El plan de negocio debe ser la tarjeta de presentación de tu empresa, y como tal, debe ser excelente, tanto en su redacción, su estructura como en sus contenidos.
La mayoría de planes de empresa presentan carencias, normalmente ligadas a la capacidad del emprendedor, poniendo en peligro no solo el propio plan, sino las posibilidades de éxito de la idea. Los errores más graves que comete el emprendedor a la hora de redactar su plan de negocio son:
Error #1: Descuidar la imagen del plan de negocio
Un error fundamental es descuidar el aspecto del documento, entendiendo esto desde varias perspectivas, como puede ser no dotarlo de una imagen de marca o que no reúna unos mínimos estéticos o que utilice el lenguaje de manera inapropiada.
La imagen y estética del plan de negocio es una parte muy importante, ya que es fiel reflejo de cómo ha trabajado el emprendedor su idea de negocio. Los contenidos y el planteamiento pueden ser excelentes, pero venirse abajo por una mala presentación de los mismos.
Es conveniente tener desarrollada la imagen de marca y que ésta quede patente en todo el documento, tanto con la aplicación del logotipo y su gama cromática al documento, como cuidando la maquetación del mismo integrando gráficas o fotos en el mismo.
No debes usar una plantilla de plan de empresa genérica. En Internet puedes encontrar casi medio millón de resultados si buscas plantillas de plan de negocio, siendo lo más sencillo elegir una y forzar tus planteamientos para encajarlos en los distintos apartados.
No se trata de eso, lo recomendable es que, en primera instancia, veas y analices muchos planes, sus formatos y cómo plantean los contenidos, para que después elijas lo mejor de cada uno de ellos o los apartados sueltos que se adapten más a lo que quieras explicar, y con eso construyas el tuyo propio desde cero.
Error #2: No sacarle partido al resumen ejecutivo
Un error grave es no saber qué papel juega el resumen ejecutivo del plan de negocio o qué objetivos persigues redactándolo; por lo tanto, no sabrás sacarle el máximo rendimiento.
Ten por seguro que el 80% de las personas a las que les entregues tu plan de negocio, como pueda ser el banco, inversores o posibles partners y socios, no se lo leerán completo, sino simplemente irán al resumen ejecutivo y si necesitan más información seguirán leyendo.
Los dos principales objetivos son, por un lado, mostrar los aspectos principales de tu proyecto para ponerte en disposición de convencer al lector; por otro, enganchar para que siga leyendo el plan de empresa al que acompaña.
El resumen ejecutivo se redacta al final, después de tener listo el resto del plan de negocio. De manera general, no excederá las dos páginas. En ellas no se debe aportar información que no esté en el resto de apartados del plan, ni realizar un copia y pega de un trozo del resto del documento.
Reflejarás los aspectos más importantes de la empresa o proyecto, fundamentalmente, la idea y el modelo de negocio, el equipo que lo va a llevar a cabo, lo que te diferencia de tus competidores, los principales logros, la financiación necesaria y los resultados a obtener.
Error #3: Rellenarlo sin información o conocimientos
Si empiezas a redactar un plan de empresa y te encuentras con que hay aspectos que tu documento debería tener, pero que no sabes redactar, lo más habitual es que esto suceda porque te falta información, conocimiento o experiencia. O lo que es peor, las tres cosas a la vez.
Que te falte información quizá sea lo más fácil de solucionar, porque probablemente lo que tengas que afrontar es una etapa de preparación del plan, que te hayas podido saltar, intentando localizar y filtrar la información necesaria.
Si lo que te falta es conocimiento o experiencia, estamos ante aspectos más difíciles y lentos de solucionar, porque habitualmente los conocimientos que te pueden hacer falta no se consiguen en la formación reglada, teniendo en ocasiones que conseguirlos de manera autodidacta; y si te falta experiencia, a lo mejor es señal de que no es buen momento para emprender y debas emplear tu tiempo en trabajar para otra empresa del sector y prepararte mejor.
Sin duda, la conclusión de este grave problema es que tienes que ser un experto con mayúsculas en el tipo de negocio que vas a abrir, no solo para hacer un buen plan, que eso lo nota inmediatamente quien lo lee, sino, lo que es más importante, para tener éxito con tu idea empresarial.
Error #4: Incongruencias en el hilo conductor del plan
Es habitual que el emprendedor o empresario, cuando está redactando el plan de negocio, pierda la noción de la totalidad del mismo, focalizando demasiado en alguno de los apartados y descuidando otros, lo que genera habitualmente incongruencias graves en el hilo conductor que debes seguir para presentar tu proyecto.
El plan de negocio debe presentar totalmente ligados los aspectos básicos de este hilo conductor, que van desde explicar la necesidad que soluciona, el cliente que la tiene, el producto que lo resuelve, el marketing que se va a utilizar para venderlo, los competidores a los que hay que enfrentarse y los resultados que se obtendrán.
Tratar estos temas principales debe ser como contar una historia, donde se vaya ligando cada apartado con el posterior. Todo lo que rompa esta secuencia argumental será una incongruencia.
Ejemplos de incongruencias puede haber muchos, desde explicar una necesidad y que finalmente el producto no la cubra, o plantear varios segmentos de clientes y que las acciones de marketing propuestas no sean las adecuadas o que directamente no existan.
Error #5: La mala estimación de ingresos
Un buen lector de planes de empresa, y más concretamente de viabilidad (del tipo inversores o bancos), aun estando ante el mejor plan que haya visto, hará sus propios cálculos y dividirá por dos las ventas estimadas.
Partiendo de esa base, debes tener en cuenta que te enfrentas al error crítico que tirará por tierra cualquier posibilidad de que alguien financie tu negocio. Entre los errores que afectan a la estimación de ingresos que puedes cometer destacan:
- No utilizar criterios de prudencia. Se trata más bien de saber cuáles son las ventas mínimas que mi negocio es capaz de generar, con lo que, si es viable con eso, todo lo que venga a partir de ahí será mayor rentabilidad.
- Confundir lo que yo puedo vender con lo que el cliente está dispuesto a comprar de mi producto.
- Basarse en exceso en el futuro, ya que las previsiones a varios años no son nada fiables y el lector las puede descartar fácilmente, sobre todo si es un negocio que todavía no está funcionando. Es más, los inversores te agradecerán más que expliques la facturación actual.
- No explicar cómo has realizado esa estimación, o no ligarla a otras variables que debes controlar y que justifiquen la facturación total, como número de clientes, tickets medios o estacionalidad si la tuviera.
Por Javier Navarro
Te puede interesar | El traspaso de un negocio en claves