos los CxO deben entender de Big Data”, sentencia Manuel Suárez, COO en Datacentric y director del Programa Superior en Big Data de ICEMD (ESIC). Aunque asegura que no será necesario un conocimiento exhaustivo, sí será preciso “adquirir la habilidad de interlocución con los diferentes actores del mundo del dato, además de registrar la capacidad de detectar y evaluar dónde están los datos y su posible impacto en su compañía”.
Parecida opinión expresa el CEO de Delfos research y director académico del programa de Inteligencia de Negocio y Big Data de la UOC. “Puesto que todas las organizaciones, en todo sector y en cualquier departamento, pueden beneficiarse de una toma de decisiones fundamentada en evidencias y datos, desde mi perspectiva todos ellos deben adquirir estas capacidades. Estamos hablando en este punto de capacidades de identificación de oportunidades y caso vinculados con el dato y los algoritmos y en la gestión de dichos proyectos”.
De esta forma, se evitan situaciones en las que la inversión que acarrea esta tecnología acabe siendo un desperdicio. “El mensaje de que Big Data es importante ha calado”, asegura Barbero Jiménez. “Lo que creo que ya no está tan claro es cómo conseguir hacer proyectos Big Data en una organización de forma efectiva. Ha habido muchos casos de grandes inversiones en infraestructuras de datos que luego no se tiene claro para qué usarlas o cuál es el objetivo de negocio concreto que se pretende mejorar. O contrataciones de equipos de científicos de datos que no pueden tener un impacto en la organización porque las propias normas y cultura de la empresa impiden ser ágiles y compartir datos e ideas”.
Así pues, y antes esta complejidad, habrá un responsable del negocio “que conoce los objetivos de la empresa y que interactuará con el especialista para, entre los dos, entender cómo las tecnologías Big Data pueden ayudar a la empresa”.
Es decir, que los responsables del negocio no tendrán por qué ser especialistas en Big Data, como tampoco ahora lo son de las entrañas tecnológicas de su empresa. Pero sí que deben saber la importancia de todo ello, liderando a sus equipos para una buena consecución de objetivos.
Deben ser quienes planteen las preguntas clave, la meta a lograr y contar con los mejores, a nivel interno y externo, para seguir siendo competitivos en un mundo dominado por los datos.