Es paradójico, pero en España, uno de los países con más alta tasa de paro de la UE, hay cientos de miles de vacantes que no se cubren. En la mayoría de los casos se requieren profesionales de perfil tecnológico que las empresas, acuciadas por la digitalización y los profundos cambios en los modelos de negocio, no llegan a encontrar o, si lo hacen, es pagando un alto precio en concepto de salarios y condiciones laborales.
Un informe de la empresa de colocación Randstad dice que en 2020 faltarán en este país 1,9 millones de profesionales “altamente cualificados” de las ramas denominadas STEM (acrónonimo de science, technology, engineering y mathematics). Centrándonos en el sector informático, el número de aspirantes se ha mantenido constante en los últimos años, pero no así el de las ofertas, que ahora se multiplican en cualquier portal de empleo o en LinkedIn.
Circulan varias cifras que dan cuenta del desequilibrio entre oferta y demanda de técnicos. Desde el portal Ticjob.es, aseguran que el déficit de perfiles TIC será de 800.000 dentro de dos años. Algunas menos, pero no muchas, son las vacantes que en Addeco calculan que habrá en 2020 en España. En concreto, en Adecco aseguran que la economía española echará de menos a 756.000 informáticos y expertos en digitalización ese año.
Divorcio entre la universidad y la empresa
¿Por qué se está dando este profundo divorcio entre las necesidades de las empresas y la formación de los estudiantes y empleados españoles? No hay una respuesta única. Pero sí que hay muchos expertos que señalan que el origen el problema está en la educación. Al fin y al cabo, después de una década de boom inmobiliario y con el país claramente escorado hacia actividades de bajo valor añadido, está costando mucho hacer virar el barco. Además, España tiene un índice de fracaso escolar cercano al 20%, el doble que los vecinos europeos.
Julien Mur, team manager de Information Technology en Hays España, especialista en reclutamiento, asegura que el sistema educativo no trabaja de la mano del sector privado. “Hay muy pocos puentes y conexiones entre el mundo público educativo y el mundo privado tecnológico. Y, cuando los hay, la diferencia cultural es tan grande que las pocas iniciativas que se fomentan resultan ser ineficaces”, asegura la experta de Hays.
El problema está en la educación, pero también en las empresas, con ofertas laborales a la baja, procesos de selección que duran mucho tiempo o expectativas muy elevadas en un mercado que no lo permite
No obstante, Mur también echa la culpa a las propias empresas, a las que cuesta adaptarse a los nuevos tiempos, lo que se nota en ofertas laborales a la baja, procesos de selección que duran mucho tiempo o expectativas muy elevadas en un mercado que no lo permite. Para muestra un botón: en los países más dinámicos, los procesos de contratación de perfiles TI se cierran en una semana, con dos entrevistas y a veces por videoconferencia, algo que es muy poco frecuente por estas latitudes.
Stephane Levesque, CEO de Ticjob.es, dice que la educación pública tiene un problema de adaptación a las nuevas tecnologías “muy importante”, y muestra una resistencia al cambio. Mientras tanto, la privada anda algo mejor. Para Levesque también faltan acuerdos entre la empresa privada y los propios fabricantes de software, lo que hace que los estudiantes no puedan especializarse en función de la demanda del mercado en los últimos años de grado.
Salvador Sánchez, profesor titular de programación en la Universidad de Alcalá de Henares, corrobora que hay un divorcio entre la universidad y la empresa y lo explica con crudeza: “Yo he asistido a la elaboración de planes de estudio en diversas universidades y nunca he visto que las prioridades hayan sido las demandas de las compañías o incluso las necesidades de los alumnos. Ante todo se piensa, especialmente en la universidad pública, en preservar la cuota de poder cada departamento”.
Carlos Esteve es socio director de Intelligence Partner, una compañía que, entre otras cosas, vende la suite de soluciones para empresa de Google y el CRM de Salesforce. Para Esteve, el problema hay que buscarlo más allá de la universidad, en los colegios. “La casa se debe construir desde los cimientos. Como padre, veo que los programas educativos que se llenan con horas de materias totalmente innecesarias y se descuidan las materias que han sido fundamentales siempre, desde las humanidades hasta las matemáticas. Y a esto se une la cultura del ‘no esfuerzo’ y de ‘igualar’ a todo el mundo por abajo”.
Las prioridades de los informáticos han cambiado
Una de las principales preocupaciones de José María Sánchez, country manager de Prodware, firma de consultoría informática que ayuda a la digitalización de medianas y grandes cuentas implantando software de Microsoft, es precisamente contar con los recursos humanos adecuados y suficientes para atender las necesidades de su negocio, que crece a un ritmo anual del 20%. Y es que en el ámbito tecnológico en que se mueve Prodware prácticamente no hay paro.
Para Sánchez, la enorme brecha entre oferta y demanda laboral se explica por varios factores: “Por un lado, hay un cambio sociológico que ha modificado las prioridades de las personas que se incorporan ahora. Hay que tener en cuenta que la tecnología y la consultoría han sido trabajos de muy alta dedicación temporal. Por otro lado, hay un déficit en las ramas de ciencias y en todo lo relacionado con la digitalización”.
Salvador Sánchez, de la Universidad de Alcalá de Henares, critica a las empresas por cuanto sólo quieren tener en sus plantillas a titulados universitarios, y no a profesionales formados de otra manera. Esto, en su opinión, pasa en parte porque la Formación Profesional “está desprestigiada y es denostada a todos los niveles”. Sánchez cree que una solución puede ser la creación de grados universitarios “profesionalizantes”, con una vocación muy práctica, pero que preserven cierta base teórica.
Paro nulo y digitalización en entredicho
El sector informático es un oasis en el mercado laboral español, puesto que tiene una tasa de paro muy reducida y un índice que empleos fijos (70%) bastante alto. En algunos perfiles el desempleo sencillamente no existe. Pilar López Frutos, responsable de tecnología académica y profesora en el Grado Oficial en Ingeniería del software en U-tad, asegura que todos los alumnos que optan por la ingeniería de software que ofrece su universidad encuentran trabajo al finalizar la carrera, e incluso ahora mismo hay más ofertas de empleo que alumnos enrolados en esta titulación. «Actualmente el mayor patrimonio de las compañías gira en torno a conceptos como analítica de datos (Big Data y Data Science), realidad virtual, visualización de datos, desarrollo de software o ciberseguridad, y por tanto, es imprescindible la inversión en formación especializada, como la que ofrece U-tad», comenta.
La falta de especialistas en programación, análisis de los datos, ciberseguridad, inteligencia artificial o Internet de las cosas pone en entredicho la digitalización de las empresas españolas y, por lo tanto, la evolución de la economía española a medio y largo plazo
La falta de especialistas en programación, análisis de los datos, ciberseguridad, inteligencia artificial o Internet de las cosas pone en entredicho la digitalización de las empresas españolas y, por lo tanto, la evolución de la economía española a medio y largo plazo. Para Julien Mur, de Hays, las empresas que no se digitalicen perderán competitividad a nivel internacional.
Por su parte, Stephane Levesque, del portal Ticjob.es, ve “pérdida de oportunidades de negocio, sobrecostes a medio plazo y costes muy importantes en concepto de servicios que se subcontratan”. Y es que, como explica Sara Álvarez, manager de IT y Telco de Spring Professional, firma del grupo Adecco especializada en contratación de perfiles técnicos, el déficit de profesionales genera subida de salarios y mayor rotación de los mismos.
Carlos Esteve sufre en carne propia el déficit de personal cualificado y reconoce que el no dar con los técnicos adecuados impide a su compañía, Intelligence Partner, abordar más proyectos y crecer. “Tenemos plazos de contratación de entre 2 y 4 meses, lo cual compromete claramente nuestro crecimiento por la imposibilidad de abordar más proyectos en potenciales clientes”. En definitiva, el déficit laboral impide a Intelligence Partner subirse a “la ola de crecimiento que se está produciendo en el mercado español en los últimos años”.
José María Sánchez, de Prodware, dice que existe el peligro de que los mejores se acaben yendo al extranjero, puesto que los informáticos reciben “mayor reconocimiento y compensación fuera de España”. Sánchez critica el “cortoplacismo” que se impone en este país a nivel de gestión empresarial, política y educativa. Esta cortedad de miras es, en su opinión, “tremendamente perjudicial para la creación y generación de una base ancha y profunda de talento tecnológico”.
Educación, educación, educación…
Todos los consultados para este reportaje tiene claro cuál es la solución para paliar o terminar con el déficit de talento en el sector tecnológico, que en muchos casos está retrasando o atascando el proceso de digitalización de las empresas. El problema es que los cambios en el ámbito educativo son de medio o largo plazo, y las necesidades de las compañías son para hoy. No obstante, y como medida urgente, Carlos Esteve, de Intelligence Partner, sugiere “reciclar” a estudiantes de económicas o empresariales con estudios de post-grado que luego les permitan abordar la digitalización.
Para Stephane Levesque, hay que concienciar a los más jóvenes de que tienen que ir a carreras con un alto componente tecnológico para revertir la situación, pues en los últimos 10 años las ingenierías han perdido más del 30% de las matrículas. Además, son muchos los que piden que el gusto por la tecnología se cultive prácticamente desde el jardín de infancia. Pilar López, de U-tad, dice que es necesario ofrecer en los colegios, desde edades tempranas, formación en programación y utilizar esa programación como apoyo para otras asignaturas. Por su parte, Sara Álvarez, de Adecco, también cree que es necesario que haya más información disponible para los estudiantes antes de elegir carrera.
El necesario interés de las mujeres
Una vía inexplorada para incrementar significativamente los alumnos de las carreras técnicas podría ser la de despertar el interés de las mujeres por las mismas. Salvador Sánchez dice que en las especializaciones más técnicas de informática que se imparten en la Universidad de Alcalá de Henares el número de alumnas no supera el 5%, y que la media ronda el 15%. Según datos de U-tad, sólo el 18% de los puestos de trabajo vinculados con las nuevas tecnologías están ocupados por mujeres en España. En Europa, la media es del 23%.
Dejando aparte perfiles tradicionalmente muy solicitados, como el de consultor de SAP, los mejor pagados ahora mismo son los relacionados con el dato y la ciberseguridad
El género femenino siempre ha escaseado en las aulas de informática y en las ingenierías. Es una cuestión cultural y de educación. Se suele asociar el mundo informático al friki muy técnico y solitario, y ese ese es ciertamente un plan de vida poco apetecible. Julien Mur, de Hays, dice que hay que tener en cuenta que en el mundo TI no sólo hay perfiles técnicos, sino también “funcionales, de gestión de proyecto o de management”, donde las relaciones sociales y la interacción con otros compañeros es clave. En el largo plazo, la vía para seducir a la mitad femenina de la población laboral es introducir la tecnología desde la educación infantil y primaria.
Los profesionales más buscados
De acuerdo con los expertos en selección de personal, los perfiles más buscados en el mundo TI en 2018 tienen que ver con la ciberseguridad, la explotación de los datos en las compañías (analistas de datos o expertos en business intelligence y big data o consultores de CRM), la inteligencia artificial, el Internet de las cosas, blockchain, las tecnologías móviles o el cloud, entre otras cosas. Es decir, las demandas coinciden al milímetro con las necesidades de digitalización en las empresas.
Poniendo más los pies en la tierra, y mirando a puestos concretos, los más demandados, según los últimos datos del portal de empleo Ticjob.es, son los programadores (24% de las ofertas), los analistas-programadores (23%) y los consultores (10%). Atrás quedan los años en los que los ingenieros de redes o de sistemas copaban las ofertas laborales.
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Por otra parte, y siempre según Ticjob.es, las tecnologías más solicitadas son: Java, Javascript y Microsoft .Net, SAP o SQL. Desde Adecco aseguran que en los últimos años han dado un salto en sus expectativas salariales los perfiles puros de desarrollo especializados en Java, Ruby on Rails, Phynton o .Net. Julien Mur, de Hays, dice que los desarrolladores “mid-senior” con experiencia demostrable, tres años de bagaje y listos para empezar a trabajar “están muy cotizados”.
También se cotizan mucho los llamados programadores full-stack, es decir, aquellos capaces de trabajar tanto en entornos de front-end, que son los que ven los usuarios y los empleados de las empresas, como en entornos de back-end, que son los sistemas de respaldo, como servidores y redes, en los que se apoyan las aplicaciones. Dentro de los perfiles comerciales, son muy preciados los preventas. Se trata de comerciales capaces de lidiar con conocimientos técnicos complejos que son valiosos en la venta de tecnología.
Los mejor pagados
Dejando aparte perfiles tradicionalmente muy solicitados, como el de consultor de SAP, los mejor pagados ahora mismo son los relacionados con el dato y la ciberseguridad. Así, un analista de datos, que se encarga de sacar partido a la ingente cantidad de información que atesoran las compañías con el fin de saber hacia dónde va su negocio y qué demandan los clientes, puede cobrar en España entre 40.000 y 75.000 euros. Mucho para un país donde el salario medio ronda los 22.000 euros brutos. En Estados Unidos, donde ha sido calificada por the New York Times, como “la profesión más sexy del siglo XXI”, hay vacantes con salarios superiores a 130.000 dólares.
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En el mundo de la ciberseguridad, la inflación salarial también empieza a ser de escándalo. Las compañías, sobre todo después de ver la repercusión mediática de ataques globales como Wannacry, no quieren arriesgar en este punto y se han puesto a buscar expertos que protejan sus sistemas. Así, un técnico junior puede empezar cobrando 30.000 euros, y después de seis o siete años ese mismo perfil puede llegar a los 50.000. Los más cotizados del boyante mundo de la seguridad informática llegan a nóminas de seis cifras.
En todo caso, hay que recordar que el salario no es la única aspiración de los millennials que ahora se incorporan a las plantillas. Los nuevos informáticos también piden flexibilidad horaria, teletrabajo, jornada intensiva o “sentido de pertenencia” a la organización, recuerda Stephane Levesque, de Ticjob. Los jóvenes informáticos de hoy quieren darle la vuelta al viejo “vivir para trabajar”, y las condiciones del mercado laboral son propicias para ello.
Por Juan I. Cabrera